Título: Hacia
los mares de la libertad
Autora: Sarah Lark
Editorial: Ediciones B
Año: 2014
Páginas: 718 páginas.
ISBN: 9788466654913
Autora: Sarah Lark
Editorial: Ediciones B
Año: 2014
Páginas: 718 páginas.
ISBN: 9788466654913
Genero: Landscape, saga, aventuras
Autora
Sarah Lark, cuyo verdadero nombre es Christiane Gohl, pero los editores le pidieron que cambiara su nombre al seudónimo de Sarah Lark en sus nuevas obras para evitar identificarla con el nombre que ella usó para escribir unas 150 obras sobre caballos. Nació en Bochum Alemania, en 1958.
Lleva afincada muchos años en España, donde llegó a trabajar como guía turística. Literalmente ha sido conocida a nivel mundial por su Trilogía de la Nube Blanca (En el país de la nube blanca, La canción de los maoríes y El grito de la tierra). A esta trilogía le siguió La isla de las mil fuentes y Las olas del destino, ambientadas en Jamaica y que conforman la llamada Saga del Caribe.
Con esta nueva obra Hacia los Mares de la libertad y A la sombra del árbol Kauri que forman parte de una nueva trilogía, regresa a la tierra en la que todo comenzó.
Otros nombres con los que la escritora ha publicado diferentes obras son Ricarda Jordan, Elisabeth Rotemberg
Sinopsis
Una emocionante saga familiar sobre aquellos irlandeses que colonizaron
Oceanía.
Título que recupera el espíritu, estilo y ambición de En el país
de la nube blanca, novela con la que Lark irrumpió con fuerza en el escenario
literario de nuestro país.
Irlanda, 1846. Kathleen y Michael se aman y planean en secreto
abandonar su tierra natal, la humilde y hambrienta Irlanda, en busca de una
vida mejor en el Nuevo Mundo. Pero todos sus sueños se ven truncados cuando
Michael es condenado como rebelde y desterrado a Australia. Kathleen,
embarazada, se verá obligada a casarse con un comerciante de ganado y emigrar
con él a Nueva Zelanda. Entretanto, Michael, con la ayuda de la audaz Lizzie,
intentará escapar de la colonia penal para reencontrarse con su primer amor.
Magistral recreación de la vida de aquellos irlandeses convictos que
colonizaron Australia, así como los avatares de los barcos de presidiarios que
se dirigían a las colonias penales de la Tierra de Van Diemen, la actual
Tasmania, sin perder el marco de la cultura maorí en la Nueva Zelanda del siglo
XIX, paisaje que se ha convertido en el sello indiscutible de la autora.
Opinión
El libro que traigo hoy es de esos que creía que nunca me
leería, porque en cierto modo estaba predispuesta contra la autora, no por
nada, sino por su omnipresencia de sus libros en todos los sitios. Al enterarme
que vivía aquí en España y que era una enamorada de nuestro país, ya empezó a
caerme mucho mejor.
Cuando se me presentó la oportunidad de leer sus libros, ni
me lo pensé.
La historia va a comenzar en Irlanda en el año 1846, y
abarcará casi veinte años, y dos continentes. Estamos en el Condado de Wicklow,
en un año particularmente duro por las malas cosechas, con una hambruna
bastante considerable. No hay trabajo, y el que hay es en condiciones de
semiesclavitud. La religión es la que rige duramente la vida de sus habitantes,
y condiciona muchas de sus decisiones. La relación entre clases es abismal.
Una de las protagonistas, Mary Kathleen O´Donell, de origen humilde, trabaja como criada para
echar una mano a su familia, en la casa de los Wetherby.
Ella está enamorada del guapo y simpático Michael Drury, un joven que trabaja en
los campos, y que para redondear sus magros ingresos, rapiña grano con el que destila
y vende whisky clandestinamente, razón por la que sus padres no ven nada bien
la relación. Ellos sueñan con conseguir el dinero suficiente para un pasaje al
Nuevo Mundo, donde se escaparán de la miseria y la cerrazón en la que viven.
Las cosas se precipitan cuando Kathleen se queda embarazada
y Michael es detenido por robo.
