Título: Un país con tu
nombre
Autor: Alejandro Palomas
Editorial: Ediciones
Destino
Colección: Áncora
& Delfín
Primera edición:
15 de septiembre de 2021
N.º de páginas:
400
Género: narrativa, ficción.
Autor
Sinopsis
Jon, cuidador de elefantes en el zoo, y Edith, viuda
que vive con sus once gatos, son los únicos habitantes de una aldea abandonada.
Vecinos solitarios primero y ahora buenos amigos, no imaginan que la noche en
que la veleta del viejo campanario gira sobre sí misma, el ojo del tiempo se
posa sobre la aldea y la vida de ambos está a punto de girar con ella.
La llegada de la primavera trae consigo una inesperada decisión por parte de la
dirección del zoo, a la que se suma un perturbador anuncio: el Ayuntamiento al
que pertenece la aldea restaurará la casona en ruinas del lago para convertirla
en hotel rural. La doble noticia cambiará de golpe las vidas de Jon y Edith,
empujándolos a dar un paso hasta entonces tímidamente contemplado.
La amistad entre Jon y una callada elefanta llamada Susi, la relación entre
Edith y su hija Violeta, desencontradas durante décadas, y una hora de la noche
—«la hora trémula»— en la que pasa todo y todo queda conforman Un país con tu
nombre: una historia sobre el amor en mayúsculas, la honestidad con los propios
sueños y sobre la libertad llevada a su expresión más pura.
Opinión
Tenía
miedo y anhelo a la vez a enfrentarme con este nuevo libro de Alejandro, ya no
está Amalia ni su familia, aquí iba a encontrarme con una nueva parte de su
universo y temía haberlo perdido o que hubiese cambiado demasiado y no, sigue
estando ahí, huérfano de Amalia, pero pleno de otros personajes que transmiten
toda su energía y su ternura, y que se quedaron a vivir en mi garganta, en un
nudo que me ha costado deshacer hasta poder conseguir hablar de ellos.
El nuevo universo tiene su centro en una aldea
abandonada en la que vive Edith, una mujer de setenta y seis años, acompañada
de sus once gatos, ella es fuerte y frágil a la vez, ha tenido que enfrentarse
al mundo más de una vez y a dar fuertes volantazos; ahora solo se siente viuda
de su pareja Andrea, muerta hace cinco años de cáncer. Andrea era una
persona muy especial con una forma de ver la vida admirable, su pilar. Edith la
quiere demasiado para dejarla ir y está algo enfadada con ella porque el
proyecto que tenían es envejecer juntas y ahora no puede cumplirlo. Sigue
viviendo en esa aldea que es su mundo, en la casa que ellas eligieron y fueron
construyendo y transformándola en hogar, ajena a lo que puedan pensar de ella,
hablando de vez en cuando por Skype con su hija Violeta, que viaja mucho
y encima vive muy lejos, en Noruega, trabajando para una empresa productora de
salmones. Madre e hija conocen sus silencios, sus reproches, sus gestos y es
por eso mismo, porque se conocen demasiado o creen conocerse por lo que casi
siempre acaban enfadadas. Sus conversaciones no son fluidas, son como un campo
de minas a las que hay que ir sorteando, lo que hace que haya demasiadas
palabras no dichas.
En la aldea también vive Jon, con J, un
veterinario de vocación que llegó a la aldea con su hermana Mer, una mujer
fuerte, alocada y llena de vida, y allí se quedaron a vivir. A pesar de las
reticencias iniciales de Edith, Jon y ella al final se han hecho amigos, se
conocen y creen conocer sus virtudes y sus miedos. Él tiene un trabajo temporal
en un zoo, cuidando de las elefantas, Dora y Bimba, con una de ellas, Susi,
entablará una relación especial, y es que Susi ha tenido una vida dura y como
buena elefanta una gran memoria, Jon está intentando que vuelva a sentirse feliz,
al menos todo lo feliz que se puede ser en un zoo, y si puede sacarla de él, mejor.
