Autor: Roberto Santiago.
Editorial: Planeta
Primera edición: Febrero de 2017
Nº de páginas: 861
ISBN: 9788408166580
Género: Thriller jurídico, legal
AUTOR
Roberto Santiago es escritor, dramaturgo y director de cine. Ha escrito más de veinte novelas infantiles y juveniles. Entre otras, la colección Futbolísimos (Editorial SM), que se ha convertido en la saga de literatura infantil española más vendida en nuestro país en los últimos años, y que ha sido traducida a varios idiomas.
Ha escrito y dirigido, entre otras, las películas El penalti más largo del mundo (nominada al Goya al mejor guion), El club de los suicidas, Al final del camino y la coproducción internacional El sueño de Iván. En teatro ha escrito las adaptaciones de Ocho apellidos vascos, El otro lado de la cama y Perversiones sexuales en Chicago, de David Mamet, entre otras. Ha participado en varias series de televisión; es profesor de la Escuela Oficial de Cine de la Comunidad de Madrid; y su cortometraje Ruleta fue el primer corto español en competir en la Sección oficial del Festival de Cannes. Ana, es su primera novela para adultos.
Sinopsis
Años atrás, Ana Tramel fue una brillante penalista a la que se disputaban los mejores despachos. Un oscuro suceso en su pasado cambió su vida y ahora pasa sus días entre recursos administrativos en un mediocre bufete, ahogándose en un vaso de whisky. Pero su vida da un vuelco cuando su hermano Alejandro, con el que no habla desde hace cinco años, la llama angustiado. Ha sido detenido por el asesinato del director del Casino Gran Castilla. Ana pide ayuda a su jefa y vieja amiga, Concha. Necesita la estructura y recursos del despacho para llevar adelante una defensa en la que tiene prácticamente todo en contra. Acompañada de un peculiar equipo (un viejo investigador, una abogada novel y un becario ludópata) se enfrentará a las grandes empresas del juego.
Ana, un thriller absorbente protagonizado por una mujer inteligente pero acabada, brillante pero autodestructiva, única.
Opinión
Este libro que traigo hoy es de esos que te marcan. Lo habían leído un montón de blogueras y la opinión generalizada ha sido que es un gran libro, así que con unas ganas inmensas me apunté a todos los sorteos en los que estaba, y tuve la inmensa suerte de que me tocase en el blog de Lectora de Tot. El azar es caprichoso e hizo que tardase en llegar a mis manos. Y cuando lo comencé tuve un gran problema. Uno de los temas que toca el libro me era particularmente conocido y cercano de tal modo que me bloqueé, era incapaz de seguir leyendo hubo un momento en el que tuve que dejarlo, era mi salud mental o el libro, así que opté por la primera opción, pero en cuanto me repuse y me hice fuerte continué leyendo y realmente ha sido una lectura fascinante. Os cuento esto para que sepáis que la reseña la estoy escribiendo bastante tiempo después, con perspectiva y tras haber digerido algunos de los capítulos que trata.
La protagonista del libro es Ana Tramel, una abogada de unos 43 años que se encuentran en un momento bajo de su carrera. Hace unos años era una abogada penalista brillante que era conocida por su fuerte carácter y por no dejarse arredrar por nadie, pero la vida le dio un par de palos de esos que cuesta remontar, bajó a los infiernos y ahora se dedica a realizar recursos administrativos y recurrir multas en el despacho de su amiga Concha, mientras se desliza en una espiral de sexo con jovencitos, alcohol y pastillas con los que trata de olvidar el pasado y enfrentarse a su día a día.
De repente recibe la llamada de su hermano Alejandro, Ale, con el que no se habla desde hace años, diciéndole que está detenido por asesinato y que la necesita. Su primer impulso es colgarle pero pronto cambiará de opinión, al fin y al cabo se trata de su hermano menor y ya le ha echado una mano en otras ocasiones. El inconveniente es que su hermano tiene un tremendo problema de adicción al juego, es ludópata y con una inmensa deuda que probablemente no pueda pagar en la vida, y ha asesinado delante de las cámaras de seguridad a su principal acreedor Bernardo Menéndez Pons, el director del Casino Gran Castilla. Poco después, Ale muere y comenzará un largo periplo.
