Páginas

lunes, 17 de agosto de 2020

EL OLOR DEL BOSQUE de Hélène Gestern



Título: El olor del bosque

Autora: Hélène Gestern

Traducción: Laura Salas Rodríguez

Editorial: Errata naturae & Editorial Periférica

Fecha de publicación: 02/03/2020

Nº Páginas: 784

ISBN: 9788416291991

Género: Narrativa, ficción contemporánea.




Autora

Hélène Gestern es escritora y profesora universitaria experta en lexicografía. Nacida en Nancy (Francia) en 1971, esta es la primera vez que uno de sus libros se publica en castellano. Antes de este publicó en su país (y se tradujeron a varios idiomas) "Eux sur la photo", de 2011; "La part du gen" de 2013; "Portrait dares blessure" de 2014 y "Un vertige" de 2017. Ha recibido diversos premios y es una de las escritoras más prometedoras del panorama editorial francés. El olor del bosque es el primero que se publica en castellano. Además de escribir, es profesora e investigadora en la Universidad de Lorena.



Sinopsis

La vida de Élisabeth Bathori, historiadora de la fotografía, cambia abruptamente cuando Alix, de ochenta y nueve años, le confía las cartas de su tío Alban de Willecot, escritas desde el frente durante la Primera Guerra Mundial, y dirigidas a su amigo, el famoso poeta Anatole Massis. Junto a las cartas, su investigación la lleva a descubrir un diario en clave y un álbum con fotografías. Un verdadero tesoro para su carrera profesional. Pero no sólo. Gracias al enigma de estas vidas ajenas, el esfuerzo por recrear el tiempo en el que Alban y sus seres queridos aún podían esperar y abrazarse, amar y soñar, supone para Élisabeth, que reanuda su trabajo después de largos meses de duelo, una oportunidad para volver a visitar las sombras de su propio pasado y recordar que sigue viva. Esta herencia memorialística está acompañada por otro legado: una acogedora casa en el campo en medio de Francia. Desde allí, Élisabeth se sumerge en la historia de Willecot y empieza a sentir un sincero afecto por él, un hombre a quien la guerra hizo abandonar sus estudios de astronomía y que convivió a diario con la violencia de las trincheras. Comienza igualmente la búsqueda de Diane, la joven de la que el teniente estaba enamorado. En busca de respuestas, viaja a Lisboa, Berna, Madrid y Bruselas para citarse con todas aquellas personas que, gracias a sus recuerdos, la ayudarán a reunir cien años de vidas en un todo con sentido.
El olor del bosque es una travesía por la pérdida, una investigación sobre las historias de los desaparecidos, engullidos por la guerra —la Primera y la Segunda Guerra Mundial—, el tiempo y el silencio. Pero esta novela —monumental, múltiple, apasionante— celebra también la fuerza inesperada del amor y la memoria cuando se trata de alumbrar el futuro de sus huellas: las que iluminan, pero también devoran a los vivos.


Opinión

Había leído muy buenas opiniones de esta novela que traigo hoy por parte de varias blogueras en las cuales confío plenamente. En condiciones normales probablemente no la hubiese leído, algo prohibitiva para mí, pero como ya os he comentado con anterioridad, estoy teniendo una suerte inmensa con la biblioteca y esta acababa de llegar y la he estrenado. ¡Menudo acierto! Se ha colado entre las que van a ser una de mis novelas del año.
En la sinopsis, bastante extensa os cuenta bastante bien de qué es lo que va toda la compleja trama, aun así, os voy a dejar unas pinceladas.

Élisabeth Bathori, historiadora de la fotografía, francesa y parisina, se encuentra en el hoyo profundo que la ha dejado la muerte de su pareja, en principio no sabemos de qué y cómo y os aseguro que cuando averigüéis las dos cosas el estómago se os va a cerrar en un puño. Se pone en contacto con ella Alix De Chalendar, una octogenaria anciana para hacerle el legado de unas cartas de su tío Alban de Willecot, un fotógrafo y astrónomo frustrado que fue reclutado para luchar en la I Guerra Mundial. Estas cartas iban dirigidas al famoso poeta Anatole Massis. Este fondo tiene un valor incalculable por la identidad del destinatario y por lo que en ellas se cuenta.

