jueves, 13 de noviembre de 2025

AZUL MEDIANOCHE de Ian Rankin

 

Título: Azul medianoche

Título Original: Mignight and Blue

Autor: Ian Rankin

Traducción: Víctor Manuel García de Isusi

Editorial: RBA

Colección: Serie Negra

Primera Edición: septiembre 2025

N.º de páginas: 416

Género: thriller, policiaca

Autor

Ian Rankin (Cardenden, 1960) es uno de los escritores con más carácter de la novela negra actual y su personaje, John Rebus, uno de los policías más carismáticos del género. En 1987, inició con Nudos y cruces la aclamada serie de novelas ambientadas en su Escocia natal, que está siendo publicada por
RBA. Con Asuntos internos dio comienzo a una nueva saga protagonizada por el inspector Malcolm Fox. Entre los numerosos galardones con los que se ha reconocido su talento destacan el Edgar Award, recibido en dos ocasiones por Resurrección y Black and Blue (novela que recibió también el Gold Dagger), el Grand Prix de Littérature Policière por En la oscuridad, el Premio Pepe Carvalho 2010 por toda su trayectoria y el X Premio RBA de Novela Policiaca 2016 por Perros salvajes. Asimismo, es caballero de la Orden del Imperio Británico.

Sinopsis

En una de las prisiones más infames de Escocia, un convicto es brutalmente asesinado en su celda. Al lado duerme John Rebus, que ha sido condenado y encerrado y ahora vive al otro lado del muro de la justicia.

Pero, como bien dicen, las viejas costumbres son difíciles de eliminar, y es imposible para un detective no caer en la tentación de investigar un misterio. Así que Rebus activa su instinto natural y se involucra en una trama de conspiración, corrupción y muerte en la que incluso a esta figura legendaria le costará mantener la calma.

Sin placa, sin autoridad y sin red de seguridad, caminará por la cuerda floja, con su vida en peligro a cada momento.

¿Cómo encontrar a un asesino en un lugar lleno de ellos? 

Opinión

Hoy traigo una novela a la que le tenía muchas ganas y que ha llegado a mis manos gracias al sorteo que ha organizado en su blog Laky, Libros que hay que leer, junto con la editorial.

Me encanta como escribe este autor y he leído muchas de sus novelas con el inspector John Rebus como protagonista. Al enterarme de que estaba jubilado me dio pena, pero ya me enrabieté cuando me enteré de que estaba en la cárcel. Era imposible, el inspector era un personaje que iba bastante por libre y tenía sus métodos poco ortodoxos, pero de ahí a estar en la cárcel, no podía ser…pero sí.

Así nos trasladamos a la muy complicada prisión de Daughton en Edimburgo, un policía en prisión trae problemas casi fijo, y en este caso él está en uno de los módulos donde no hay nadie, o casi nadie, que se la pueda tener guardada, porque enemigos tiene en todas partes. Algo turbio ocurrió cuando se vio envuelto en la muerte de un gánster, él afirma ser inocente, y desde la calle se supone que sus abogados están trabajando, aunque no tan bien y sobre todo mucho más despacio de lo que él querría. Mientras tanto intenta pasar lo más desapercibido posible.

Parece que tiene un imán, y una noche en la celda de al lado Jackie Simpson aparece asesinado, mientras su compañero de celda está hasta el culo de drogas y con un buen golpe en la cabeza, lo que lo descarta como asesino, pero hay unos cuantos sospechosos más. Rebus lo lleva en la sangre, y no se pensará el investigar por su cuenta con la ayuda de un preso bastante especial, Darryl Christie. Se trata del cabecilla de la droga en la ciudad y en la cárcel, defenderá a Rebus, como siempre a cambio de algo, tiene teléfonos y casi de todo en sus manos, parece que además de lo que entra por “las vías habituales”, también están explotando el uso de drones con mercancía.

Al margen de esta investigación, en la calle, su compañera y amiga Siobhan Clarke está investigando la extraña desaparición de una adolescente de catorce años, Jasmine Andrews, que salió de la escuela y no llegó a casa. Para padres y profesores era una niña modélica, aunque sus padres la verdad es que se las traen, cuando comienzan a rascar en el exnovio y las amigas se darán cuenta de que hay algo bastante feo tras su desaparición. Con la muerte de un exfutbolista, Zak Campbell las cosas se complican y no daremos abasto para seguir las tramas.

Tengo que reconocer que me ha costado seguir las historias, más que nada por la cantidad de nombres que hay, son muchos personajes, los de la cárcel, los de los distintos módulos, los prisioneros, los guardianes, te sales fuera y están los de la comisaría, las víctimas, los padres, etc., y para colmo unas veces los llaman por el nombre de pila y otras por el apellido, así que me armé un cacao. Me hice un esquemita, me centré y ya fue otra cosa. Dentro de las tramas la que más me ha llamado la atención ha sido la de la chica desaparecida, porque a pesar de sus jaleos, era más fácil de seguir.

A partir de cierto momento las acciones comienzan a fluir rápidamente, las tramas convergen y no puedes parar de leer, literalmente.

No sería el autor si no nos mostrase sus pinceladas de crítica social, centrada en este caso en el mundo carcelario, las relaciones entre presos, el terrorífico mundo de los espacios comunes, la forma en la que las drogas entran y se mueven de forma que asombra, la manera en que un tipo puede controlar todo el negocio del crimen desde una celda y con total impunidad. La peligrosa relación entre reclusos y funcionarios, el ambiente siempre tenso y a punto de estallar. El oscuro mundo de las redes sociales, la vida que hay detrás de los perfiles, el dinero fácil y las complicadas relaciones entre padres e hijos. Todo eso está ahí, con una prosa sencilla, envolvente a ratos, afilada a otros, y con unos personajes que están muy bien matizados. Ha habido uno de ellos, Fox, que formaba parte del equipo policial, que no me ha podido caer peor, la típica mosca cojonera como se dice en mi tierra.

En resumen, una novela policiaca muy bien escrita, con buenos personajes y unas tramas que harán que no puedas parar de leer. Me ha gustado bastante y la recomiendo, si eres fan, lo disfrutarás más. A por él.

Descartar no es lo mismo que comprobar”.

Rebus pensó que a aquel color lo llamarían «azul medianoche» o algo así en los catálogos de ventas.”



Saludos y nos vemos en los libros.

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