Título: Las islas de Poniente.
Autor:
Julio Alejandre Calviño.
Editorial:
Pàmies.
Primera
edición: 13 de mayo de 2019.
N.º
de páginas: 544.
Género:
Histórica, aventuras
Autor
de un equipo de Orientación Psicoeducativa. Ha obtenido premios literarios en certámenes nacionales e internacionales, y ha publicado los libros Héroes, tumbas y libros perdidos, Seis mil lunas y Reporte de una boda y un entierro, Las islas de Poniente, con el que fue finalista del Certamen de Novela Histórica de Úbeda. Además es autor del blog «La otra literatura».
Foto editorial Pamiés
Sinopsis
Álvaro de Mendaña parte del Perú a la conquista de las
islas Salomón y el descubrimiento de las Regiones Australes al mando de una
flota. Un aprendiz de cirujano, preso de la justicia virreinal, se enrola, para
escapar a su condena, en uno de los navíos: la nao Santa Ysabel. A bordo
también viajan la dama por cuyo amor había sido apresado; un marinero fanático
que, iluminado por una visión, confecciona una lista de los bienaventurados que
se habrán de salvar en la travesía, y una tripulación de soldados y marineros,
mujeres recatadas, atrevidas busconas, hidalgos aventureros y familias de
colonos, todos en busca de fama, fortuna y una vida mejor en el otro confín del
mundo.
Pero en medio del Pacífico una sublevación contra el
capitán hace que la nao cambie el rumbo, se separe de la flota e inicie un
viaje tan incierto como apasionante por mares y tierras desconocidos.
Las islas de Poniente es
una apasionante novela de viajes y descubrimientos—entre ellos, el del
continente australiano—, pero también una historia marcada por las traiciones,
los crímenes, las penurias y las aventuras de un puñado de expedicionarios que,
perseguidos por una fatídica profecía, luchan por el poder, la codicia o la
mera supervivencia.
Opinión
Había disfrutado mucho de las dos novelas que había
leído del autor, llenas de batallas y singladuras, con mucha Historia, romances
y secretos. Así que al tener la oportunidad de leerla ni lo dudé.
En esta novela nos vamos a subir a bordo de una nave,
la santa Ysabel, la más grande de
cuatro navíos que saldrán desde el puerto peruano de Cherrepe y que se dirige a
buscar las islas de Poniente, las que ahora conocemos como las Islas Salomón.
Estamos en el año 1595 y es el adelantado Don
Álvaro de Mendaña quien comandará la expedición donde estará la nave de la
que habla, es su segunda expedición y en este caso lo que persigue es poblar y colonizar
las islas, así que la gente que va en este barco va a dividirse en tres
categorías: gente de guerra, gente de mar, y posibles colonos.
Nuestro protagonista y narrador será Juan Torres, un muchacho que se fue a
estudiar medicina y estudió más otras cosas, lo que hizo que su padre lo atase
en corto. Cayó fulminantemente enamorado y tuvo sus más que menos con la
familia de su amada Elena, que
encima parece no hacerle demasiado caso, lo que lo lleva a la cárcel. Cuando le
ofrecen salir de ella para ser escribano de a bordo para marchar a colonizar
otras tierras ni se lo piensa, allá va, como muchos otros. Pero la vida da
muchas vueltas y en la nao se va a encontrar con quien menos se puede esperar,
lo que le complica mucho la vida y los sentimientos.
Así comenzaremos la singladura, viendo cómo se reparten
las actividades a bordo, con muchos vómitos al principio, el mar es lo que tiene,
y cómo se van a ir haciendo amigos y enemigos.
La aventura más trágica comienza cuando tras unas
inclemencias y un motín la Santa Ysabel se separa del resto de naves de la
expedición, comenzando así un periplo distinto del trazado en el que habrá
luchas por el control de la nave, por el poder y sobre todo por dirigirse a una
u otra ruta, lo que hará que los ánimos se caldeen al máximo; cuando la comida
y el agua comienzan a escasear se convertirá en una encarnizada lucha por la
supervivencia.
Juan dejará de lado sus tareas de escribano y tendrá que
ponerse a ejercer de auxiliar de barbero, sacando de su memoria los estudios de
medicina que quedan en sus recuerdos. Y no le va a faltar trabajo, porque entre
las enfermedades comunes, la pestilencia, las luchas y demás eventos no va a poder
parar un momento. Mientras siguen navegando los personajes sacarán lo mejor y
lo peor de sí mismos, y asistiremos en primera persona a la miseria de algunos
personajes que son capaces de cualquier cosa por mantener sus leyes, frente a
aquellos que con sensatez buscan el bien común. La manera que tienen de
enfrentarse a los indígenas, la construcción de nuevas ciudades, el papel de la
iglesia de a pie y la ayuda de la religión cuando ya no hay otra cosa a la que
aferrarse.
El autor le da a Juan el poder de la narrativa, una
forma de contar que de forma natural es capaz de analizarse a sí mismo y a sus
compañeros, de forma tan amena como interesante. La sensación de claustrofobia
e indefensión que transmite son tremendas, y es que no puedes confiar en nadie,
en un barco pequeño y un océano inmenso ante él. Hay miedo, rencillas, amistad,
amor, celos, todo a la vista de todos, sin apenas intimidad. Personas que fueron
fuertes para conquistar otros mundos.
Este viaje ha sido largo, pero muy especial, me ha
tenido encandilada y me ha gustado mucho. Yo os lo recomiendo, para poner los
pies en la tierra y conocer nuestra historia, una gozada.
“Parece que la
fortuna goza alterando la letra pequeña de nuestros deseos.”
“No hay manera
de reivindicar a un capitán que sucederlo otro peor.”
“Recordad que de
nada sirven los descubrimientos si no se deja constancia de ellos; que junto a
la cruz y la espada han de ir la pluma y el papel.”
Saludos y nos vemos en los libros.
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