Durante la semana pasada se ha celebrado la Feria del Libro
de Málaga, y como auténtica loca por los libros, me propuse ir, lo que
significa un desplazamiento de unos cuantos kilómetros. No es precisamente
salir a pasear, de modo que hay que afinar los días en los que quería
encontrarme allí.
Las circunstancias, el bolsillo y los autores que más me
llamaban la atención se concentraban el sábado día 7, lo que era una suerte
porque en un día podría hacerlo todo.
El viernes día 6 ya tenía prevista la presentación de María
José Moreno y pensaba dar una vuelta. Los elementos, la lluvia torrencial,
hicieron que no pudiese ni acercarme, porque tuvieron que cerrar las casetas.
Entre mis planes estaba hacer un taller sobre blogs, al que un pequeño problema médico de última hora me impidió
asistir. Pensaba ir a saludar a Salvador Navarro que firmaba su libro Huyendo de
mí, del que he leído buenas críticas, pero nada, no pudo ser.
Tenía claro, que aun a costa de mi salud, pasaría por las
casetas y cojeando me dirigí hacia allí con una enorme ilusión, cualquiera que
me conozca sabe lo que significa para mí una concentración de libros…y ahí fue
cuando me llevé el primero de los chascos. No sólo no había muchas casetas,
vale ya sabemos que Málaga no tiene la mejor feria del libro, pero tan pocas
casetas no me parecía normal.
Seguí caminando y me di una vuelta, y el corazón se me cayó
a los pies. ¡Apenas si había libros!
No voy a decir la poca gente que andaba por las casetas,
porque aún era temprano, pero la oferta era bastante escasa, y lo que me pareció
peor es que no había variedad. Los mismos pocos libros en todas las casetas.
Excepto por supuesto las temáticas, que tienen su público exclusivo.
Volví más tarde ya que tenía mucho interés en conocer en
persona a dos autoras a las que ya conocía de las redes sociales, y con libros
que ya tenía en mi mente.
No había colas, seguía el mismo aspecto desangelado en el
muelle. La gente paseaba pero ni siquiera se acercaba a las casetas, no veía
libros ni bolsas en las manos de los transeúntes. Era una casualidad que aquel
día amenazase lluvia o era algo que había ocurrido a lo largo de la semana.
Por lo que pude comentar, era una norma general. La crisis
ataca fuerte al sector. Comprendí entonces la razón de las pocas casetas.
Montar una caseta, destinar medios y personal para no tener beneficios, debe
ser duro y entiendo que desanime a los profesionales.
Me pregunté y me pregunto si no sería mejor un cambio de
ubicación. El puerto y el Palmeral de las Sorpresas es un sitio precioso, pero
allí la gente va a pasear y las casetas no resultan atractivas. Recuerdo que cuando
se hacía en el parque había más gente…pero, no había crisis. ¿Qué fue antes el
huevo o la gallina?
Pero no todo iba a ser tristeza. Conseguí hablar con dos
autoras, mujeres jóvenes y simpáticas que hicieron que la tarde valiese la
pena.
Por un lado estaba Clara
Peñalver una chica dulce y simpática que se alegró de verme por allí y que
tenía entregado a su pequeño público…pequeño de edad, no de cantidad. Es autora
de distintas temáticas, entre ellas libros infantiles que tenían entusiasmados
a los peques.
Yo me incliné por conocer su último libro, con Ada Levy como protagonista
La
fractura del reloj de arena. Se ofreció a salir a echarse una foto
conmigo. No pude hablar demasiado con ella, quería comentarle que tenemos una
ciudad amada común, Granada.
Y casi a la misma hora estaba Sara Ventas, que me fue recomendada por una amiga común Mayte
Esteban. Otro encanto de mujer con la que me hubiese gustado charlar un poco
más, pero ya iban a cerrar el chiringuito. Le di el beso y el abrazo que había
prometido y me le eché el ojo a sus dos libros, Treinta postales a distancia
y ¿Y
si no es casualidad?
La caseta de los cuentacuentos y las actividades infantiles
estaba a tope, lo que siempre da esperanza, y la especializada en cómic igual.
El maniquí de Star Wars era una pasada.
Como siempre, volví a casa con una sonrisa, porque a mí pese
a crisis, a editoriales, a luces y a sombras, lo que me hace feliz es leer, y
si es en papel aún más.
Hasta el año que viene, que espero que venga mejor.
Buenas noches Mari, por desgracia todo lo que cuentas me es bastante familiar, en la Feria de Córdoba pasa igual. Pocas casetas y poco público. Los escritores que vienen a presentar sus libros tanto en la feria como en otros eventos en muchas ocasiones se encuentran solos y es una pena ya que si ven que el público no responde cada vez vendrán menos, para ellos y las editoriales supone una pérdida tanto de tiempo como de dinero.
ResponderEliminarEl panorama es realmente desolador.
EliminarGracias por pasar.
Besos
Bueno mujer, pues a pesar del bajón inicial por la falta de libros, conseguiste llevarte unos cuantos ejemplares y conocer a escritores, quédate con eso.
ResponderEliminarBesos!!
Conocer a escritores siempre es enriquecedor.
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Qué pena lo que cuentas Mari! Qué paisaje tan desolador!
ResponderEliminarBueno, menos mal que al final pudiste conocer a Clara y a Sara
Besos
Es con lo que me quedo, conocer a dos autoras, aunque no consiguiera hablar mucho tiempo con ellas.
EliminarBesos
Lo de las casetas es tremendo, una pena la verdad. No hay variedad apenas, pero entiendo a los libreros, si no hay ventas, no hay nada que hacer.
ResponderEliminarBesos
Es la pescadilla que se muerde la cola, en la que todos somos perjudicados.
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Pues sí, es familiar lo que cuentas. A no ser que venga un autor muy conocido, poco público se ve. Y no creo que las ventas aumenten mucho con estas ferias. Por cierto, aún no he podido ir a la que se celebra esta semana en mi ciudad. El sábado tengo que pegarme una escapadita sí o sí. Entre semana me resulta imposible.
ResponderEliminarBesotes!!!
Familiar y muy triste, por desgracia.
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Creo que, salvo en las grandes ferias, en todas pasa más o menos igual, además de que siempre nos encontramos los mismos.
ResponderEliminarBesos
Pues algo muy triste, sobre todo para los amantes de los libros y para aquellos que desean una relación más cercana.
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Aquí en Barcelona no suele ocurrir esto, sobre todo en Sant Jordi es una locura como están las casetas y las firmas de libros,y luego hacen otra de libro de ocasión que también suele estar bastante llena... Que lástima, pero por lo menos lograste tus objetivos :)
ResponderEliminarBesos!
No sabes qué envidia más grande me da. Algun día iré.
EliminarBesos