martes, 15 de octubre de 2024

DESPUÉS DE LA DERROTA de Francisco Gómez Escribano

 Título: Después de la derrota

Autor: Paco Gómez Escribano

Editorial: Alrevés

N.º de Páginas: 242

Primera edición: mayo 2024

Género: novela negra

 



Autor

Paco Gómez Escribano

 (Madrid, 1966) es autor de diez novelas: El círculo alquímico (2011); Al otro ladoYonqui (2014); Lumpen (2015); Manguis (2016, premio Novelpol); #MadridPrisión (2017); Cuando gritan los muertos (2018, premios Ciudad de Santa Cruz, Negra y Mortal, y finalista del premio Hammett de la Semana Negra de Gijón y del premio Novelpol); Prohibido fijar cárteles (2019); 5 Jotas (2020, finalista del premio Novelpol, finalista del premio Pata Negra de la Universidad de Salamanca y finalista del premio Cartagena
Negra); Narcopiso (2023, ganador del premio Estandarte a la mejor novela); y ahora Después de la derrota. Con Yonqui entra de lleno en el género negro. Junto al resto, las novelas comprenden un viaje físico, literario y social por distintas épocas del barrio del propio autor, Canillejas, situado al este de Madrid. Ha participado en numerosas antologías colectivas de relatos y poemas, ha sido ponente en diversos foros e institutos públicos y centros de profesores y es profesor en Cursiva. Actualmente también imparte clases en un instituto público.

Sinopsis

Zip es un periodista frustrado que abandonó hace años la profesión por problemas con las drogas y con la disciplina laboral. Ahora, en su edad madura, regenta un hostal que recibió en herencia de sus tíos, sus verdaderos padres. Una mañana, al regresar del entierro del Chule, un expresidiario amigo suyo se acerca al banco a ingresar efectivo, con tan mala suerte que es testigo, primero, y rehén, después, de un atraco. El líder de los atracadores es el hijo del Chule, que junto a dos compañeros se atrincheran en el banco ante la llegada de la Policía. Los chicos son yonquis y están con el mono, así que es Zip quien tiene que negociar con la autoridad.
Zip cuenta en tiempo presente la historia del atraco, pero aprovecha para contar en pasado la historia de su vida, plagada de sucesos histriónicos al límite que tienen mucho que ver con la Marga, la mujer del Chule y madre del Nico, líder de los atracadores. En una subtrama paralela, Zip habla alegóricamente al Chule a través de los años recorriendo diversas prisiones de la geografía española, revelando pasajes que ayudan a comprender lo que sucedió y lo que está ocurriendo.

Opinión

La novela que traigo hoy es la última obra de este autor que nunca me ha defraudado, en la sinopsis nos cuenta de forma bastante completa lo que vamos a encontrar.

El protagonista es Zip, un antiguo periodista, lleno de achaques y no es para menos, ha tenido una vida llena de excesos. Tras acudir al entierro de un antiguo colega del barrio, el Chule, decide pasarse por el banco a ingresar dinero, y mira por dónde, tres yonquis atracan el banco en ese momento, lo que iba a ser un atraco rápido y efectivo en la mente de los atracadores, se complica un poquito y acaban con unos cuantos rehenes, un mono importante y muchos flecos. Zip, consciente de que se está jugando la vida, se ofrece a hacer de mediador entre los de dentro y los policías, tomándose sus licencias, y aportando un poco de sensatez entre tanto lío.

El jefe de los atracadores es Nico, precisamente el hijo del Chule, al que Zip dedicó muchos de sus artículos cuando trabajaba en el periódico, y la Marga, una yonqui desquiciada, medio loca y prostituta cuando necesitaba dinero para acallar el mono. Ese presente tan jodido que nos va a ir narrando Zip en primera persona, dando su opinión sobre lo que está ocurriendo y que no tiene desperdicio, también nos contará el pasado, su pasado, cuando trabajaba en el periódico y llevaba una vida un tanto peculiar en la que le daba a todo, y eso tenía sus consecuencias.

Nos va a contar cómo era el barrio, cómo acabó el Chule en la cárcel y cómo intentó fugarse de todas las maneras posibles, nos hablará de su relación con la Cari, otra prostituta yonqui de la que realmente se encariña, y de cómo se ve en la tesitura de cumplir con la palabra que le ha dado al Chule de cuidar a la Marga, tarea bastante difícil, más que nada porque ella, en su mundo de droga no se deja cuidar. Nos contará además cómo perdió a sus padres y cómo le debe todo a sus tíos, que velan por él, a pesar de que él tampoco se deja, y va tomando una espiral de alcohol y drogas que toman su vida.

En una curiosa segunda persona, Zip se dirigirá al Chule recordando todos sus intentos de fuga, la lucha por unas mejores condiciones de vida en la cárcel, cómo la insensatez de un bis a bis hará que la Marga se quede embarazada del Nico, un niño que crecerá solo, odiando a su padre y a su madre, mientras pasa de mano en mano, siendo más carga que anhelo, hasta el día en que no tenga otro camino que una huida hacia delante, con un par, pero sin suerte.

De forma cruda y amarga el autor nos muestra una realidad que existe, aunque le demos la espalda. Una realidad que tuve muy cercana hace ya muchos años cuando a nuestro pesar estábamos cerca del lugar donde se chutaban los yonquis. Agresivos, locos y desesperados por un pico, relajados y muertos en vida cuando la heroína les hacía efecto. Una generación que moría por el SIDA, por la droga mal cortada y por las enfermedades que contraían, mientras el miedo y la pena pivotaba sobre las familias. Esos años en los que la cárcel no era la de hoy, ni los derechos, ni las actitudes. Para llegar a lo de hoy, también se luchó contra un sistema, a base de motines, de altercados en los que se perdían vidas, noticias que aparecían en los telediarios día sí, día también. El mercadeo con la droga dentro de la misma cárcel, los accidentes, lo duro que resultaba para las familias la dispersión de los presos, los largos viajes para visitar a los familiares que no todos se podían permitir. Es curioso cómo esto se ha borrado ya del imaginario colectivo, y no debería…por eso novelas así sirven para cogernos de los hombros, darnos un zarandeo y hacernos reaccionar.

No se trata de una novela cómoda, aunque sí que juega mucho con el cinismo y la ironía, siempre buenas armas con las que combatir el dolor. Me ha dado que pensar en cuanto al alcoholismo del que no se consigue despegar Zip, la droga legal que tan a la mano está, y que poco se considera.

En resumen, una novela negra, dura, crítica, con unos personajes secundarios que casi se comen a los protagonistas, donde hay asesinatos sin querer, mucha droga, y una pluma que te hace querer leer más del autor. Me ha gustado mucho y por supuesto, la recomiendo.

“Con un bolígrafo hizo un par de correcciones que creyó pertinentes y que no cambiaban en absoluto el sentido del texto, pero eso, dar voces y tocar los huevos era su trabajo.”

Es que la heroína estropea mucho, más que la priva, aunque el alcohol también termina por joderte vivo.”

Como ya he dicho, un yonqui solo tiene un problema en la vida: ponerse. Lo demás no existe.

Escribo esto, dirigiéndome a ti en plan epístola, sabiendo que estás muerto y bien muerto, joder. Pero fingiendo que estás vivo.”



Saludos y nos vemos en los libros.

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