Título: Primavera cruel
Autor: Luis Roso
Editorial: Ediciones B
Primera edición: febrero de 2018
Autor: Luis Roso
Editorial: Ediciones B
Primera edición: febrero de 2018
Nº de páginas: 488
ISBN: 9788466662697
ISBN: 9788466662697
Género: Policiaca, negra.
Autor
Luis Roso (Moraleja, Cáceres, 1988) es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca, en Filología Inglesa por la Universidad Autónoma de Barcelona y posee un máster de Literatura Española e Hispanoamericana.
Apasionado de la literatura, la historia, el cine y el deporte, actualmente trabaja como profesor de secundaria en la Comunidad de Madrid. Admira a Delibes, Cela, Ferlosio, Sender, Azorín, De la Serna, Aldecoa, Barea y Martín Santos.
Aguacero fue su primera novela y está protagonizada por el inspector Trevejo. Primavera cruel es la segunda
Sinopsis
Madrid, años cincuenta. El inspector Ernesto Trevejo recibe el encargo de enfrentarse a un caso muy difícil: un hombre armado ha aparecido muerto en El Pardo, muy cerca del palacio donde reside Franco.
¿Se trata de un terrorista? ¿Un loco? ¿Puede ser una amenaza real?
Una trama policíaca impecable que es, al mismo tiempo, un retrato fiel y alejado de los tópicos de la sociedad de la época. De la mano de un protagonista a la altura de los grandes del género, Luis Roso mantiene al lector literalmente pegado a las páginas de esta novela.
Opinión
Hay autores que te llaman la atención desde el primer momento, sientes que existe una conexión especial por lo que conoces. Eso me ha pasado a mí con Luis Roso, desde que publicó Aguacero. Por lo que iba leyendo sabía que era el tipo de novela que me gustaría, y me apunté a todo sorteo habido y por haber e intenté conseguirlo, pero no hubo manera, así que cuando sacó su segunda novela no lo pensé. Ha sido una zambullida sin conocer los orígenes ni la evolución, excepto por lo que he leído en entrevistas y blogs, y puedo decir que ha valido la pena y que mi intuición no me ha fallado.
Mi primer encuentro con Ernesto Trevejo se ha producido en el Madrid de los años cincuenta, un país que aún se recupera de los estragos de la Guerra Civil, que poco a poco va recuperando una cierta normalidad, la política vuelve a resurgir de mano de los comunistas que aún andan ocultos. Una llamada al despacho del jefe Gabriel Rejas y un encuentro con las altas esferas serán el comienzo: un muchacho ha aparecido muerto en el bosque que rodea el palacio de El Pardo y sospechan que alguien pude querer cargarse al dictatorial inquilino. No es una forma normal ni lógica de hacerlo, pero claro, estamos hablando de esas mentes maléficas que son los terroristas rojos. Cuando el comisario comienza a investigar ve que la víctima ha muerto desangrada de un tiro en la pierna y parece que fuese huyendo, no precisamente hacia la residencia de Franco. Con la aparición de un segundo cadáver en Madrid con cierta relación con este, toda esta hipótesis será descartada y se planteará un motivo político.
La investigación lo lleva junto con su compañero Carlos Bustos, un elemento que me ha sacado de mis casillas más de una vez por sus comentarios y por sus cosas. Es un trepa que está donde está gracias a su tío que es el jefe. Juntos llegan a un pueblo leridano, perdido Tartarell, cerrado en su odio hacia lo de Madrid, donde está aún presente la represión, la prohibición del catalán y donde todo son suspicacias. Desde luego no se lo van a poner fácil a los de la capital, pero es que la vida no es fácil para casi nadie en esos días y por allí.
La cosa se va complicando cada vez más y van apareciendo personajes duros y llenos de matices, llevándonos a un desenlace que nos va a dejar con la boca abierta y sin perder ningún ápice de credibilidad.
El retrato de esa época oscura de esa España en blanco y negro donde existe gente escondida, gente que vive al límite, hay hambre y necesidad, hay unas heridas que aún sangran, es realmente notable. El miedo, amargura, las diferencias y los rencores se palpan entre sus letras, los chanchullos, las manipulaciones de la verdad están descritas aportando una ambientación impecable.
Por otro lado, está ese contrapunto que nos aporta Trevejo que es que quien nos va narrando la historia, con sus ademanes, su humor cínico y socarrón, sus comentarios acerados, y esa chulería que le caracteriza, con unos diálogos que en más de una ocasión me han sacado una carcajada, hacen de él un personaje inolvidable.
En definitiva, una buena novela negra, con una excelente ambientación y un protagonista que merece la pena conocer y al que espero encontrar alguna vez más, porque me ha encantado. Os la recomiendo, vais a disfrutar.
“Siempre podremos trincar a un par de infelices y cargarles el muerto, ¿no te parece? Un par de rojos que tengamos por ahí fichados y asunto arreglado.”
“Los dos son igual de imbéciles. A uno le dio por la Biblia y a otro por El capital. Dos libros que ninguno de los dos sería capaz de terminar y mucho menos de comprender.”
“Depende de lo que me hagas. A mí, si me duele algo, chillo”.
Saludos y a disfrutar leyendo.