Autor: Carmen Amoraga
Editorial: Ed. Destino
Colección: Áncora y Delfín
Primera edición: octubre de 2017
Nº de Páginas: 318
ISBN: 9788423352876
Género: Narrativa
Autora
Nacida en Picanya, Valencia, en 1969. Es licenciada en
Ciencias de la Información y ha trabajado para radio y televisión. Ha sido
columnista en diversos medios como Levante-EMV, Cadena Ser, Cartelera Turia,
Mujer hoy o Harper's Bazaar España. Ha sido asesora en relaciones con los medios
de comunicación de la Universitat de València y actualmente es Directora
General de Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana.
Es autora de Para que nada se pierda (1997, II Premio
de Novela Ateneo Joven de Sevilla), La
larga noche (2003, Premio de la Crítica Valenciana), Algo tan parecido al amor (finalista del Premio Nadal 2007), El tiempo mientras tanto (finalista del
Premio Planeta 2010), El rayo dormido
(Destino, 2012) y La vida era eso
(Premio Nadal 2014), entre otros.
Sinopsis
Pepa es una mujer madura en quiebra emocional. Siente
que ha malgastado su vida y culpa al mundo de su aparente desgracia. Sola,
enfadada y amargada, siente como una herida la felicidad del resto, y para
protegerse del dolor no encuentra otra forma que vivir dentro de una coraza que
oculta sus verdaderos sentimientos.
Durante unas vacaciones forzosas, Pepa se ve obligada
a reflexionar y a tomar conciencia de los errores que la han llevado a estar
donde está. Justo cuando comienza a reconciliarse con sus recuerdos, empieza a
observar a una chica embarazada que toma el sol a diario en un banco de la
misma plaza en la que Pepa pasea a su perro. Esa joven es Crina, que vive una
tragedia ante los ojos impasibles de una sociedad que no quiere verla.
Crina llegó a España engañada por su propia pareja,
que la vendió a una red de trata de blancas, y ahora esa red planea vender al
bebé que espera. Pepa, inmersa en el proceso de rehabilitación de su invalidez
emocional, es la única persona que puede ver más allá de lo que se ve, y decide
volcarse en ayudar a esa desconocida.
Una novela intensa que nos habla de crecimiento,
superación y resiliencia. Que nos muestra la verdad de lo que somos y cómo
ayudar a otra persona puede llegar a salvarnos de nosotros mismos. Un canto a
la vida y a la fuerza de la solidaridad.
Opinión
Tengo que reconocer que no había leído antes a Carmen
Amoraga, son estos autores que sabes que están ahí y que han sido galardonados
y por tanto das por supuesta su calidad, pero no ha sido hasta ahora cuando yo
he podido disfrutar de ella, y me doy tortas por no haberla leído antes.
Gracias a la iniciativa #SoyYincanera, con un sorteo
en el que animábamos a Pepa a ver esa vida que está dejando pasar, conseguí
hacerme con un ejemplar en papel y la verdad es que no puedo más que dar las
gracias, porque es un libro hecho para el papel, para tocar, para señalar, para
volver atrás y seguir hacia adelante y paladearlo una y otra vez.
Creo que no puedo hacer una reseña al uso, ni
imparcial porque con este libro he buceado dentro de mí, y he cogido una
perspectiva que quizá antes no tenía y que, como muchas veces, hace falta que
te den un bofetón para reaccionar. Bofetón metafórico, por supuesto.
En la primera parte vamos a conocer a Pepa, se trata de una mujer ya madura,
de unos cincuenta años, que trabaja en una residencia de ancianos en la que
además se encuentra viviendo temporalmente su madre. Está cansada, está
amargada y en el trabajo tiene unas reacciones tan desmedidas y desagradables que
sus jefes la obligan a cogerse unos días libres. Algo que a ella no le hace
ninguna gracia, ya que su vida es su trabajo, fuera de él no hay nada más. No
tiene nada más que un pobre perro que ya hace tiempo que añora sus caricias.
