martes, 28 de septiembre de 2021

LAS AGUAS DE LA ETERNA JUVENTUD de Donna Leon.

 

Título: Las aguas de la eterna juventud

Autora: Donna Leon

Traducción: María Figueroa Evans

Editorial: Seix Barral

Año de edición: 2 de febrero 2016

N.º de páginas: 336

Género: Policiaca, narrativa.



Autora

Donna Leon nació en Nueva Jersey el 28 de septiembre de 1942. En 1965 estudió en Perugia y Siena. Continuó en el extranjero y trabajó como guía turística en Roma, como redactora de textos publicitarios en Londres y como profesora en distintas escuelas
norteamericanas en Europa y en Asia (Irán, China y Arabia Saudita). Ha publicado, siempre en Seix Barral, las novelas protagonizadas por el comisario Brunetti. Sus libros, por los que ha sido galardonada con el Premio Carvalho 2016, han sido publicados en treinta y cinco países y son un fenómeno de crítica y ventas en toda Europa y Estados Unidos. Desde 1981 reside en Venecia.

 

Sinopsis

Guido Brunetti investiga un suceso que cambió la vida de una joven hace quince años, cuando cayó a las aguas venecianas sufriendo daños cerebrales tras ser salvada por Pietro Cavanis, un borracho desmemoriado. Su abuela, la octogenaria condesa Demetriana Lando-Continui, amiga de la suegra de Brunetti y dirigente de una fundación dedicada a la restauración de la ciudad, requiere al policía que descubra la verdad de los hechos.

Opinión.

La novela que traigo hoy es de una autora a la que siempre que vuelvo me siento como encasa, es de una normalidad y rutina abrumadora, porque así es la vida del comisario Brunetti.

En una de esas cenas de sociedad que detesta, pero a la que tiene que acudir debido al status de su suegra, conoce a una amiga de esta, la contessa Demetriana Lando-Contini, una de esas personas que a pesar de su edad siguen luchando por lo que creen y en este caso es el mantenimiento de Venecia para los venecianos, cosa que no es fácil debido a la irrupción de forma descontrolada de los turistas y la aparición de los apartamentos turísticos.

La contessa lo invita a su palazzo porque tiene interés en reabrir el caso de su nieta Manuela. Hace quince años que su nieta siendo una adolescente, casi una niña, una noche cayó a uno de los canales de Venecia. La salvó un borracho que se tiró a por ella al agua al verla caer, pero que al día siguiente ni siquiera recordaba cómo y porqué lo había hecho. Como consecuencia de la ausencia de oxígeno, Manuela sufre de un retraso considerable y sigue siendo una niña. ¿Por qué a estas alturas quiere saber qué pasó? Está mayor y ve la muerte cerca y no quiere marcharse sin saber qué ocurrió de verdad aquella noche, porque lo que a ella le chirría desde el primer momento es que su nieta sufría una fobia espantosa al agua y está convencida de que alguien la tuvo que tirar, ya que ella nunca se hubiera acercado al canal de motu proprio.

Brunetti no tiene demasiado trabajo, la ciudad está bajo control, excepto por algún que otro robo a los turistas, así que echará mano de la signorina Elettra para hurgar en los

expedientes y sorprendentemente hay muy poco sobre el tema, se corrió un velo sobre el tema y lo políticamente correcto hace que no se sepan ni siquiera las condiciones de la chica al llegar al hospital. Ese velo hará que aumente el interés de Brunetti y de su compañera Claudia Griffoni, que también se ha visto involucrada en el caso. Cuando conocen a Manuela, lo tienen cada vez más claro, tiene que investigar. Cuando consigue un hilo del que tirar, el nombre del borracho que la sacó del agua, Pietro Cavanis, y acude a su encuentro lo han asesinado, es muy extraño y sospechoso, y algo que parecía lejano se vuelve urgente, hay que encontrar al asesino.

Leer a Donna Leon siempre es un placer, es como ponerte esas zapatillas cómodas cuando llegas a casa, sigue Brunetti en su línea, aquí Paola tiene un protagonismo más tangencial, y sus chicos se hacen mayores. Su relación con el vicequestore sigue siendo la misma y la signorina Elettra vuelve a hacer de las suyas, o sea que es un poco más de lo mismo, y quizá se necesita un poco más de chicha. Esa es la que la autora pone en forma de crítica social y al sistema, a unos funcionarios corruptos a los que les trae al fresco lo que pueda ocurrir en una sociedad donde la corrupción está institucionalizada, y eso siempre me hace sonreír, porque cuando comparo con el país donde vivimos no encuentro muchas diferencias. En esta novela no me ha resultado suficiente, aunque la novela ha volado en mis manos no creo que deje demasiado poso en mi conciencia y eso es algo que ya a estas alturas le pido a lo que leo. Así que me he encontrado algo decepcionada, no me ha gustado que el azar forme parte de la resolución del caso y me ha faltado chispa.

En resumen, un nuevo caso de Brunetti con todo lo que ello implica, con mucha crítica social y al sistema, pero con una trama demasiado previsible y llena de tópicos en la que he echado de menos algo más de intriga y de novedad. Lo recomiendo, sí, como casi todo lo de la autora, pero no busquéis en él una lectura apasionada o un Brunetti transgresor.

Hacía mucho tiempo que sus colegas y él se habían acostumbrado a que algunas normativas fuesen más para hacer bonito que obligatorias.”

Si no robasen tanto, Demetriana, la ciudad podría pagar las restauraciones. Y si las familias de los políticos no accediesen a las viviendas sociales, no tendrías que pedirle a la gente que te ayudase a reformar los apartamentos.

“¿Por qué los prejuicios de los demás nos parecen tan extraños mientras que los nuestros son razonables y fruto de la reflexión?”

Con este libro participo en la Yincana Criminal 2021, en el apartado correspondiente a Ocurrió en Europa: Una novela de un escritor/a italiano o que transcurra en Italia.



Saludos y seguid leyendo.