lunes, 2 de marzo de 2015

HACIA LOS MARES DE LA LIBERTAD de Sarah Lark

Título: Hacia los mares de la libertad

Autora:
Sarah Lark

Editorial:
Ediciones B

Año:
2014

Páginas:
718 páginas.

ISBN:
9788466654913

Genero: Landscape, saga, aventuras





Autora

Sarah Lark, cuyo verdadero nombre es Christiane Gohl, pero los editores le pidieron que cambiara su nombre al seudónimo de Sarah Lark en sus nuevas obras para evitar identificarla con el nombre que ella usó para escribir unas 150 obras sobre caballos. Nació en Bochum Alemania, en 1958.
Lleva afincada muchos años en España, donde llegó a trabajar como guía turística. Literalmente ha sido conocida a nivel mundial por su Trilogía de la Nube Blanca (En el país de la nube blancaLa canción de los maoríes y El grito de la tierra). A esta trilogía le siguió La isla de las mil fuentes Las olas del destino, ambientadas en Jamaica y que conforman la llamada Saga del Caribe.
Con esta nueva obra Hacia los Mares de la libertad y A la sombra del árbol Kauri que forman parte de una nueva trilogía, regresa a la tierra en la que todo comenzó.
Otros nombres con los que la escritora ha publicado diferentes obras son Ricarda Jordan, Elisabeth Rotemberg



Sinopsis
Una emocionante saga familiar sobre aquellos irlandeses que colonizaron Oceanía.
Título que recupera el espíritu, estilo y ambición de En el país de la nube blanca, novela con la que Lark irrumpió con fuerza en el escenario literario de nuestro país.
Irlanda, 1846. Kathleen y Michael se aman y planean en secreto abandonar su tierra natal, la humilde y hambrienta Irlanda, en busca de una vida mejor en el Nuevo Mundo. Pero todos sus sueños se ven truncados cuando Michael es condenado como rebelde y desterrado a Australia. Kathleen, embarazada, se verá obligada a casarse con un comerciante de ganado y emigrar con él a Nueva Zelanda. Entretanto, Michael, con la ayuda de la audaz Lizzie, intentará escapar de la colonia penal para reencontrarse con su primer amor.
Magistral recreación de la vida de aquellos irlandeses convictos que colonizaron Australia, así como los avatares de los barcos de presidiarios que se dirigían a las colonias penales de la Tierra de Van Diemen, la actual Tasmania, sin perder el marco de la cultura maorí en la Nueva Zelanda del siglo XIX, paisaje que se ha convertido en el sello indiscutible de la autora.






Opinión

El libro que traigo hoy es de esos que creía que nunca me leería, porque en cierto modo estaba predispuesta contra la autora, no por nada, sino por su omnipresencia de sus libros en todos los sitios. Al enterarme que vivía aquí en España y que era una enamorada de nuestro país, ya empezó a caerme mucho mejor.
Cuando se me presentó la oportunidad de leer sus libros, ni me lo pensé.

La historia va a comenzar en Irlanda en el año 1846, y abarcará casi veinte años, y dos continentes. Estamos en el Condado de Wicklow, en un año particularmente duro por las malas cosechas, con una hambruna bastante considerable. No hay trabajo, y el que hay es en condiciones de semiesclavitud. La religión es la que rige duramente la vida de sus habitantes, y condiciona muchas de sus decisiones. La relación entre clases es abismal.
Una de las protagonistas, Mary Kathleen O´Donell, de origen humilde, trabaja como criada para echar una mano a su familia, en la casa de los Wetherby.
Ella está enamorada del guapo y simpático Michael Drury, un joven que trabaja en los campos, y que para redondear sus magros ingresos, rapiña grano con el que destila y vende whisky clandestinamente, razón por la que sus padres no ven nada bien la relación. Ellos sueñan con conseguir el dinero suficiente para un pasaje al Nuevo Mundo, donde se escaparán de la miseria y la cerrazón en la que viven.
Las cosas se precipitan cuando Kathleen se queda embarazada y Michael es detenido por robo.
La cosa estaba clara, la sentencia era para Michael es el destierro a la Tierra de Van Diemen, la actual Tasmania.
Kathleen, con 16 años, embarazada y sin pasar por la vicaría, ve como su familia se lanza contra ella, y su padre pretende casarla con el capataz de las tierras donde viven.
No se lo piensa ni por un momento cuando se propone seguirlo hasta allí, aunque para ello deba casarse con un elemento sin sentimientos, Ian Coltrane, tratante de caballos que se ofrece a llevarla a Nueva Zelanda  con él.
Por otro lado, tenemos a Elisabeth Owens, Lizzie, una pobre prostituta condenada también a la deportación por el robo de unos panecillos. En el barco prisión, conocerá a Michael Drury, y allí comenzarán a entrelazarse los destinos.