En esa semana de descanso forzoso hará un paseo y un
descanso en un parque al que solía ir, y al que hace mucho tiempo que no va.
Pronto se dará cuenta de que ella se ha quedado anclada en el pasado, en algo
que ocurrió y la marcó profundamente, pero las cosas no son como ella las
recuerda, ella se ha quedado con unas sensaciones y unos sentimientos que ha
convertido en su verdad, pero no es la misma verdad ni emociones que hay en
aquellos que la rodeaban. Una conversación, un recuerdo difuso, una
imposibilidad de recordar harán que tome conciencia de que hay gente más allá
de ella, gente que existe, que tiene problemas y que no se dedica a enfadarse
con el mundo, que a duras penas va gestionando sus propias desgracias y dolores
y luchando. Tomará una decisión que le cambiará la vida, y es que solo hay que
andar un paso para comenzar el camino.
En el otro extremo tenemos a Crina, una chica invisible porque el mundo la ha hecho así, porque
a la sociedad le interesa mirar hacia otro lado y dejar que sigan pasando cosas
espantosas. Esta chica, rumana, tenía un futuro prometedor como médico allí en
su país, pero cometió el error de enamorarse de la persona equivocada, y el que
ella creía que sería el príncipe de sus sueños, se convierte en el señor de sus
pesadillas y una vez que está lejos, se verá obligada a ejercer la prostitución
con el asco y el miedo metidos en el cuerpo. Ella está llena de vida y de
esperanza, tiene ganas de luchar, pero tiene miedo, mucho miedo. Un pavor que
en las circunstancias que ahora está, con la libertad de ponerse a tomar el sol
en un banco del parque, la inmoviliza porque sabe que todo puede ir a peor y
casi no le queda entereza por luchar y salir en busca de esa libertad que le
está siendo negada.
Nada más opuesto que estas dos mujeres que deberán
luchar contra sí mismas y contra el mundo, hasta encontrar un resquicio de
esperanza que será el que al final las lleve de camino a la luz. A saber volver
a vivir.
Es muy doloroso el proceso de comparación porque cada
una de ellas tiene su propio infierno, una interior y la otra exterior, lo que
nos aporta la autora es ese canto a la esperanza que puede ser el valor para
cambiar las situaciones. Ese canto de esperanza va a retarnos a limitarnos a
vivir, con sus cosas buenas y sus cosas malas, porque cada día si nos atrevemos
a mirarlo de frente, hay una oportunidad por pequeña que sea de ser felices, de
disfrutar el momento, de dejar atrás el pasado y su lastre, de poner los
pilares para construir nuestro propio futuro con nuestras reglas, con alegría,
con ganas.
Al final, lo que tenemos en nuestras manos es una
mezcla de ilusión, esperanza, amistad, generosidad y sobre todo de solidaridad.
Se trata de uno de esos libros que te tocan el alma,
que te empujan a reaccionar, que te ayudan a mirarte hacia dentro y enfrentarte
con lo que ves. Además, está escrito de una forma bella, con frases que marcan,
pensamientos hilarantes y el juego continuo entre lo que querría decirse y lo
que realmente se dice, porque se trata de no hacer daño, se trata de ser
correcta. Una prosa envolvente, que no es sencilla porque tiene frases largas y
a veces algo complicadas, pero no se resisten, es más te animan a seguir
leyendo.
Una novela intimista y preciosa que no es nada más y
nada menos que un himno a la vida, a la lucha y a la esperanza. Os recomiendo
que la leáis, es preciosa y toda una lección.
“La
confianza no es algo que se regala, sino que se gana a lo largo de la vida”
“Porque
para vivir basta con querer vivir.”
“La
vida sigue, Pepa. La vida es un largo poema o un libro largo, lo que quieras, y
para continuar leyendo o escribiendo tienes que ir cerrando capítulos o
terminando estrofas”
“Más
que el problema que tengas, lo que importa es cómo afrontas el problema que
tienes”
“…en
realidad, las ganas de vivir no las perdió porque no las tenía”
Saludos y a disfrutar leyendo.