Título: Un
bien relativo
Autora: Teresa
Cardona
Editorial: Siruela
Primera
edición: 13 octubre 2022
N.º
de páginas: 440
Género:
Policiaca, intriga
Autora
En francés y a cuatro manos Cardona ha publicado los
títulos Un travail à finir y Terres brûlées, ambas
obras protagonizadas por el teniente Andreani, un policía amante de la música
clásica y el jazz.
Bajo su verdadero nombre la autora publicó en España
en 2022 Los dos lados, una historia cuya protagonista, Karen
Blecker, es una teniente que acaba de llegar al país tras pasar gran parte de
su carrera profesional trabajando para la Europol.
Sinopsis
Justo cuando la teniente Karen Blecker se pregunta de
nuevo si los inviernos serán siempre así de fríos y monocordes en el cuartel de
San Lorenzo de El Escorial, el guardia Suárez notifica la llamada de tres
paseantes: ha aparecido un cuerpo en el camino de La Horizontal. Una muerte en
el pueblo es en todo momento un hecho reseñable, y más aún si es la de una
monja que no pertenece a ninguna de las congregaciones de la zona.
Con la ayuda del reticente brigada Cano,
Blecker comenzará a ahondar en el pasado de sor Lucía, una mujer enérgica que
dedicó su vida a la creación y desarrollo de una moderna planta hospitalaria.
Siguiendo los perfiles de otras mujeres vinculadas por diferentes motivos a la
religiosa, la pareja se verá inmersa en una oscura investigación que los
conducirá desde las zonas más acomodadas hasta los barrios periféricos del
Madrid de los años ochenta —tan opuestos como íntimamente ligados entre sí—,
obligándolos a la vez a revisar sus propias convicciones, a cuestionarse si en
realidad no existe falla en la monolítica rotundidad del bien ¿Y si, en
ocasiones, también este pudiera ser relativo?
Opinión
El libro que hoy traigo forma parte de la iniciativa de
masa crítica de Babelio y que ha supuesto un encuentro con una editorial de la
que, por desgracia, he leído poco. Y ha sido una buena experiencia, la verdad.
Nos situamos en San Lorenzo de El Escorial el año 2015
y allí la teniente de la guardia civil Karen Blecker acaba de llegar de la Haya
y está aclimatándose a su nueva vida en Madrid y a sus nuevos compañeros; el
brigada Cano está aún midiendo a su superior, decidiendo si es “de los suyos” o
no. Reciben el aviso de que tres mujeres que andaban por el Camino de las
embarazadas se han encontrado con el cadáver de una monja. Con indicaciones que
Google nunca encontraría llegan al camino y observan que no se trata de una monja
de las del convento que existe en el pueblo. ¿Quién era? ¿Por qué alguien
querría matar a una monja? La maquinaria de investigación se pone en marcha.
Pronto se enterarán de que se trataba de Sor Lucía, que se encontraba en el convento convaleciendo de una enfermedad, no tenía apenas relación con el resto de las hermanas, ya que al ser de distintas congregaciones los hábitos y rutinas eran muy diferentes. Cuando llegan a la clínica donde ella trabajaba voluntariamente se encuentran con que era muy querida allí, de hecho, era toda una institución.
En otro plano temporal nos vamos a 1980 a Madrid, donde Inmaculada, una madre con cinco chiquillos, se las ve y se las desea para llegar a fin de mes, lo hace gracias a que su hija Conchita le echa una mano en alguna de las casas, cuando tiene uno de sus muchos accidentes.
En ese mismo año vamos a ver cómo es la vida en el Barrio
de Salamanca, donde los quehaceres y anhelos no pueden ser más diferentes de
los que pueden tener Inmaculada y su familia. El escalón insalvable que hay
entre las señoras y el servicio. No hay desprecio, pero la empatía es
complicada de encontrar. Se trata de un mundo en el que el dinero lo puede comprar casi todo.
El punto donde convergerán los dos planos temporales
será el que nos acabará dando la solución de una muerte y lo que esconde.
De fondo vamos a estar contemplando la enorme evolución
que ha habido en las formas de vida, y la sociedad en los últimos treinta años.
El papel de la mujer, el divorcio, el aborto, las técnicas de reproducción
asistida, el papel de los religiosos en las instituciones, el maltrato. Y sobre
nuestra lectura va a ir planeando en todo momento la reflexión acerca del bien
y del mal, de cómo no son términos absolutos, sino que al final, como todo en
la vida, es relativo y depende del cristal con que se mire.
Con una prosa pausada, interesante, la autora crea
unos personajes muy definidos, casi todos los más importantes son femeninos,
aunque quienes más influyen en la historia son los masculinos, los diálogos son
amenos, creíbles, y en el caso de la trama más cercana en el tiempo vemos un
velo de cinismo e ironía. Todo ello ha hecho que me haya gustado bastante, porque
al margen de la intriga policiaca lo más interesante es lo que subyace, y eso
no os lo pienso contar.
En definitiva, una buena novela de intriga con mucha
crítica social y un buen análisis de lo que han sido nuestros últimos años como
sociedad, y como tema de fondo algo que está de rabiosa actualidad. A mí me ha
gustado bastante. La recomiendo.
“No
dudaba había que poner pasos de cebra, pero era partidaria de mirar antes de
cruzar. Si no se le dejaba una mínima responsabilidad al ciudadano, llegaría un
momento en el que se sentiría incapaz de hacer el más mínimo esfuerzo sin el
cartelito estatal. Y, se dijo Karen, solo un Estado totalitario podía
controlarlo todo.”
“Por
eso la justicia es ciega. Por eso la ley no es sentimental. La ley impone una línea, y no nos
corresponde a nosotros el interpretar.”
Saludos y a leer, siempre.