La muerte de Alix y su testamento van a hacer que la vida de la protagonista de un giro brutal. La intriga por conocer quién fue la Diane a la que nombra Willecot la va a llevar a una exhaustiva investigación, en la que se verá obligada a viajar a Portugal, en Lisboa conocerá a la familia Ducreux que está relacionada de alguna manera con Diane y Alban. Los secretos que se encuentran en el diario de esta, totalmente encriptado, hacen que se pregunte qué pueden esconder esos nuevos papeles que llegan a sus manos.

También viajará hasta Madrid y Bélgica. En cada uno de los viajes irá trazando la vida de los personajes, haciendo que cada vez se implique más en una historia llena de misterio, amor y secretos. Por fin volverá a sentirse viva, aunque lo que va encontrando es de una negrura indescriptible.
¿Qué es mejor vivir con la incertidumbre y la duda o afrontar unas certezas para las que no se está preparado? Esa será la pregunta recurrente que se hará Bathory. Hasta qué punto tiene ella en sus manos la historia.

La guerra fue sucia, dura y cuando leemos las cartas enviadas desde los distintos puntos del frente vemos que los soldados están totalmente despersonalizados; para sus altos mandos no son más que números y ellos se sienten abandonados y engañados por esos ideales que se esconden tras la grandilocuente llamada de la patria. El miedo a ser el próximo en caer y el shock de ver cómo se es capaz de sobrevivir sin un poco de alma, siendo cada vez más animal, por parte de unos jóvenes muchachos obligados a luchar se te van metiendo poco a poco en el corazón.

La poesía y la fotografía resultan ser vías de escape del barro y las trincheras. En la retaguardia la cosa no es muy diferente, la censura actúa implacable sobre las cartas, pero entre líneas rezuma la desesperación, y poco a poco las bajas se van cargando sobre los que quedan detrás, las víctimas sin sangre que son las mujeres que tiran de un país que se está quedando sin hombres.

Tras una guerra llegará otra, esta vez la existencia de una estrella amarilla sobre las prendas hará que la suerte y la muerte se incline de uno u otro lado. Los descendientes de las personas que vivieron esta segunda guerra también tienen su trama y sus secretos, que lo sigan siendo también dependerá de la investigación. 

Con una prosa limpia, inmaculada, llena de poesía y referentes franceses, la historia nos va a ser contada por Élisabeth, con sus dudas, sus certezas y sus miedos. Otra parte la conoceremos a través de las cartas y el diario de Diane. Solo habrá pequeños fragmentos que nos serán narrados de forma omniscente para aportar una mayor credibilidad a los sentimientos que se imponen en esos sucesos.
A pesar de las muchas páginas y de las tramas de las historias en las que se entrecruzan los personajes, no puedes parar de leer, porque son demasiados los interrogantes con los que juega la autora y con los que construye una novela, para mí casi perfecta.
En resumen, una historia de guerras, de amor, de amistad, de lealtad y honor donde los personajes y familias guardan secretos que querrás conocer. Una novela que deberías leer y de la cual no te podrás despegar. Una gran lectura.


Os espero en el jardín de Jaligny jugando con Lionette.

“Era el precio de aquel duelo sin duelo, de la incapacidad de pensar en tus últimos meses, de tomar en consideración la vida y el dolor, de decidir que un día uno de los dos debía vencer al otro.”

“Nadie sabía que estaba allí. Habría podido perderme y no volver jamás. Habría podido morir y no me faltaron ganas. Sentía que había llegado el fin del mundo, al fin de mi historia, la que habíamos compartido, la que habíamos perdido. Trescientos días sin ti, y un dolor que poco a poco había perdido su nombre, su sentido, su color.”

Saludos y a seguir soñando con los libros.