La cosa estaba clara, la sentencia era para Michael es el
destierro a la Tierra de Van Diemen, la actual Tasmania.
Kathleen, con 16 años, embarazada y sin pasar por la
vicaría, ve como su familia se lanza contra ella, y su padre pretende casarla
con el capataz de las tierras donde viven.
No se lo piensa ni por un momento cuando se propone seguirlo
hasta allí, aunque para ello deba casarse con un elemento sin sentimientos, Ian Coltrane, tratante de caballos que
se ofrece a llevarla a Nueva Zelanda con
él.
Por otro lado, tenemos a Elisabeth Owens, Lizzie,
una pobre prostituta condenada también a la deportación por el robo de unos
panecillos. En el barco prisión, conocerá a Michael Drury, y allí comenzarán a
entrelazarse los destinos.
En primer lugar vamos a viajar en el barco prisión, una
experiencia que te hace plantearte muchas cosas. Un viaje que durará mucho
tiempo, meses, en el que se crearán lazos muy fuertes, amistades que no se
olvidarán, pero también asistiremos a hechos que nos harán revolvernos mientras
leemos. Descripciones realistas, completas que te hacen vibrar y compenetrarte
con los personajes.
Una vez en Nueva Zelanda unos y en Tasmania otros,
asistiremos al desarrollo de la vida diaria de todos ellos en una nueva tierra
virgen.
Kathleen criará al hijo de Michael junto a Coltrane, y
tendrá otros hijos, intentando vivir un matrimonio convenido, que no se parece
en nada a lo que ella soñó y conocerá a una vecina Claire Edmunds, que le hará ver la vida y otras cosas de otro modo
y se ayudarán mutuamente en una tierra desconocida.
Michael, irá labrando su futuro impulsivamente,
alocadamente, como su forma de ser, siempre con el objetivo final de encontrar a
Kathleen y casarse con ella.
Lizzie por su parte, pasará por toda clase de situaciones,
con una tenacidad y un carácter que le hará ir buscando esa felicidad que cada
vez que saborea se le escapa, y será la que mejor se adapte a la idiosincrasia
de los nativos de aquella tierra.
Y con estos y otros personajes, podremos aprender de forma
amena y ligera gran parte de la historia de Nueva Zelanda, su economía, sus
relaciones con Gran Bretaña, la forma en la que se colonizó, quienes la
colonizaron, de qué nacionalidades fueron sus primeros habitantes, sus
religiones, como trataron a los habitantes maoríes.
Tendremos ante nosotros una lección impagable de la relación
que tenían los maoríes con la tierra, la naturaleza y los pakehas.
Con un estilo realmente limpio vamos a empaparnos de
sentimientos de alegría, tristeza, amor y desamor, miedo, libertad, tesón,
ganas de vivir y de luchar, casi todo ello encarnado por mujeres, unas mujeres
valientes y decididas, de personalidad marcada por las circunstancias. Y
mientras lo estás leyendo te irás dando cuenta de lo mucho y lo poco que ha
evolucionado el papel de la mujer en la sociedad, de cómo a pesar de ser los
pilares sobre los que se sustenta la colonización, apenas si se les da
visibilidad. Y sobre todo te hará ver en perspectiva y desde otro ángulo, todo
aquello que tenemos y lo que somos, como ha sido ganado.
Otra cosa que me ha llamado la atención ha sido sobre todo
las religiones y sus representantes, las distintas interpretaciones que se
hacen desde una misma troncalidad.
Y la bondad y maldad del ser humano, que existe en todas las
razas, todos los continentes, como podemos ser capaces de lo mejor y de lo
peor.
Si esto se adereza con unos paisajes increíbles, diálogos
chispeantes, divertidos y las grandes aventuras que corren sus personajes,
tenemos un libro fenomenal, que ya me hace estar deseando leer la continuación.
Ahora ya sí soy admiradora de Sarah Lark, y me propongo leer
todos sus libros, por muy largos que sean, porque sé que merecerá la pena.
Y por supuesto os animo a vosotros a hacer lo mismo, y que
me contéis qué os han parecido.
Saludos y a leer.