lunes, 18 de noviembre de 2024

EL DÍA QUE MI HERMANA QUISO VOLAR de Alejandro Palomas

 

Título: El día que mi hermana quiso volar

Autor: Alejandro Palomas

Editorial: Nube de tinta

Primera edición: 24 octubre 2024

N.º de páginas: 288

Género: Ficción, narrativa, juvenil.



Autor

Alejandro Palomas (Barcelona, 1967) es licenciado en Filología Inglesa y máster en poética por el New College de San Francisco. Ha compaginado el periodismo con la traducción de importantes autores y con la poesía (Quiero y Una flor). Entre otras, ha publicado las novelas El alma del mundo, Agua cerrada El tiempo que nos une. En 2016 recibió el Premio Nacional de Literatura Juvenil por Un hijo, cuya secuela, Un secreto, se publicó en 2019. La exitosa trilogía Una madreUn perro Un
amor 
(Premio Nadal 2018) retrata a una familia que ha enamorado a miles de lectores. Con Un país con tu nombre (Destino, 2021) inicia un nuevo universo literario. Su obra ha sido llevada al cine y al teatro y se ha traducido a más de veinte lenguas.

 

Sinopsis

«Cuando hay dos mellizos y uno muere, ¿el otro sigue siendo un mellizo o se llama de otra manera?»

Esta es la primera pregunta que Elio se hace después de que Eva, su hermana, su compañera inseparable y su amiga del alma, caiga desde lo alto de una azotea. En ausencia de Eva, tan inteligente, tan inquisitiva, tan exigente e intolerante a la injusticia, ¿quién es Elio? ¿Quién es Mónica, su madre, a quien la adolescencia había colocado a mil planetas de distancia de su hija? ¿Qué lugar ocupa en este juego de ausencias Mateo, el psiquiatra de Elio, que tiene que ayudarlo a transitar por el duelo de una pérdida que primero debe desentrañar si ha sido accidental o provocada?

Elio no sabe cómo se llama un mellizo cuando el otro muere, pero sí sabe que Eva ya no está, ha volado. Lo que ella siempre ha querido.

Ahora tiene que decidir qué desea hacer él: cómo contar qué le ha sucedido a su hermana, y con su propia vida.

 

Opinión

Hoy traigo una novela preciosa que me ha sacado más de una lágrima.

Elio y Eva son dos hermanos mellizos que se parecen más de lo que suele ocurrir en estos casos, su parecido es tal que parecen dos mitades de una misma persona físicamente, aunque son muy diferentes; él es tímido, inseguro, introvertido y se siente muy seguro en su mundo de imágenes, le encanta pintar y no se separa de su cuaderno desde el que refleja su visión del mundo, Eva es muy inteligente, extrovertida, madura y muy autoexigente, tiene altas capacidades y quiere ser la mejor atleta, la número diez, la nueva Nadia Comaneci. Su sueño es ganar una medalla en las olimpiadas en gimnasia, en las paralelas, tal como lo hizo ella, a pesar del vértigo que tiene.

Tras la caída de su hermana desde la azotea, Elio está en shock ya que no concibe la vida sin su otra mitad, tiene miedo y pena, y pierde el habla, desde que ella no está no dice ni una palabra. Sus padres, Mónica y Nando están destrozados, han perdido a su hija y Elio no está, ya no es el que era, buscan que vuelva a ser el que era y para ello necesitarán la ayuda de un psiquiatra, Mateo Roca.

La historia la vamos a ver contada por cada uno de los personajes, lo que siente y piensa Elio, su madre con su dolor e impotencia y Mateo que se enfrenta a un caso complicado.

El psiquiatra sabe escuchar y sabe darle el valor que tienen a los silencios de Elio, y también a sus palabras. Se pone a su entera disposición, ya sea por wasap, por audios o por mensajes y de esa manera se irá enterando de cómo era Eva, de sus ansias de saber que ponen a los adultos en una situación complicada, y en un ecosistema como es el escolar, donde todo aquel que es diferente es automáticamente señalado. En Elio hay demasiadas capas que él irá atravesando y lo que va descubriendo no puede ser más duro y descorazonador. El dolor y la impotencia se enganchan a ti cuando lo estás leyendo.

Cuando por culpa de una caída haciendo el ejercicio de paralelas, Eva pierde su luz y su ilusión, vas observando que sobre las espaldas del chico hay un peso cada vez mayor, una soledad más rotunda, una necesidad perentoria de que pase el tiempo más deprisa para que se arregle todo. Él sigue sin pronunciar ni una palabra en casa, solo el doctor Roca tiene la clave para que hable, y hay algo perentorio en su relato, una urgencia que lo asusta, así que todo se convierte en una carrera contrarreloj en la que los datos están ahí, en los dibujos, en lo que Elio calla y lo que cuenta, y él tiene la llave que resolverá el puzle. Nuestro corazón se partirá cuando lo averigüemos todo.

Con la prosa tan cuidada a la que nos tiene acostumbrados el autor vamos a quedar prendidos de ese relato en el que se mezcla lo tierno de la forma de ver la vida de Elio con la rotundidad de Eva y el desconsuelo de Mónica que ha perdido a su hija y teme por el equilibrio de su hijo, esa forma que va a estar salpicada de los “en plan” tan habitual de los chicos de hoy, que me han hecho esbozar más de una sonrisa.

El fondo que nos muestra está lleno de secretos, silencio miedos, acoso escolar, un amor entre hermanos más allá de cualquier límite y duelo, ese duelo que hay que transitar tras la muerte de un ser querido, que es aún más profundo cuando es tu otra mitad la que se ha ido.

En resumen, una novela dura, dolorosa, preciosamente escrita en la asistimos a la desaparición de la inocencia de un crío en la que nos impregnamos del sentimiento intenso de pérdida, a la vez que realizamos un duelo en el que vislumbramos un atisbo de esperanza con un personaje que se quedará enganchado a nuestro corazón. Creo que está claro que me ha gustado mucho y que os lo recomiendo, quizá os ayude a conocer más la dura realidad de un patio de instituto.

 

Elegir es prescindir, Elio. eso quiere decir que una parte de ti siempre se equivoca y que la otra siempre acierta, pero todo a la vez.

Los mayores creen que lo entienden todo solo porque son mayores, en plan como si ser mayor y entender fuera lo mismo.

Entender a un niño es lo más fácil y lo más difícil del mundo. El secreto es aprender a escuchar.

Eva decía que eso de no decir nada es típico de los mayores, que están todo el día escondiéndose cosas unos a otros.



Saludos y nos vemos en los libros.