Título: El jardín de cartón
Autor: Santiago
Álvarez
Editorial:
Editorial Almuzara
Primera
edición: octubre de 2016
Nº Páginas: 408
ISBN:
9788416776320
Género: Novela negra, policiaca
Autor
Santiago Álvarez (Murcia, 1973) reside en Valencia
desde 2001. Es el director de contenidos del festival de género Valencia Negra.
Se inició en la literatura escribiendo relatos, muchos de los cuales han sido
premiados en diversos certámenes. Ha escrito, protagonizado y dirigido
musicales y obras dramáticas, y ha grabado varios discos con distintos grupos y
formaciones. Asimismo, imparte numerosos talleres sobre escritura creativa y es
el primer profesor en España del software para escritores Scrivener. La Ciudad de la Memoria fue su primera
novela.
Sinopsis
En marzo, Valencia arde. El fuego, la pasión y la
fiesta se adueñan de la ciudad. Tras la primera mascletá, Mejías y Berta, son
citados de forma misteriosa por Gaspar Aparisi, empresario que les propone una
búsqueda descabellada: encontrar los restos del único whisky producido en
tierras valencianas, hace ya doscientos años. Mejías quiere rechazar el
encargo, pero la recompensa es precisamente el dinero que necesita para saldar
su deuda con Hacienda…
Tras su anterior novela La Ciudad de la Memoria, Santiago Álvarez recupera al memorable
detective Mejías, envuelto en esta ocasión en su caso más complejo. La
investigación le conducirá al corazón de la fiesta fallera, reflejo de una
sociedad que esconde más de lo que muestra. Las raíces del asunto se hunden en
el fango del pasado, escenarios sepultados por la culpa, el dolor y el odio. El
Jardín de Cartón supone el regreso de Mejías y Berta a una Valencia actual y al
mismo tiempo mágica, donde resulta difícil distinguir la frontera entre la
realidad y la ficción. Esta nueva aventura obligará a la carismática pareja a
enfrentarse con lo peor de ellos mismos.
Opinión
Este libro que traigo hoy es el resultado de un
sorteo de los muchos que organiza Laky del blog Libros que hay que leer.
Con él me he desplazado a una ciudad que tiene
cierto significado en mi pasado y que conocí por vez primera, precisamente en
Fallas, así que cuando la acción comienza con una sonora mascletá en la Plaza
del Ayuntamiento me sentí un poco como la protagonista, Berta, ante esa inmensa
profusión de ruido y humo cuando la escuchas por primera vez, aunque probablemente mi
espíritu está más del lado de Mejías. El que lo lea lo entenderá.
Los protagonistas son un detective cuarentón, Vicente Mejías, que se tuesta bajo el
inclemente sol valenciano con su traje y gabardina, y Berta, su secretaria, estudiante de periodismo que es también su
ayudante y su contrapeso en toda la narración.
Mejías es un tipo duro, creado a la imagen y
semejanza de las películas en blanco y negro del cine americano de las cuales
es un auténtico apasionado, es la versión patria de su actor favorito, Humphrey
Bogart, cuando interpreta a Sam Spade; cínico, cabezota, apasionado e irónico,
siempre cargado con su ventolín, que no le quita el glamour, y entendido en
whisky, en este caso del escocés Laphroaig, trata con condescendencia y no
valora lo suficiente a su ayudante.
Berta acotada por las reglas que su jefe continuamente
le impone es una buena chica, lista e inteligente, de memoria fotográfica y
algún kilo de más que le resta algo de autoestima, fanática de los pendientes,
de los cuales tiene una buena colección, dotada de artes adquiridas en su
pueblo natal que le serán de ayuda durante algunos episodios de la novela.
La acción se inicia cuando terminan de ver esa primera mascletá de Berta,
comienzan a recibir mensajes en el teléfono de esta que los van guiando hasta
darse de bruces con un reputado empresario, Gaspar Aparisi que lo quiere contratar para encontrar las botellas
del único whisky destilado y embotellado en Valencia, el Ullal Blau, que pueden
alcanzar precio de vértigo en el mercado del coleccionismo. Mejías se niega en
rotundo a coger el caso ya que considera imposible su existencia, y ahí es
Berta la que le recuerda que hay unas cuentas que pagar.
Cuentas que de la noche a la mañana se harán mucho
más cuantiosas cuando Hacienda llame a la puerta de su agencia. O consigue una
buena cantidad de dinero o se quedará sin piso ni negocio, porque lo van a
embargar por una deuda de esos impuestos que olvidó pagar.
Será otro caso, el de Augusto Lloret, que lo contrata para averiguar quién está detrás de
los sabotajes que le están haciendo su falla, el que lo llevará hasta una plaza
valenciana en la que en un edificio se
han hecho fuertes sus habitantes, los Fuster
también al borde del desahucio, personajes que difícilmente por sus
características pueden ser los encargados de esos estragos que les imputan.
Pero en ese edificio también vamos a encontrar a Julia Ferrer una anciana pegada a un
libro que cuenta sus orígenes y que puede ser la llave que resuelva el caso en
el que se han metido.
En las correrías tras el saboteador y tras el
whisky, asistiremos al enorme despliegue que suponen las fiestas de las Fallas
para una ciudad como Valencia, seremos testigos de cómo se produce la plantá, qué
se esconde tras los numerosos trabajos que hay en cada uno de estos gigantescos
monumentos y que más tarde producirán las
cenizas más caras del mundo como nos dice el propio Mejías, asistiremos a los
sucios juegos que hay tras la cara más visible de la representación fallera,
veremos corrupción, intereses económicos y políticos de la más rabiosa
actualidad.
El autor también nos llevará de viaje a Escocia donde
aprenderemos los orígenes de la destilación del whisky, lo que hace diferente a
cada una de las destilerías y sus productos, mostrándonos el mundo de los
sumilleres de tan preciado líquido.
También conoceremos la historia de los antepasados
de Julia Ferrer en la sociedad burguesa valenciana que puso los primeros
cimientos tanto de la nueva ciudad como de los lugares de descanso veraniego,
las hipocresías y los pactos familiares, los odios, el amor y las vergüenzas.
Pronto con un ritmo vertiginoso, un ensamblaje
espectacular, giros, mentiras, reglas y mucha ironía disfrutaremos del gran
espectáculo fallero así como de persecuciones, intrigas y escenas extremadamente
visuales que piden a gritos una película. No puedo dejar de imaginarme a Mejías
sudando la gota gorda con esa gabardina llena de lamparones, tan sufrida ella,
en las situaciones tan divertidas como esperpénticas en las que se ve
involucrado.
En definitiva un libro de intriga, novela negra en
la que se nos muestra la Valencia más límpida y la más sórdida que tiene todos los
ingredientes necesarios para hacernos pasar un rato fantástico con dos
personajes de los cuales ya me hago fan incondicional.
Muy recomendable.