miércoles, 9 de julio de 2025

LAS ISLAS DE PONIENTE de Julio Alejandre Calviño

 

Título: Las islas de Poniente.

Autor: Julio Alejandre Calviño.

Editorial: Pàmies.

Primera edición: 13 de mayo de 2019.

N.º de páginas: 544.

Género: Histórica, aventuras

 



Autor

Julio Alejandre nació en Madrid, donde estudió Magisterio y más tarde Pedagogía. Después de unos años dedicado a la enseñanza, se marchó a Centroamérica para trabajar como cooperante con refugiados de guerra, y allí permaneció más de una década. En la actualidad reside en Extremadura y forma parte

de un equipo de Orientación Psicoeducativa. Ha obtenido premios literarios en certámenes nacionales e internacionales, y ha publicado los libros Héroes, tumbas y libros perdidosSeis mil lunas y Reporte de una boda y un entierroLas islas de Poniente, con el que fue finalista del Certamen de Novela Histórica de Úbeda. Además es autor del blog «La otra literatura». 

Foto editorial Pamiés


Sinopsis

Álvaro de Mendaña parte del Perú a la conquista de las islas Salomón y el descubrimiento de las Regiones Australes al mando de una flota. Un aprendiz de cirujano, preso de la justicia virreinal, se enrola, para escapar a su condena, en uno de los navíos: la nao Santa Ysabel. A bordo también viajan la dama por cuyo amor había sido apresado; un marinero fanático que, iluminado por una visión, confecciona una lista de los bienaventurados que se habrán de salvar en la travesía, y una tripulación de soldados y marineros, mujeres recatadas, atrevidas busconas, hidalgos aventureros y familias de colonos, todos en busca de fama, fortuna y una vida mejor en el otro confín del mundo.

Pero en medio del Pacífico una sublevación contra el capitán hace que la nao cambie el rumbo, se separe de la flota e inicie un viaje tan incierto como apasionante por mares y tierras desconocidos.

Las islas de Poniente es una apasionante novela de viajes y descubrimientos—entre ellos, el del continente australiano—, pero también una historia marcada por las traiciones, los crímenes, las penurias y las aventuras de un puñado de expedicionarios que, perseguidos por una fatídica profecía, luchan por el poder, la codicia o la mera supervivencia.


 

Opinión

Había disfrutado mucho de las dos novelas que había leído del autor, llenas de batallas y singladuras, con mucha Historia, romances y secretos. Así que al tener la oportunidad de leerla ni lo dudé.

En esta novela nos vamos a subir a bordo de una nave, la santa Ysabel, la más grande de cuatro navíos que saldrán desde el puerto peruano de Cherrepe y que se dirige a buscar las islas de Poniente, las que ahora conocemos como las Islas Salomón. Estamos en el año 1595 y es el adelantado Don Álvaro de Mendaña quien comandará la expedición donde estará la nave de la que habla, es su segunda expedición y en este caso lo que persigue es poblar y colonizar las islas, así que la gente que va en este barco va a dividirse en tres categorías: gente de guerra, gente de mar, y posibles colonos.

Nuestro protagonista y narrador será Juan Torres, un muchacho que se fue a estudiar medicina y estudió más otras cosas, lo que hizo que su padre lo atase en corto. Cayó fulminantemente enamorado y tuvo sus más que menos con la familia de su amada Elena, que encima parece no hacerle demasiado caso, lo que lo lleva a la cárcel. Cuando le ofrecen salir de ella para ser escribano de a bordo para marchar a colonizar otras tierras ni se lo piensa, allá va, como muchos otros. Pero la vida da muchas vueltas y en la nao se va a encontrar con quien menos se puede esperar, lo que le complica mucho la vida y los sentimientos.

Así comenzaremos la singladura, viendo cómo se reparten las actividades a bordo, con muchos vómitos al principio, el mar es lo que tiene, y cómo se van a ir haciendo amigos y enemigos.

La aventura más trágica comienza cuando tras unas inclemencias y un motín la Santa Ysabel se separa del resto de naves de la expedición, comenzando así un periplo distinto del trazado en el que habrá luchas por el control de la nave, por el poder y sobre todo por dirigirse a una u otra ruta, lo que hará que los ánimos se caldeen al máximo; cuando la comida y el agua comienzan a escasear se convertirá en una encarnizada lucha por la supervivencia.

Juan dejará de lado sus tareas de escribano y tendrá que ponerse a ejercer de auxiliar de barbero, sacando de su memoria los estudios de medicina que quedan en sus recuerdos. Y no le va a faltar trabajo, porque entre las enfermedades comunes, la pestilencia, las luchas y demás eventos no va a poder parar un momento. Mientras siguen navegando los personajes sacarán lo mejor y lo peor de sí mismos, y asistiremos en primera persona a la miseria de algunos personajes que son capaces de cualquier cosa por mantener sus leyes, frente a aquellos que con sensatez buscan el bien común. La manera que tienen de enfrentarse a los indígenas, la construcción de nuevas ciudades, el papel de la iglesia de a pie y la ayuda de la religión cuando ya no hay otra cosa a la que aferrarse.

El autor le da a Juan el poder de la narrativa, una forma de contar que de forma natural es capaz de analizarse a sí mismo y a sus compañeros, de forma tan amena como interesante. La sensación de claustrofobia e indefensión que transmite son tremendas, y es que no puedes confiar en nadie, en un barco pequeño y un océano inmenso ante él. Hay miedo, rencillas, amistad, amor, celos, todo a la vista de todos, sin apenas intimidad. Personas que fueron fuertes para conquistar otros mundos.

Este viaje ha sido largo, pero muy especial, me ha tenido encandilada y me ha gustado mucho. Yo os lo recomiendo, para poner los pies en la tierra y conocer nuestra historia, una gozada.

Parece que la fortuna goza alterando la letra pequeña de nuestros deseos.”

No hay manera de reivindicar a un capitán que sucederlo otro peor.”

Recordad que de nada sirven los descubrimientos si no se deja constancia de ellos; que junto a la cruz y la espada han de ir la pluma y el papel.



Saludos y nos vemos en los libros.