Título:
Tenerlo todo
Autor:
Marco Missiroli
Traductor:
Maribel Campmany
Editorial:
Duomo ediciones
Primera
edición: 5 de febrero de 2024
N.º
de páginas: 208
Género: narrativa,
intimista.
Autor
Marco Missiroli (Rímini, 1981) ha publicado Senza coda (2005), con el que obtuvo el premio Campiello a la mejor Opera Prima, Il buio  addosso (2007) y Bianco, ganador del premio Comisso y del premio Tondelli. Vive en Milán, donde trabaja como redactor jefe en una revista de psicología.
También colabora regularmente con la sección de cultura del Corriere  della Sera y con la revista Vanity Fair. El destino del elefante ha sido galardonado con los premios Campiello-Giuria dei letterati, Vigevano-Lucio Mastronardi y Bergamo, y será próximamente traducido y publicado en siete países.
Sinopsis
Las gaviotas en Rímini nunca graznan. En ninguna época
del año, ni siquiera cuando Sandro regresa a casa después de vivir en Milán y
encuentra a su padre más terco que nunca. Ni siquiera cuando pasan los meses y
se da cuenta de que ha acabado viviendo con él. De joven, Nando Pagliarani tuvo
el cuerpo de un nadador y un destino interrumpido. Trabajó como conductor de
autobuses turísticos, como ferroviario, fue dueño del bar America, aunque lo
único que debería constar en sus documentos es «bailarín». Porque él y su
esposa bailaban. Bailaban para ganar. A Sandro también le gusta ganar, viene de
familia. Pero su baile es peligroso. Las primeras veces en la mesa de juego era
el tipo al que desplumar; luego se convirtió en el hombre al que no perder de
vista. Lo cierto es que antes tenía un trabajo estable y planeaba un futuro con
Giulia. Y ahora, ¿qué? ¿Qué le queda a Sandro, que quería tenerlo todo? ¿Qué
nos queda a cada uno de nosotros cada vez que desafiamos la suerte?
Opinión
Hoy traigo una novela curiosa que ha llegado a mí
gracias a la iniciativa de Babelio con
su Masa Crítica, y que ha sido toda una sorpresa para mí.
Sandro
vuelve a Rímini a Ina Casa, su padre, Nando
lo acoge como si nada hubiera pasado, como si la vida no los hubiera tumbado
una y otra vez. Los amigos de Sandro le comentan a Nando que están preocupados
por él, parece que sale de madrugada en su Renault 5 y no saben dónde va. Lo
vigila y mientras tanto le propone un juego que los lleva a la nostalgia. Qué
harían con veinte o cincuenta años menos y un millón de euros. Con qué momento
se quedarían, probablemente con aquellos en los que eran tres, en los que Caterina estaba con ellos, con su
solidez, su alegría y sus bailes.
Nando tuvo un problema en el corazón que lo bajó de su
trabajo en el ferrocarril, montaron un bar, el America que trajo más problemas
que alegrías, y deudas que nunca fue capaz de reclamar. Sandro tampoco es capaz
de hacerse el fuerte para cobrar su trabajo de publicista, mientras tanto,
intenta que el picor de sus manos y su don, según Bruni no lo engulla de nuevo. La ludopatía sobrevuela cada una de
las conversaciones, cada uno de los recuerdos de los dos.
Y lo que iba a ser una visita de poco tiempo se alarga
en meses mientras la nueva enfermedad llega a la casa Ina y establece un dolor
y un futuro al que Nando no piensa hacer frente. Asistimos al duelo anticipado,
al sufrimiento, al miedo y la valentía, la tristeza.
Conforme se acerca el final el baile y sus recuerdos
se van adueñando de los dos, mientras que la espada de Damocles de las cartas
pende sobre los personajes y no podemos dejar de preguntarnos el porqué se esa
enfermedad que nubla la razón. El juego, la adrenalina y la ansiedad se nos
meten en las venas.
Una lectura compleja en la que vamos yendo del ahora
al antes, contemplando los recuerdos de dos hombres marcados uno por el baile,
otro por el juego, una relación padre e hijo que hay momentos en que estremece,
una bella narrativa que va salpicada de diálogos que nos muestran unos
personajes potentes y bien rematados. Nos muestra unos paisajes, unos aromas y una
ambientación que te atrapa con unas descripciones delicadas y efectivas sin
palabras de más.
Me ha gustado, me ha hecho llorar, asistir a una
agonía no es fácil, pero no pretende ser lacrimógena, es bella y llena de sentimientos,
el final te mantiene con el alma en vilo mientras te preguntas cómo ser capaz
de controlar tus instintos.
En resumen, una novela que tiene dos grandes temas, el
juego y las relaciones paternofiliales, que muestra que la constancia y el
control pueden llevar a las personas a tener una vida u otra. Decisiones que
marcan, con una narrativa sorprendente que al principio me descolocó y que al
final me ha gustado. La recomiendo porque además de bonita da mucho que pensar.
“La crisálida: el
momento antes de apostar fuerte. Ajustar la postura, la presión de las yemas de
los dedos sobre las fichas, la ausencia de pensamientos. Olvidar quién eres.”
Saludos y nos vemos en los
libros.
Tiene que ser una lectura dura por lo que cuentas. Ahora mismo no me apetece una lectura así. Quizás más adelante.
ResponderEliminarBesotes!!!
Es dura, pero está tratada con cariño. Hay muchas cosas para reflexionar en ella. Besos
EliminarPor lo que nos cuentas en tu reseña es una novela de las que no dejan indiferente, por todo lo que le toca vivir al protagonista. Sin embargo, no termina de convencerme. Un abrazo.
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