martes, 19 de mayo de 2020

BRIANDA: Una bruja en tiempos de la Inquisición de Mayte Esteban

Título: Brianda. Una bruja en tiempos de la Inquisición de Mayte Esteban
Autora: Mayte Esteban

Edición: Mayo de 2020

Editorial: Autoeditado. Amazon

Nº de páginas: 712

ASIN: B086M742H6

Género: Fantasía, Histórica






Autora

Mayte Esteban nació en Guadalajara y reside actualmente en un pueblo de Segovia. Se licenció en Geografía e Historia por la Universidad de Alcalá de Henares y escribe desde que era muy joven. Es autora de seis novelas de diferentes temáticas: La arena del reloj (2011), Su chico de alquiler (2011), El medallón de la magia (2012) y Detrás del cristal (2013), Brianda, el origen del medallón (2014) y La chica de las fotos (2017).
Ganadora del premio RNR a la mejor novela sentimental por Detrás del cristal y quedó Finalista del III Premio Digital de HQÑ con su libro La chica de las fotos, que le supuso su publicación en papel.
Su última novela La colina del almendro ha sido toda una revelación.

Sinopsis

En el verano de 1610, bajo el aplastante sol de agosto, nace una niña en una pequeña aldea de Toledo. Sus padres y la partera enseguida se dan cuenta de que algo extraordinario sucede en torno a esa criatura, algo que acabará marcando su vida y la de quienes la rodean.
Esta novela constituye toda una aventura en la fascinante España de Siglo de Oro, una época dominada por la sombra del Tribunal del Santo Oficio, pero a la vez pletórica de la luz que representó nuestra mejor época de la literatura.
Bienvenido a la historia de Brianda, una bruja en tiempos de la Inquisición.

Opinión

La novela de la que hoy hablo es una reescritura y fusión de dos novelas anteriores de Mayte Esteban en las que juega con la magia y un medallón que es el elemento de unión entre las dos. Como mi cabeza está regular ha sido casi como leerla por primera vez, recordaba a los personajes y la ambientación, pero tenía más difusa la parte que ocurre en el presente. Ahora ya la historia del medallón está completa y ordenada.

Amanda y Alonso encuentran en su casa un antiguo manuscrito en el que se puede leer gran parte de la historia familiar de Amanda. Con una buena carcajada comienza la aventura.

Nos trasladamos a una aldea castellana en la provincia de Toledo, a comienzos del siglo XVII. Isabel se pone de parto y da a luz a una chiquilla pelirroja que impone su nombre ante su atónito padre, se llamará Brianda. Ricardo nota que su hija es especial, pero no imagina hasta qué punto. Cuando crece ella sabe cosas, aunque no cree ser muy distinta al resto, pero tiene que andar con cuidado porque cualquier cosa que de diga o haga que se salga de lo normal puede ser tomado como brujería y podría ser llevada a la hoguera.
El día que llega a casa su tía Olianda, será un punto y aparte en la vida de Brianda, tomará conciencia de que esos poderes, que tiene y que debe controlar, son debidos a que ella es una bruja blanca y a partir de ahí debe aprender a reconocerlos, a vivir con ellos y sobre todo a saber dirigirlos.

Paralelamente en Toledo en una familia conocida de la capital, la familia Alfónsez, viene al mundo un chiquillo, Luis, al que su madre rechazará desde el primer momento. Algo que su marido don Cristóbal no entenderá y hará todo lo posible por repartir su amor entre él y sus hermanos Marta y Sancho. Con el tiempo, Luis se va a convertir en un muchacho problemático y odioso.

En un viaje a Toledo para comprar y vender mercancías, las dos familias se conocerán por azar y un fuerte vínculo de amor y odio surgirá entre ellos.

Esta parte de la novela está llena de aventuras, con una soberbia ambientación en la que la mayor parte de la trama se desarrolla entre la aldea y Toledo, donde viven los Alfónsez y donde posteriormente se asentará un miembro muy reputado de la Inquisición que tiene una obsesión enfermiza y malévola por acabar con las brujas y la magia. Para él no hay diferencia entre la blanca y la negra, solo sabe que quien lo sea debe acabar en la hoguera.
Será un viaje a Madrid en busca de pergaminos para poner por escrito todas las enseñanzas y embrujos que conoce Olianda, cuando conoceremos a Sebastián, que se incorporará al grupo como guía turístico y gastronómico, un chicuelo avispado y revoltoso que nos sacará más de una sonrisa con sus cosas.

Tras muchos años, ya en el s. XXI, nos encontramos de nuevo en otro pueblo de Toledo, a una nueva protagonista, Amanda. Una chica de dieciocho años que perdió a sus padres en un accidente y que vive con su abuela Clara, está intentando saber qué quiere estudiar y cómo enfocar su vida cuando de repente le llega la noticia de que le han dejado en herencia una casa en otro pueblo. Llena de ilusión vuela hacia su mansión y se lleva una decepción tremenda al encontrarla casi derruida, cuando curiosea por las habitaciones y llega a la biblioteca, se dará de bruces con Alonso un fantasma de un soldado de Felipe IV, que, para su tremenda sorpresa, la informa de que ella es la última bruja de una larga estirpe y que tiene una misión encomendada desde el pasado: Encontrar un medallón. La pobre no se cree nada y tiene sus más y sus menos con Alonso, que tampoco puede dar crédito a lo que se encuentra en estos años tan modernos.

El libro, claramente está dividido en dos partes, la primera, con Brianda y la Inquisición como protagonistas, es claramente un libro más histórico con una ambientación muy cuidada, mostrándonos hechos tales como la peste, el incendio de la catedral de Toledo, el Madrid de aquella época con la picaresca, el teatro y las corralas, los peligros de los caminos, el miedo a todo aquello que pueda suponer un cambio. Los personajes están muy bien caracterizados y se comportan conforme a la época que les ha tocado vivir. Hay numerosas aventuras que te hacen trasladarte allí.

La segunda parte, la del presente, es más fresca y divertida, llena de equívocos, de guiños de risas y carcajadas por las cosas del Alonso fantasma antiguo, y de Miguel uno de nuevo cuño, y la pobre Amanda que se encuentra luchando por algo que no entiende y con un exnovio muy, muy pesado. Te hace sonreír más de una vez y es la parte que te dura un suspiro.

El estilo y la forma de escribir de Mayte están siempre presentes, son su sello, esa aparente facilidad con la que está escrito es solo un espejismo, tiene muchas horas de documentación y revisión. Me gusta su ironía siempre ahí, velada, con guiños continuos, así como sus personajes de apariencia frágil, pero de fuerte personalidad.

De los muchos personajes con los que me he encontrado, me quedo con mi gran secundario, el mellado Sebastián, ese pequeño de alma grande y gran valentía que hace que sientas una simpatía instantánea, y por supuesto mi Alonso con su enorme franqueza, honestidad y valentía al que le puse una cara que alguno asociará rápidamente.

Es un libro que recomiendo por muchas cosas, porque evade, porque divierte, porque enseña, porque te hace entrar en un mundo que es magia y es realidad, es aventura, es dolor y es sonrisa. Si os parecen suficientes razones, que ya lo creo que lo son, leedlo os va a gustar mucho.

“Un niño de origen humilde siempre aprende que llorar no sirve de nada”.

 “El soldado elevó la vista hacia los edificios que les rodeaban, pensando en lo inútil de su esfuerzo. Había dado la vida por algo que resultó estéril. En esas campañas por Europa luchó para nada.”

Saludos y leed ahora más que nunca