El pasado 25 de marzo acudí llena de ilusión a Málaga a la
presentación que Alejandro Palomas hizo de su última novela, Un perro en la
editorial Destino, así como de la reedición en bolsillo de El tiempo que nos
une en Booket.
Todo llevaba mucho tiempo planeado, no se podía dejar nada a
la improvisación, excepto que mis despistes , una vez más, hicieron acto de
presencia. Y es que a pesar de haberlo visto mil veces, y haberlo compartido
otras tantas, el evento tendría lugar en la librería Agapea situada en el CAC.
Y mi cabeza se empeñó en situarla en el CAL. Una simple letra, un kilómetro y medio de distancia, que tardé
en recorrer 20 minutos a toda pastilla... Y yo haciendo tiempo…

El ambiente era muy agradable y es que tal y como Alejandro había sugerido, algunos de los asistentes habían llevado sus perros, lo que nos hizo estar entretenidos, y a sus dueñas más aún.
Alejandro llegó reponiéndose de una gripe, y el presentador
parecía inmerso en otra, y yo que estaba tan alegremente en primera fila,
gracias a Bookeando con Mángeles que me cogió sitio, empecé a sentirme un pelín
hipocondriaca.
La atención del autor estaba totalmente ausente…bueno,
estaba presente pero totalmente absorto en los perros que allí había.
Y aunque nos dijo que no sabía qué contarnos, cuando
comenzó, no pudo parar. Es su obra, es su último hijo, ese pequeño que está aún
cogido de su mano y que aún no ha empezado a volar solo, lo está guiando y está
disfrutando de la cercanía que le está suponiendo haber publicado con una gran
editorial, que tiene el valor añadido de involucrarlo en estas presentaciones,
que a él lo enriquecen y a los lectores…nos enloquecen.
Y es que una vez que lo
has conocido en persona y lo has escuchado hablar ya te tiene en sus redes para
siempre.
Nos contó cómo había sido todo el proceso creativo, la
presión que ha supuesto publicar dos libros en tan poco tiempo, lo agotador que
ha resultado no poder disfrutar de la sensación de vivir los momentos
posteriores a la publicación y embarcarse en la promoción.
Habló de la portada, del cómo y el porqué de cada uno de los
detalles que los lectores tenemos en nuestras manos, y a veces no les damos la
suficiente importancia. Habló de esos entrañables personajes que ya forman
parte de su vida y la nuestra, R., Fer, Amalia de cómo lo han absorbido y
cuánto los quiere.
Y hablamos de El tiempo que nos une, su gran obra, ésa que
es su favorita, de la que más orgulloso se siente, a la que siempre defenderá
porque dice que es su más yo.
Al escucharlo hablar con tanta pasión de su libro y sus
personajes, me sentí tan pequeña y tan insignificante que por un momento me
rompí, porque la sensación de orgullo que transmitía era tan grande que no pude
sino pensar que debe ser maravilloso sentirse así.
Y tragándome unas lágrimas que pugnaban por salir de mis
ojos me sentí feliz y orgullosa de haberlo conocido, y de haberlo leído.
Después vino el momento de las firmas, en el que Alejandro
se hizo más grande, más sencillo y más cálido haciendo que la despedida se hiciese
más dura. Pero en mis manos llevaba dos libros magníficos con unas preciosas
dedicatorias.
Momentos atesorados para cuando la vida me achuche y me
revuelque tener donde asirme, y ver las cosas de otro color.
Gracias Alejandro Palomas por haber venido y ser tan
cercano, gracias a Ediciones Destino que te trajo, y a Librería agapea por
acogerte y darte cariño.
Nos vemos en la próxima parada.