Título: Treinta
postales de distancia
Autor: Sara
Ventas
Editorial: Diéresis
Primera edición papel: 2015
Número de páginas: 264
ISBN:
9788494295911
Género: Novela
Romántica, chick-lit
Autora
Sara Ventas cursó estudios como técnico en imagen fotográfica, pero solo se dedicó profesionalmente a la fotografía durante tres años. Su interés por la escritura surgió a raíz de un blog, Sueños a contraluz, que creó a principios de 2010. Aunque, según ella misma afirma, tal vez fue al contrario y comenzó con el blog porque ya le interesaba el mundo de las letras. Sea como fuere, en él están registrados sus comienzos como autora.
Treinta postales de distancia, de género romántico contemporáneo, es su primera novela, que pasó más de un año uno de los ebooks autopublicados en internet más vendidos en España. Este éxito ha llevado a que se haya traducido al inglés y publicado en Estados Unidos con el título de Thirty Postcards Away.
Sinopsis
Sofía es alocada, divertida y desordenada. Jaime es
organizado, metódico y supersticioso. Sofía acaba de dejar a un novio que no la
merecía y no quiere que le vuelvan a romper el corazón. Jaime acaba de
divorciarse y huye del compromiso. Nada hacía pensar que dos personas tan
opuestas pudieran enamorarse. Hasta que ambos coincidieron en aquel ascensor.
Pronto Jaime y Sofía se darán cuenta de que, a veces, los polos opuestos se
atraen irremediablemente. Aunque hay otras personas en sus vidas, y no se lo
van a poner nada fácil: novias celosas, ex que vuelven, amigas que no lo son tanto
La vida va a complicarse mucho para Jaime y Sofía, tanto que al final su
relación dependerá del contenido de unas misteriosas postales.
Opinión
Como siempre digo, los libros tienen su momento y el
que hoy comento lo había visto mil veces en los primeros puestos de Amazon, y
aunque me hacían gracia la portada y la sinopsis no fue hasta esta pasada Feria
del libro de Málaga, en la que conocí a su autora que me puse a leerlo.
Necesitaba algo ligero, que me ayudase a desconectar totalmente de mi realidad,
y con él lo he conseguido.
Y es que detrás de este título tan singular nos
encontramos una novela que se lee casi en un instante, con unos personajes muy
diferentes, una trama bastante alocada y una ambientación que me es
tremendamente cercana, ya que tiene lugar en Málaga.
Sofía
se acaba de mudar a Málaga tras romper su relación. Ha encontrado piso y
trabajo, intenta establecerse y vaciar sus cajas una y otra vez, mientras queda
con un amigo que le aporta una cierta serenidad y cordura, Manu.
En el largo trayecto del ascensor de su edificio,
vive en un piso trece, (fuera las supersticiones, de las que tendremos una
buena lección) coincide con un estirado vecino, Jaime que tiene su vida escrupulosamente trazada tras un divorcio
con infidelidad incluida y novia nueva.
Son unos ingredientes típicos, pero el planteamiento
resulta muy agradable. Sabremos gracias a un narrador omnisciente qué pasa por
la cabeza de cada uno de los protagonistas, mostrándonos lo desastrosas que
pueden llegar a ser las opiniones a primera vista.
Con unos divertidos malentendidos y enredos, en los
que se piensa más que lo que se dice y se sobreentienden demasiadas cosas,
comienza una historia de algo parecido al amor, en la que las omisiones también
son protagonistas.
Los jaleos que Sofía monta en su cabeza, con esa
forma de ser tan atolondrada y tan directa, junto con los miedos que Jaime
mantiene en la suya, nos harán pasar unos ratos bastante divertidos, y mientras
los equívocos van hilando una amistad que a lo mejor puede acabar en algo más, iremos de gira
turística por Málaga, visitando el mítico El Pimpi, la calle Larios, la Alameda
y otros lugares emblemáticos, donde comeremos y tapearemos a placer.
¿Qué ocurrirá? Lo tenéis en unas pocas páginas
llenas de amenos y creíbles diálogos. Y ahí descubriréis porqué a pesar de vivir en el mismo edificio, hay treinta postales de distancia.
Un libro con sabor a verano y tardes de
playa.
Una autora que no conocía, que me fue recomendada por
una amiga común, Mayte Esteban y que volveré a leer.
Nada es lo que parece y el peor de los sentimientos
es el miedo.
Saludos y a leer.