Autora:
Laura Castañón
Editorial:
Destino
Colección:
Áncora y delfín
Primera
edición: mayo de 2017
Nº
de Páginas: 508
ISBN: 9788423352333
Género:
Narrativa
Autora
Laura Castañón es una escritora asturiana nacida en Revallines (Santa Cruz de Mieres) en 1961. Desde mediados de los años ochenta dirige talleres literarios y programas de animación a la lectura, e imparte cursos de Creación Literaria, Literatura y Comunicación. También ha trabajado en radio y en televisión, ha sido jefa de prensa y ha desarrollado labores de programación cultural y comunicación empresarial. En 2013 publicó su primera novela, Dejar las cosas en sus días (Alfaguara, 2013), una historia que entrelaza las vidas e historias de varios personajes y se sitúa en la mejor tradición de las sagas familiares. La noche que no paró de llover es su segunda novela.
Sinopsis
Valeria Santaclara necesita
reunir la fuerza necesaria para abrir un sobre cerrado que está en su poder
desde hace años y en cuyo exterior alguien ha escrito «El perdón». Para ello, y
no por casualidad, acude a la consulta de la psicóloga Laia Vallverdú, quien a
través de las sesiones de terapia la ayudará a recomponer el puzle de su
existencia desde la infancia acomodada en el Gijón burgués de finales de los
años 20, la relación conflictiva con su hermana, las circunstancias históricas
de un tiempo convulso, y la culpa que vive en el fondo de su ser y cuya
naturaleza última no es capaz de confesarse.
La noche que no paró de llover explora desde una triple vertiente los mecanismos del mal: el infligido de forma deliberada, el que jamás imaginaríamos haber causado y el que creímos ocasionar y que no fue tal. A través de la historia de Valeria Santaclara y de las vidas que se cruzan en ella, se van trenzando los destinos de todos los personajes, con el poder de la palabra como elemento redentor, y con la ciudad de Gijón como telón de fondo. Una novela sobre el mal, la culpa y la redención, y sus efectos sobre la vida de unos personajes náufragos en su propia memoria, en el marco histórico de los últimos cien años.
La noche que no paró de llover explora desde una triple vertiente los mecanismos del mal: el infligido de forma deliberada, el que jamás imaginaríamos haber causado y el que creímos ocasionar y que no fue tal. A través de la historia de Valeria Santaclara y de las vidas que se cruzan en ella, se van trenzando los destinos de todos los personajes, con el poder de la palabra como elemento redentor, y con la ciudad de Gijón como telón de fondo. Una novela sobre el mal, la culpa y la redención, y sus efectos sobre la vida de unos personajes náufragos en su propia memoria, en el marco histórico de los últimos cien años.
Opinión
Esta vez el azar y sus sonrisas hicieron que llegase a
mis manos este libro de la mano de un sorteo realizado por el blog Lectora de
Tot. Una novela que me ha estremecido y que ha hecho que miles de sentimientos
corran por mis venas.
Se trata de la historia de Valeria Santaclara una anciana acomodada a la que no le queda nadie
en el mundo, solo sus recuerdos, y que se instala en una residencia geriátrica
ocupando dos habitaciones y casi sin relacionarse con el resto de los
residentes. Su actitud prepotente y altiva hace que todos los esquiven y la
llamen a sus espaldas “La Marquesa”. Esta mujer encuentra la consulta que acaba
de abrir una psicóloga, Laia Vallverdú
y que casualmente ocupa las habitaciones donde ella vivió en su infancia con su
familia y se decide a contarle a esta psicóloga a modo de terapia su vida y
sensaciones reunidas en torno a un sobre que le dejó su hermana Gadea antes de morir y que sigue
cerrado dieciocho años después con unas palabras en su exterior “El perdón”
.
Laia es una psicóloga de origen catalán que ha dejado
su vida en Madrid por amor y para comenzar una vida en pareja con Emma, también psicóloga. Comenzará con
su nueva consulta cuando conozca a Valeria que se convertirá en su paciente de
los martes. Pronto su vida y la de Valeria pivotarán sobre esa cita de los
martes que las lleva al pasado.
Emma ha estado casada y ahora se enfrenta a las
convenciones sociales y sobre todo familiares al comenzar su relación con Laia.
