Título: Detrás
del cristal
Autor: Mayte
Esteban
Editorial: Ediciones B
Año publicación: 2014
Nº de páginas: 280 páginas
ISBN:
9788415420712
Género: Novela, ficción.
Autora
Ha ganado dos premios en concursos de narraciones breves con
los relatos La vida en papel (2008), una historia sobre sueños rotos, y El
reflejo (2009), que es la historia inventada del cuadro de Velázquez La
Venus del espejo.
Tiene un blog, El espejo de la entrada.
Sinopsis
Andrés Gálvez, un joven ejecutivo, lleva meses preparando
unas vacaciones en el Caribe con su novia para escapar de los compromisos de
las fiestas navideñas, sin sospechar que su vida está a punto de trastocarse
por completo.
La situación económica de Ana Iriarte es desesperada. Ha
buscado con quién dejar a su bebé esa noche para acudir a un trabajo eventual,
pero ni su única amiga, Raquel, puede ofrecerle ayuda, pues también tiene un
grave problema: pasa por un mal momento con su marido como consecuencia de los
emails que está recibiendo de un desconocido.
La desesperación empuja a Ana a cometer una locura que puede
costarle muy cara.
Ana ha aprendido a vivir sola pero, esta vez, cuando su vida
se tuerza y su camino se cruce con el de Andrés, ¿se atreverá a vivir?
"Está permitido equivocarse. Lo que es cobarde es no
intentarlo"
Opinión
Tras haber leído La
arena del reloj, me quedé con ganas de más y coincidiendo con su puesta en
papel, decidí ponerme con esta historia, de la que tan bien estaban hablando, y
ya sé porqué.
Detrás del cristal
es la historia de un puñado de personajes que en un par de días, ven como todo
se transforma, y como la realidad y el destino juega con ellos como quiere,
haciendo que todo lo que hasta ese momento era habitual o sólido, se
transforme.
Ana Iriarte, una
chica de 26 años que llegó a Madrid, huyendo de una familia que no era
demasiado normal, conoció a un hombre con el que tuvo una relación, salió
bastante escaldada y tuvo sola a su hijo Pablo, un bebé de diez meses
que es el centro de su vida.
Pero ahora se
encuentra en esa gran ciudad, sola, desamparada y desesperada, cansada de
buscar trabajo y de malvivir en un cochambroso piso, del que la van a echar en
cualquier momento por no poder pagarlo. Hace malabares con lo poco que gana
echando unas horas en bares y otros trabajos que le busca su amigo Pedro.
Andrés Gálvez
es un ejecutivo exitoso, dueño de un fantástico piso, maniático del orden, el trabajo
y las cosas programadas y que se va de viaje al Caribe con el amor de su vida, Irene,
modelo, a la que por fin y tras mucho pensarlo, le va a pedir que viva con él.
Pero Irene, tiene
sus propios planes, entre los cuales ya no está Andrés.
Raquel, amiga
de Ana, vive los primeros pasos de un infierno, en el que se está transformando
su matrimonio con Paco al que quiere con locura. Un infierno de malos
tratos, que se verá agudizado por la recepción por parte de ella de unos
correos de un desconocido, que en la distancia intenta darle ánimos.
La vida con sus
ironías hace Ana necesite desesperadamente trabajar la noche del 22 de
diciembre, y no consigue que ni Raquel ni nadie se quede haciendo de canguro de
su hijo y acaba tomando a decisión más insólita, y desesperada: dejarle a
Andrés una nota en la puerta para que le cuide a Pablo, diciéndole que luego lo
recogerá.
Y a partir de ahí
todo será una vorágine de situaciones en las que habrá encuentros,
desencuentros, malentendidos, risas, humor, ironía, y amor.
No puedo ni debo
contar más. Hay que leer, sé que siempre lo digo, pero es que aquí hay que
leerlo, porque hay que ir viviéndolo, porque es imposible describir lo que se
siente.
La autora va
llevándonos de su pluma, a sentir. Y cuando digo sentir, lo digo con todo su
significado, SENTIR, así con mayúsculas, porque sentiremos desesperación,
rabia, frustración, pena, ternura cada vez que Pablo nos sonríe, impotencia
cuando la vida sencillamente siga su curso arrollando todo por delante, pena,
dolor, frustración, miedo cuando seamos testigos del maltrato.
Y mientras tanto, se
van a ir disponiendo las piezas como un puzzle, en el que todo tiene su
sentido, su porqué y su instante. Ese entramado que se despliega ante nosotros
y en el que cada uno va tomando posiciones, moviéndose hasta llegar al final.
Ese final que la
autora escribió para mí. Porque es imposible que sin conocerme me haya escrito
y me haya descrito tan bien.
Y con ese final
dedicado, cerré llorando la última página.
Y es que es una
novela de sentimientos.
En cuanto a su forma de escribir, es sencilla, delicada, de
líneas claras, directas, sin grandes descripciones de lugares o sensaciones,
con una naturalidad pasmosa, y un lenguaje nada rebuscado construye una novela
muy divertida, con mucha ironía, y demasiado actual. Te atrapa, no te suelta,
te sorprende, aunque sea algunas veces previsible, y con tan poco y tanto a la
vez, te pega un mordisco en el corazón, y te deja seguir como llegó,
suavemente.
No es el tipo de literatura al que yo estaba acostumbrada, y
por eso me he sentido sorprendida de su efecto en mí.
Y por mucho que yo gaste palabras, lo que realmente quiero
decir es que tenéis que leerla, porque es por más que yo quiera,
indescriptible.
Ya me contaréis.
Saludos y nos vamos leyendo.