Título: Los detectives de
la línea morada
Autor: Deepa
Anappara
Editorial:
Ed. Destino
Primera edición:
20 de enero de 2021
Nº de páginas: 461
Género: Narrativa, suspense
ISBN: 9788423358649
Autora
Deepa Anappara creció en Kerala, en el sur de la India, y trabajó como periodista en ciudades como Bombay y Nueva Delhi durante once años. Sus investigaciones sobre derechos humanos y el impacto de la violencia religiosa en la educación de los niños han sido
distinguidas con varios honores. Ha sido premiada, también, por la publicación de diversos cuentos, y en la actualidad reside en Inglaterra y está cursando un máster en Escritura Creativa. Antes de que se publicara, Los detectives de la línea morada ya contaban con tres galardones al mejor debut: el Premio Peggy Chapman-Andrews de Primera Novela, el Lucy Cavendish de Ficción y el Deborah Rogers Foundation. Posteriormente, los lectores y la crítica la han respaldado de manera unánime y se ha convertido en una de las revelaciones literarias del año: ha formado parte de la selección del Women’s Prize de Ficción, ha sido finalista del premio JBC de Literatura, y se encuentra además en proceso de traducción a veintidós idiomas.
Sinopsis
Al final de la línea morada del metro de una ciudad
superpoblada de la india, Jai sobrevive como puede con su familia en una
barriada de chabolas con techo de hojalata. Fan declarado de los realitys de
policías, su vida y la de sus mejores amigos, Pari y Faiz, es un constante
ganarse la vida como buenamente pueden. Pero cuando un compañero de su clase
desaparece, los tres tratarán de averiguar qué es lo que le ha pasado y Jai
pondrá en práctica todo lo que ha aprendido en la tele. Pero la realidad es
mucho más cruda y los niños no dejan de desaparecer a su alrededor.
Opinión
Hoy traigo uno de esos libros desgarradores que quizá
no hubiese leído si no llega a ser por la iniciativa de Masa Crítica de Babelio,
a quien doy gracias por el ejemplar.
Nos trasladamos a la India a un basti, barrio humilde periférico
de una gran ciudad, donde sus habitantes viven con el permanente temor a que
sea demolido, para conseguir que siga en pie tienen a un patriarca, y vuelan
los sobornos a la policía, todo para que no aparezcan las excavadoras.
Nuestro protagonista es Jai, un chiquillo de
nueve años, que vive en el barrio, va al colegio con sus mejores amigos, Pari
y Faiz. Es un fan incondicional de los programas de detectives que echan
en la televisión, y su sueño es ser como ellos. Su padre trabaja en la ciudad y
su madre también, allá al otro lado de la línea morada del ferrocarril, sirviendo
en la casa de una mujer rica y muy poco empática. Para ella no existe la
familia y la existencia de la madre de Jai se limita a estar a sus órdenes.
En ese barrio a pesar de estar lleno de gente y
moverse todos alrededor de la plaza del mercado, casi todos se conocen y saben
todo en base a la rumorología que se mueve en la zona de baños y la fuente
donde recogen agua, tarea que llevan a cabo las mujeres y algunos de los
pequeños de la casa.
Un día desaparece Bahadur un pequeño, compañero
de clase de Jai, la policía pasa bastante del tema, para ellos en solo un niño
más de los que desaparecen cada día, además piensan que probablemente sea una
desaparición voluntaria, ya que el pequeño era maltratado continuamente por su
padre, un pobre borracho que paga sus frustraciones con la familia. Jai tomará
la decisión de encontrarlo, para ello no dudará en convertirse en el jefe de su
propia agencia de detectives, “contratará” a Pari, una chica muy inteligente y
la verdad, bastante más lanzada que él, y Fariz, su amigo musulmán, que trabaja
en todo lo que se le presenta para poder ayudar a su familia, lo que hace que
falte bastante al colegio, pero por otro lado es el que más contactos tiene.