Aún no ha salido del armario y su inmenso amor por esta se desparrama sobre un
cuaderno en el que cuenta su afán por darle una nueva y perfecta vida a su
pareja, consciente de lo difícil que resultará para su compañera comenzar de
nuevo. Ha rehabilitado la vivienda a escondidas y se la ofrecerá a Laia como
muestra de esa vida perfecta que quiere para ellas. Pero en el fondo siente
miedo a perderla, a su rechazo, en sus letras y sus palabras se pueden observar
sus autocríticas hacia su cuerpo excesivamente curvo según ella y su madre, que
siempre está machacándola con ello, sus inseguridades acerca de su relación y
su pareja, una angustia sorda que no la deja disfrutar plenamente de lo que
tiene.
Por último, tenemos al cuarto personaje femenino,
Felicidad, llamada ahora Feli porque
perdió el final de su nombre hace ya mucho tiempo como consecuencia de un
accidente de tráfico que puso patas arriba su vida obligándola a hacerse cargo
de su padre depresivo e impotente que le chupa la vida y la energía. La fuerza
para seguir adelante la saca de sus talleres de escritura que son como un soplo
de aire fresco que la animan y la resucitan. Allí conocerá a Guille un aprendiz de escritor como
ella que le regalará los instantes de felicidad que ella necesita. Entre los
dos planearán escribir una novela en la que Valeria puede ser uno de los
personajes, y es que Feli es la limpiadora de la residencia de La Marquesa y la
encargada de limpiar y dejar pulcras sus habitaciones. Curioseando ha
encontrado unas fotos y comienzan a investigar.
Con cada uno de los personajes vamos a ir introduciéndonos
en un mundo diferente. Así de la mano de Valeria y sus recuerdos conoceremos
una vida como dios manda, llena de envidia, celos, sentimientos de
superioridad, venganza en una España dividida que la llevará con su familia de
uno a otro frente y en la que los miembros de esta se verán obligados a tomar
partido unos con más fortuna que otros, haciendo lo que había que hacer o quizá
todo lo contrario. Esta es la parte que más me ha hecho sufrir porque escuchar
algunas de las lindezas de Valeria me removían las entrañas no solo por lo que
dice, sino cómo lo dice. He conocido con ella la historia de Gijón en la Guerra
Civil, una parte que no sabía que había ocurrido y que me ha puesto los pelos
de punta.
Con Laia y Emma sentiremos oleadas de ternura por el
amor que se tienen y el miedo que puede azotarlas por no saber abordar
ciertas situaciones. Veremos lo fácil y lo difícil que puede llegar a ser
una relación de pareja sobre todo en sus inicios y más aún cuando son dos
mujeres en un entorno complicado.
Feli nos enseñará la fragilidad de la vida o cómo un
instante puede marcarnos para siempre, la sensación de dependencia, de
impotencia por no poder cambiar la situación, el lastre que arrastra y lo fácil
que puede ser hacerla feliz, o desgraciada.
Todo ese abanico de sentimientos que muestra la autora
con una prosa delicada, pulcra, fácil, a veces irónica a veces poética y sobre
todo diferente en cada uno de los personajes, de forma que con solo comenzar a
leer se sabe qué personaje es el que protagoniza cada uno de los capítulos; ese
punto de suspense en el que la vida de las cuatro se entrelaza hace que
queramos seguir y bucear para saber qué es lo que se esconde en un final que deja
con la boca abierta.
Me ha parecido admirable la forma en la que juega con
las personalidades y con la manera en la que cada una de ellas se enfrenta a la
vida y a las relaciones. La maternidad, las relaciones entre hermanas, la duda,
la culpa y el perdón se os meterán en la sangre a través de sus líneas.
Creo que está claro que se ha convertido en una de mis
mejores lecturas del año y que recomiendo porque os va a hacer sentir y vibrar
en cada una de sus páginas y con cada uno de sus atardeceres.
“Los
ruidos que de verdad impiden dormir no son los de afuera, que a esos te
acostumbras (…) los que te impiden dormir de verdad son los de dentro, los que
hacen túneles en tu cerebro y te trasladan de golpe a las zonas más oscuras de
la memoria y de la voluntad, y del miedo.”
…”su
mente deambula por las sombrías galerías de los sueños rotos antes de nacer,…”
“Tengo
mucho miedo al final, y aún más al desamor que lo precede”
Saludos y a disfrutar leyendo.