El casino les requiere la inmensa deuda a sus herederos. Será entonces cuando se decida a defender a su cuñada Helena y a su sobrino Martín, de los cuales ni siquiera sabía su existencia, frente ese enorme imperio del juego que es el casino, cuando comenzarán una lucha desigual de un pequeño bufete contra un gran gigante del derecho. Veremos que la justicia, por si no lo teníamos claro, no es igual para todos y aún menos cuando hay tanto dinero en juego.
Los compañeros de Ana en su periplo quijotesco serán pocos y algunos la dejarán en el camino y otros se apuntarán a su pelea. Uno de los que está ahí siempre, aunque solo por dinero es Eme, un investigador privado que conoce a Ana, sus virtudes y sus defectos y es casi al único al que realmente escucha. El resto de ellos está retratado de una forma creíble y cercana que hace que nos ayuda a entender sus motivaciones y su forma de actuar.
Paralelamente a este gran caso, hay otro que desgraciadamente es más habitual de lo que gustaría y que está al orden del día. Un divorcio con un caso de malos tratos, una lucha encarnizada por los hijos o más bien por lo que significan los hijos; al rencor que supone una separación se une la forma retorcida de actuar de algunos abogados, siendo las primeras víctimas los hijos y la verdad. Algo que desgraciadamente afecta a muchas familias y está de actualidad.
Será la propia Ana la que nos vaya contando lo que va ocurriendo, de modo que no sabremos nada al margen, solo estaremos ante ella, ante su historia, lo que piensa, lo que decide, lo que hace y lo que deja de hacer. Habrá momentos en los que directamente le darías dos tortas para pasar en unas páginas a hacerle una reverencia, vas a quererla o probablemente odiarla, lo que es seguro es que no te va a dejar indiferente. Pasarás por momentos de desesperación porque ella te cuenta sus miserias, tal cual, sin esconderse y lo que es peor, en algunos momentos se siente orgullosa de ellas, aunque también es capaz de ver que lo está haciendo rematadamente mal y pone de su parte para intentar enderezar el rumbo. Le pasará de todo, bueno y malo, incluso rematadamente malo, pero se levantará, recogerá los trozos, se recolocará y tirará hacia adelante, con ayuda y sin ella y apoyándose en adicciones que la harán caer una y otra vez en una espiral de autodestrucción, mientras nos cuenta cuáles son sus especialidades.
Impresionante como ya he dicho el personaje, la documentación de la que hace gala el autor acerca de la ludopatía y el mundo del juego no ya solo en los casinos, sino en casas de apuestas, en internet y en cualquier formato. El calvario que supone para los enfermos y para sus familias y cómo todos los segmentos de la sociedad hacen la vista gorda, dados los múltiples beneficios que de ello sacan. La putrefacción y corrupción del sistema son tratados con crudeza y te hacen plantearte muchas cosas.
En conclusión, tenemos una novela muy recomendable, un thriller judicial bien armado y construido, con personajes creíbles a pesar de los excesos o precisamente por ellos, que me ha recordado a los thrillers que tanto he leído de John Grisham y que resulta sorprendente verlo situado en España y en el sistema jurídico español. Toda una novedad, que a pesar de su amplia longitud, se lee fácilmente y atrapa al lector desde el principio. El personaje es de esos que difícilmente se olvidan y está claro que se merece por méritos propios el título de la obra. La recomiendo y recomiendo coger algo que morder mientras se lee, porque la rabia se apoderará de vosotros mientras leéis. No os asustéis por el número de páginas, volarán en vuestros dedos.
“…Otro concepto sobrevalorado. Y van tres en una sola conversación: la amistad, la familia y la verdad. “
“En ocasiones el trabajo de abogada era así.
Un verdadero asco.
Me recordé que yo estaba en el equipo de los buenos. Tenía que recordármelo de vez en cuando. Era fácil olvidarlo.”
“…,todas las instituciones públicas que cogían una sola moneda de los beneficios de la industria del juego deberían ser cesadas en bloque y ser juzgadas por connivencia”
“…mezclar un proceso judicial con los sentimientos personales puede volverse en su contra, mucho me temo que es imposible separar ambas cosas, nadie en su sano juicio sería capaz de hacerlo”.
Saludos y a disfrutar leyendo.