Título:
El
día que mi hermana quiso volar
Autor:
Alejandro Palomas
Editorial:
Nube de tinta
Primera
edición: 24 octubre 2024
N.º
de páginas: 288
Género: Ficción,
narrativa, juvenil.
Autor
amor (Premio Nadal 2018) retrata a una familia que ha enamorado a miles de lectores. Con Un país con tu nombre (Destino, 2021) inicia un nuevo universo literario. Su obra ha sido llevada al cine y al teatro y se ha traducido a más de veinte lenguas.
Sinopsis
«Cuando
hay dos mellizos y uno muere, ¿el otro sigue siendo un mellizo o se llama de
otra manera?»
Esta es la primera pregunta que Elio se hace después de
que Eva, su hermana, su compañera inseparable y su amiga del alma, caiga desde
lo alto de una azotea. En ausencia de Eva, tan inteligente, tan inquisitiva,
tan exigente e intolerante a la injusticia, ¿quién es Elio? ¿Quién es Mónica,
su madre, a quien la adolescencia había colocado a mil planetas de distancia de
su hija? ¿Qué lugar ocupa en este juego de ausencias Mateo, el psiquiatra de
Elio, que tiene que ayudarlo a transitar por el duelo de una pérdida que
primero debe desentrañar si ha sido accidental o provocada?
Elio no sabe cómo se llama un mellizo cuando el otro
muere, pero sí sabe que Eva ya no está, ha volado. Lo que ella siempre ha
querido.
Ahora tiene que decidir qué desea hacer él: cómo
contar qué le ha sucedido a su hermana, y con su propia vida.
Opinión
Hoy traigo una novela preciosa que me ha sacado más de
una lágrima.
Elio
y
Eva son dos hermanos mellizos que se
parecen más de lo que suele ocurrir en estos casos, su parecido es tal que
parecen dos mitades de una misma persona físicamente, aunque son muy
diferentes; él es tímido, inseguro, introvertido y se siente muy seguro en su
mundo de imágenes, le encanta pintar y no se separa de su cuaderno desde el que
refleja su visión del mundo, Eva es muy inteligente, extrovertida, madura y muy
autoexigente, tiene altas capacidades y quiere ser la mejor atleta, la número
diez, la nueva Nadia Comaneci. Su sueño es ganar una medalla en las olimpiadas
en gimnasia, en las paralelas, tal como lo hizo ella, a pesar del vértigo que
tiene.
Tras la caída de su hermana desde la azotea, Elio está
en shock ya que no concibe la vida sin su otra mitad, tiene miedo y pena, y
pierde el habla, desde que ella no está no dice ni una palabra. Sus padres, Mónica y Nando están destrozados, han perdido a su hija y Elio no está, ya
no es el que era, buscan que vuelva a ser el que era y para ello necesitarán la
ayuda de un psiquiatra, Mateo Roca.
La historia la vamos a ver contada por cada uno de los
personajes, lo que siente y piensa Elio, su madre con su dolor e impotencia y
Mateo que se enfrenta a un caso complicado.
El psiquiatra sabe escuchar y sabe darle el valor que
tienen a los silencios de Elio, y también a sus palabras. Se pone a su entera
disposición, ya sea por wasap, por audios o por mensajes y de esa manera se irá
enterando de cómo era Eva, de sus ansias de saber que ponen a los adultos en
una situación complicada, y en un ecosistema como es el escolar, donde todo
aquel que es diferente es automáticamente señalado. En Elio hay demasiadas
capas que él irá atravesando y lo que va descubriendo no puede ser más duro y
descorazonador. El dolor y la impotencia se enganchan a ti cuando lo estás
leyendo.
Cuando por culpa de una caída haciendo el ejercicio de
paralelas, Eva pierde su luz y su ilusión, vas observando que sobre las
espaldas del chico hay un peso cada vez mayor, una soledad más rotunda, una necesidad
perentoria de que pase el tiempo más deprisa para que se arregle todo. Él sigue
sin pronunciar ni una palabra en casa, solo el doctor Roca tiene la clave para
que hable, y hay algo perentorio en su relato, una urgencia que lo asusta, así
que todo se convierte en una carrera contrarreloj en la que los datos están
ahí, en los dibujos, en lo que Elio calla y lo que cuenta, y él tiene la llave
que resolverá el puzle. Nuestro corazón se partirá cuando lo averigüemos todo.
Con la prosa tan cuidada a la que nos tiene
acostumbrados el autor vamos a quedar prendidos de ese relato en el que se
mezcla lo tierno de la forma de ver la vida de Elio con la rotundidad de Eva y
el desconsuelo de Mónica que ha perdido a su hija y teme por el equilibrio de
su hijo, esa forma que va a estar salpicada de los “en plan” tan habitual de
los chicos de hoy, que me han hecho esbozar más de una sonrisa.
El fondo que nos muestra está lleno de secretos,
silencio miedos, acoso escolar, un amor entre hermanos más allá de cualquier límite
y duelo, ese duelo que hay que transitar tras la muerte de un ser querido, que
es aún más profundo cuando es tu otra mitad la que se ha ido.
En resumen, una novela dura, dolorosa, preciosamente
escrita en la asistimos a la desaparición de la inocencia de un crío en la que
nos impregnamos del sentimiento intenso de pérdida, a la vez que realizamos un
duelo en el que vislumbramos un atisbo de esperanza con un personaje que se
quedará enganchado a nuestro corazón. Creo que está claro que me ha gustado
mucho y que os lo recomiendo, quizá os ayude a conocer más la dura realidad de
un patio de instituto.
“Elegir es prescindir,
Elio. eso quiere decir que una parte de ti siempre se equivoca y que la otra
siempre acierta, pero todo a la vez.”
“Los mayores
creen que lo entienden todo solo porque son mayores, en plan como si ser mayor
y entender fuera lo mismo.”
“Entender a un
niño es lo más fácil y lo más difícil del mundo. El secreto es aprender a
escuchar.”
“Eva decía que
eso de no decir nada es típico de los mayores, que están todo el día
escondiéndose cosas unos a otros.”
Saludos y nos vemos en los libros.