La aparición de Suzume, una niña japonesa con
nombre de pájaro preocupada por Susi y su falta de apetito, así como de la
posibilidad de que algún día falte alguno de los flamencos que habitan en el
zoo, hace que Jon vaya recogiendo las migajas de información que le da, junto
con las manzanas que Susi no quiere comer, con el fin de conocerla mejor. Hay
mucha sabiduría y mucha pena en los ojos de esa cría contadora de flamencos.
Y es ahí cuando te das cuenta de que entre la ternura,
la soledad y la belleza sigue estando ese universo Palomas que tenías miedo a
no encontrar, en los personajes, en la forma de narrar, en su dulzura, en su
dolor, en su esperanza y surge esa nueva familia que no lo es de sangre pero sí
lo es de travesía y con cada una de sus reflexiones vas notando que el nudo de
la garganta se hace cada vez mayor, que el estómago se encoge y el corazón
llora…y ríe, porque Palomas es puro sentimiento y no hay una cosa sin la otra y
de repente te das cuenta del objetivo de la novela, de que no debe haber
secretos con quién quieres, no debe haber silencios oscuros sino compartidos y que
la diferencia entre sobrevivir y vivir es la existencia de los sueños y que por
ellos hay que levantarse cada mañana y luchar y sentir, levantar la cabeza y
seguir adelante, a pesar de todo.
No puedo deciros más, no quiero, es algo que tenéis
que leer, encontrar y aprender por vosotros mismos. El nudo sigue en mi
garganta, las preguntas en mi corazón, pero creo que he sido capaz de contar lo
mucho que me ha hecho sentir esta novela.
La forma en la que está escrita es sencillamente
bella, vais a reconocer la pluma de Alejandro perfectamente, esa prosa lírica y
delicada y os tendréis que fiar de mi opinión.
En definitiva, una nueva novela con un nuevo universo,
un país con tu nombre en el que te vas a sentir identificado de un modo u otro,
una novela de amistad, de amor, de cariño, de pérdidas, pero sobre todo de
anhelo y sueños, de páginas que hay que aprender a pasar para descubrir todo lo
que nos queda por vivir. Absolutamente recomendable.
“Tú eres, desde siempre ere, eso no se discute ni
se piensa. Los demás están. Eso es ser madre: saber diferenciar lo que es de lo
que está.”
“Cuesta oírte decir según qué cosas, porque la voz
esta una dimensión que pensadas no tienen, y una vez dichas ya son, tienen
cuerpo y no se van. Una vez escritas en tu pizarra, se borran mal.”
“… y también de los sueños, de que todos tenemos uno,
aunque no lo sepamos, porque si no existiera no podríamos vivir, bueno,
podríamos, pero no sería vivir, sería otra cosa que no sé qué nombre tiene.”
Saludos y seguid leyendo.
Ays, que de este autor sólo he leído una novela, que me encantó. Y tengo apuntadas todas sus novelas anteriores y veo que tengo que sumar ésta también.
ResponderEliminarBesotes!!!
Es un libro precioso y lleno de valores, si te decides te va a gustar.
EliminarBesos
Hola, Mari:
ResponderEliminarsolo he leído una novela de Alejandro y me encantó. Ahora mismo no me encuentro con fuerzas para enfrentarme a una lectura de Alejandro y menos a esta así que la voy a dejar pasar con pesar.
Un beso
Siempre hay tiempo para leerlo, no todo tienen que ser novedades, y cuando lo hagas si te decides, estoy convencida de que lo disfrutarás.
EliminarBesos
No leí nada de Alejandro Palomas, aunque tengo en mi kindle Una madre. Aunque veo que aparcó el universo de esta serie, veo que su nueva novela mantiene la esencia de si narrativa. Besos.
ResponderEliminarNo lo dejes pasar, de verdad, su prosa es única. Besos
EliminarCuánto echamos todos de menos a Amalia
ResponderEliminarPor suerte, Alejandro nunca decepciona
Besos
Amalia era ya nuestra, no se puede olvidar. Pero aquí se nota toda la esencia de Palomas.
EliminarBesos