La posterior desaparición de Omvir, otro niño aún más
pequeño que el anterior, sin dejar rastro, hace que los padres tengan cada vez
más miedo y van a intentar que sus hijos estén más controlados, algo bastante
complicado cuando muchos de ellos trabajan y no tienen a nadie para dejarlos al
cargo, como mucho, vecinos tan agobiados o más que ellos.
Con su infinita inocencia estos tres niños van a enfrentarse
con seres bastante malignos, esos que están ahí al lado siempre, como una
oscura sombra. Un día tomarán la decisión realmente importante de dar un paso
más y subir al tren de la línea morada para ir al otro lado, allí descubrirán
un mundo desconocido, compuesto por rateros, malhechores de todo tipo y alguna
alma buena que recoge a los niños de la calle y les da protección. La ciudad es
de los que tienen dinero, ellos no tienen cabida en ella, así que pronto se
darán cuenta que aquel no es su lugar y que probablemente el que hace
desaparecer a los niños forma parte de su día a día; ellos ni por un momento se
plantean que hayan podido morir asesinados. Cuando las sospechas se orientan a un
posible sospechoso de origen musulmán, comienzan a surgir los odios religiosos
haciendo que Faiz sufra cada vez más por su familia.
Es una novela bella a la vez que dura, nos muestra una
realidad muy lejana al exotismo que nos quieren vender, nos enseña la miseria y
el miedo cotidiano, las ansias de salir del agujero en el que están y la poca
esperanza que tienen de hacerlo. La lucha de unos padres porque sus hijos
tengan una vida diferente, la dificultad añadida que tiene ser mujer en la
sociedad, porque aun dentro de las familias menos tradicionales tienen un papel
secundario. La tremenda presión que hay entre las distintas religiones y el
miedo que ha ido aumentando con el tiempo hacia los atentados, la continua
lucha entre hindúes y musulmanes.
Nos habla del drama de los niños desaparecidos, que la
autora conoce de primera mano, ya que ha estado trabajando en esta problemática
y, de hecho, la historia se hace en base a miles de entrevistas y declaraciones
que ha ido recopilando por su trabajo como periodista. Diariamente desaparece
un promedio de 180 niños al día, por una razón u otra, en medio de la pasividad
de las autoridades que con una policía corrupta no pone interés alguno en que
las cosas cambien. La existencia de clanes de buscadores de basura entre los
que trabajan niños huérfanos y abandonados a cambio de comida y protección.
La historia nos la va a contar Jai en primera persona,
sus andanzas, sus celos hacia Fari como niña detective, sus problemas en casa,
todo lo que tiene que hacer para conseguir el dinero para viajar en la línea
morada, la extraña relación de amor odio con su hermana Runu-Didi, una
luchadora que aspira a ganar carreras de velocidad y que su familia se sienta
orgullosa de ella. Intercalados tendremos capítulos en los que un narrador
omnisciente nos cuenta las horas antes de cada una de las desapariciones.
En resumen, una novela de suspense e intriga con una
prosa muy atractiva y poderosa que utiliza unas desapariciones de niños para
hacer un alegato que llame la atención sobre este fenómeno y sobre esta tremenda situación de pobreza y miseria en la India. Es una novela para ir degustando poco a poco, con un
ritmo pausado que nos permita envolvernos en la magia de la escritura de esta
autora. La recomiendo, me ha gustado mucho.
“¿Porque vais pariendo hijos como las
ratas cuando sois incapaces de cuidar de ellos? Le haremos un favor al mundo si
arrasamos con vuestra pocilga.”
“Si algo nos pasa, es responsabilidad
nuestra. Si nos desaparece la tele en casa, nosotros mismos la robamos si nos
asesinan, fuimos nosotros los que nos matamos.”
Con esta reseña participo en la Yincana Criminal 2021
en el casillero correspondiente a: La
acción transcurre en Asia o el autor/a de la novela es asiático.
#SoyYincanera #YincanaCriminal2021
Saludos y a seguir leyendo.