Título: Cartas a un amor
sin memoria
Autor: Álex Couto
Editorial:
Base
Primera edición:
29 de noviembre de 2021
N.º de páginas:
336.
Género: Narrativa,
intimista.
Autor
Álex Couto Lago (Montevideo, 1968). Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Santiago de Compostela. Ha publicado cuentos y relatos cortos en las revistas digitales Negratinta y Frontera D. Ha sido colaborador de Televisión de Galicia, Radio Voz, La Voz de Galicia y Diario Gara, de plataformas digitales hispanoamericanas y de
publicaciones especializadas como The Tactical Room, Perarnau Magazine, Instituto Fútbol y Kaiser Magazine. Ha desarrollado una significativa labor periodística y de investigación y es un prolífico conferenciante. Analista, gestor de contenidos y formador de formadores en la
plataforma digital Fútbol Táctico y entrenador con licencia UEFA PRO, ha desarrollado una intensa carrera en el ámbito del fútbol formativo y profesional (gestión de equipos, dirección de recursos humanos, formación de profesionales). Autor de obras de no ficción como Las grandes escuelas de fútbol moderno (2014), Catenaccio. El arte de defender (2017), Fútbol: ¿Preparados para competir? (2017) y Fútbol Total. Los estrategas que han cambiado la historia (2018).
Foto de la página del autor
Sinopsis
Tras la muerte de su abuelo paterno, Silvia viaja a la
casa familiar y allí se reencuentra con la memoria de su infancia y juventud,
marcada por la figura de quien fue para ella un referente ético y moral,
Francisco Duarte. En el despacho, hasta entonces un lugar prohibido, Silvia
descubre la razón del misterio en un cajón del escritorio. Cartas antiguas, un
portátil, un revólver en el que falta una bala, un casquillo… Silvia encuentra
la verdad, un crudo hallazgo que ordena las piezas de su vida. Este libro habla
de gente que en la posguerra aprendió a sobrevivir, de la penosa vida de las
presas en la cárcel de Ventas en Madrid y de los abusos de los vencedores tras
la Guerra Civil. Pero sobre todo narra las vivencias de Francisco Duarte y de
qué modo las consecuencias de sus actos han marcado a su familia. La memoria
familiar puede llegar a ser una auténtica pesadilla.
Opinión
La novela que traigo hoy me ha hecho tener muchas
sensaciones y es que a priori por el título y la portada sentí una especie de
flechazo, imaginaba lo que podría esconder tras sus páginas y no ha sido una
buena relación al final. Intentaré explicarlo.
Silvia Duarte acaba de perder a su abuelo y le toca el
duro trámite de hacer inventario y ordenar lo que hay en la casa familiar para
que todo esté dispuesto a la hora de hacer el reparto de bienes. Siempre tuvo
una conexión especial con él, ya que gracias a los ratos que pasaron juntos la
enseñó a valorar la literatura, la música, el gusto por la comida y los buenos
vinos. Mientras va ordenando las cosas la embarga una sensación más de gratitud
por lo que ha vivido con él que de tristeza. El ciclo de la vida.
Cuando entra en el despacho de su abuelo para hacer el
inventario encuentra el diario que escribía Francisco Duarte, a modo de cartas, que él
le escribía a su esposa Soledad a la que tuvo internar en una residencia, ya
que estaba muy enferma de alzhéimer y ya no podía cuidarla él solo. Aun así, pasaba
con ella todo el tiempo que podía. A Silvia le da una ternura inmensa leer un
diario tan lleno de amor en una pareja tan longeva.
Silvia sigue investigando en el escritorio, está
intrigada por un cajón cerrado con llave, cuando consigue abrirlo va a
encontrar otro lote de correspondencia entre sus abuelos de los años de la posguerra
cuando su abuelo vivió en Madrid solo, mientras Soledad se quedaba en el
pueblo, y un revólver sin una bala.
Esas cartas tienen la llave de un pasado que
pulverizará los pilares sobre los que Silvia ha crecido. Entenderá mejor a su
padre, del que nunca hablan. Es en ellas donde estará la esencia de la novela y
los personajes y donde seremos conscientes de la verdadera personalidad de los
protagonistas.
Conoceremos también lo que va pensando Francisco
cuando está solo, sus paseos con los perros, lo que opina de sus hijas, sus
yernos y sus nietas, mucho cariño no les tiene; veremos como aprende a vivir en soledad descubriendo nuevas
opciones de entretenimiento que lo llenan y hacen feliz.
Esta es la historia, y está muy pulcramente escrita
con un estilo muy cuidado que me hubiera gustado mucho si no fuese por los
peros. Y en este caso son gordos: ojo que es mi opinión.
El relato es tremendamente tedioso, lo hubiese abandonado bastantes veces si no hubiera sido por la curiosidad que me suponía saber dónde estaba lo que me contaba la sinopsis y que yo no veía por ningún lado…porque hasta llegar al meollo del asunto hemos estado comiendo, cenando, desayunando y paseando a los perros con unas descripciones extremadamente minuciosas, tanto que agobiaban, unas cuantas veces. No necesito saber cómo preparar la cena y qué ingredientes tiene, la cantidad de sorbos que le da al vino y el porqué de que cada comida deba ser acompañado por una música y un libro determinado, llega un momento en el que hay largos párrafos en los que parecen catálogos de una librería o una tienda de música, lo que hace que te aburras, que el interés decaiga y estés deseando pasar de página. Esos interminables paseos con los perros, en los que le falta contar los pasos, hacen que de unas agradables sensaciones que pretende transmitir a pasar a que te den ganas de decirle por favor, ¡llega ya! Si tienes la suficiente paciencia y curiosidad a más de la mitad del libro encontraréis lo que decía la sinopsis, y eso no os lo voy a contar, solo os diré que eso sí merecía la pena.
Aunque lo que cuenta es muy
interesante, la forma en la que lo aborda es abrupta y con poco sentido, no me
he podido creer muchas cosas, no las he visto creíbles precisamente por cómo
las cuenta. Y el final lo despacha con dos páginas en las que te quedas con una
sensación de ¿en serio? Me he tragado las ensaladas y los paseos y lo
importante ¿no se sabe cómo lo ha conseguido? Así que he cerrado el libro con
enfado. La catarata de sentimientos que me había conseguido provocar en unas
cien páginas se ha diluido, quedándome solo con la sensación de que una obra
que podría haber sido muy buena se ha desdibujado con la certeza de que el
autor ha querido hacer un alarde de conocimientos y ha metido mucha mucha paja.
No soy de hacer comentarios negativos, pero es que en
este caso he encontrado una historia muy buena, desarrollada de una manera poco
adecuada dejando toda la intriga para el final y resolviendo de modo apresurado
aquello que precisamente necesitaba de más explicación. Repito, es mi opinión.
Imagino que habrá gente que le haya encantado, no es mi caso.
En resumen, una historia de la posguerra, de la vida de
los vencidos y los vencedores, de las cárceles y sus condiciones, envuelta en
todo un aderezo de información perfectamente prescindible. Yo no lo recomiendo,
a no ser que te gusten los detalles, la cocina, el vino, la música y la
literatura, de esto iréis bien servidos.
“Tú eras el lazo que nos unía a todos. Ellas
venían a verte a ti, a conversar contigo, a disfrutar de tu presencia, y yo
estaba allí porque era tu marido. Nunca tuve especial sentido paternal con las
chiquillas.”
“Y ahí me planteo nuevamente la duda, ahí
es donde mi conciencia presenta una fisura nueva. ¿Podemos valorar el ayer
evaluándolo con los ojos de hoy?”
Un saludo y a leer siempre.