En primer lugar vamos a viajar en el barco prisión, una experiencia que te hace plantearte muchas cosas. Un viaje que durará mucho tiempo, meses, en el que se crearán lazos muy fuertes, amistades que no se olvidarán, pero también asistiremos a hechos que nos harán revolvernos mientras leemos. Descripciones realistas, completas que te hacen vibrar y compenetrarte con los personajes.
Una vez en Nueva Zelanda unos y en Tasmania otros, asistiremos al desarrollo de la vida diaria de todos ellos en una nueva tierra virgen.
Kathleen criará al hijo de Michael junto a Coltrane, y tendrá otros hijos, intentando vivir un matrimonio convenido, que no se parece en nada a lo que ella soñó y conocerá a una vecina Claire Edmunds, que le hará ver la vida y otras cosas de otro modo y se ayudarán mutuamente en una tierra desconocida.
Michael, irá labrando su futuro impulsivamente, alocadamente, como su forma de ser,   siempre con el objetivo final de encontrar a Kathleen y casarse con ella.
Lizzie por su parte, pasará por toda clase de situaciones, con una tenacidad y un carácter que le hará ir buscando esa felicidad que cada vez que saborea se le escapa, y será la que mejor se adapte a la idiosincrasia de los nativos de aquella tierra.

Y con estos y otros personajes, podremos aprender de forma amena y ligera gran parte de la historia de Nueva Zelanda, su economía, sus relaciones con Gran Bretaña, la forma en la que se colonizó, quienes la colonizaron, de qué nacionalidades fueron sus primeros habitantes, sus religiones, como trataron a los habitantes maoríes.
Tendremos ante nosotros una lección impagable de la relación que tenían los maoríes con la tierra, la naturaleza y los pakehas.

Con un estilo realmente limpio vamos a empaparnos de sentimientos de alegría, tristeza, amor y desamor, miedo, libertad, tesón, ganas de vivir y de luchar, casi todo ello encarnado por mujeres, unas mujeres valientes y decididas, de personalidad marcada por las circunstancias. Y mientras lo estás leyendo te irás dando cuenta de lo mucho y lo poco que ha evolucionado el papel de la mujer en la sociedad, de cómo a pesar de ser los pilares sobre los que se sustenta la colonización, apenas si se les da visibilidad. Y sobre todo te hará ver en perspectiva y desde otro ángulo, todo aquello que tenemos y lo que somos, como ha sido ganado.

Otra cosa que me ha llamado la atención ha sido sobre todo las religiones y sus representantes, las distintas interpretaciones que se hacen desde una misma troncalidad.
Y la bondad y maldad del ser humano, que existe en todas las razas, todos los continentes, como podemos ser capaces de lo mejor y de lo peor.

Si esto se adereza con unos paisajes increíbles, diálogos chispeantes, divertidos y las grandes aventuras que corren sus personajes, tenemos un libro fenomenal, que ya me hace estar deseando leer la continuación.

Ahora ya sí soy admiradora de Sarah Lark, y me propongo leer todos sus libros, por muy largos que sean, porque sé que merecerá la pena.
Y por supuesto os animo a vosotros a hacer lo mismo, y que me contéis qué os han parecido.



Saludos y a leer.