Título: Mundo cruel
Autor: Jesús Campos García
Editorial: IN Cultura editorial
Primera edición:
N.º de páginas: 386.
Género: Narrativa, humor
Autor
Entre sus estrenos más
destacados se pueden citar, además del ya citado 7.000 gallinas y un
camello: Es mentira (1980), Entrando en
calor (1990), A ciegas (1997), Danza de
ausencias (2000), Entremeses variados (2005) y d.juan@simetrico.es (2008).
Como docente, ha impartido
talleres de escritura dramática en el Centro Nacional de Nuevas Tendencias
Escénicas, Universidad de Alcalá, Casa de América, etc. Ha realizado igualmente
diversos trabajos de arquitectura teatral.
Sinopsis
No podría decirse que Mundo cruel sea una novela de humor, porque maldita la
gracia, pero algo de risible sí que tiene el que el holding heterodoxo Negocios
Peculiares pretenda cambiar el mundo potenciando sus aberraciones.
Martín Jiménez, un estafador honrado que será captado
para tan desquiciado propósito, es golpeado brutalmente por la adversidad justo
cuando había decidido dejar de ser un rico agitado para convertirse en un rico
en reposo, lo que le lleva a refugiarse en el sueño.
Y como su vida es tan disparatada y sus pesadillas son
tan coherentes, será imposible saber cuándo está dormido y cuando está
despierto. (La realidad entreverada con las peripecias de lo irreal).
Por lo demás: sexo, corrupción, intrigas, traiciones,
asesinatos; en fin, lo normal.
Opinión
Con esta novela el autor se estrena en el género
narrativo, la poesía ya la había tocado y lo suyo es sobre todo el teatro. Con
mundo cruel nos va a sorprender por el planteamiento, ya que tiene una enorme
dosis de ironía y al principio puedes pensar que es un disparate, pero a la vez
es tan realista que da miedo. Tengo que reconocer que me ha costado leerlo,
resulta complicado cuando intentas poner orden en el desorden que tan bien ha
creado el autor.
Para empezar lo que más llama la atención es que los capítulos
van en orden descendente, algo que choca y te da que pensar, me ha recordado
las películas de espías en las que el mensaje se autodestruye al final y es la
sensación que he tenido durante el camino.
Luego ya entrar en el holding empresarial de Negocios
Peculiares te explota la cabeza, porque es tan disparatado…y a la vez tan real.
Cómo es posible que doña Aurora haya
tenido la idea para iniciar unos negocios así, tan poco convencionales, lo peor
es cuando va y encima tiene éxito, lo que nos da un fiel retrato de lo absurdo
de nuestra sociedad.
Y van a por Martín
Jiménez, un estafador de guante blanco con cuello y corbata, que yo tenía
en mi mente quién podría ser... Casualidades de la vida lo encuentro al frente
de una fábrica de pinturas, algo a lo que me he dedicado toda mi vida, para que
sea el nuevo gerente, y quién mejor que él, un tipo con una vida demasiado
loca, sus relaciones amorosas son la leche, y tal como las cuenta el autor, va
a sacar más de una sonrisa irónica. Esa sonrisa se va torciendo cuando las
cosas comienzan a irle mal, y te da la sensación de que todo puede acabar de la
peor forma, pero no, él se hará fuerte y acabará dirigiendo el holding de forma
inocente al comienzo y con la mosca detrás de la oreja después, cuando comienza
a hacer indagaciones junto con Javier,
otro normal en un mundo surrealista.
Si ya lo has perdido todo y te ofrecen mucho dinero
por hacer cosas inverosímiles, ¿te lo plantearías, o de perdidos al río? Esa es la sensación que he tenido, que todo
está perfectamente diseñado para que veamos el mundo tan absurdo en el que vivimos,
abducidos por una sociedad consumista que está dispuesta a pagar lo que sea por
lo que sea.
Lo de la portada merece capítulo aparte, y es que el
frigorífico tiene todo el sentido del mundo y sonreirás cuando descubras el porqué.
En resumen, una novela novedosa, divertidamente
absurda con una tremenda carga de crítica social en la que puedes jugar a
adivinar personajes reales entre sus páginas. Si no tienes un punto cínico e
irónico mejor no te adentres en ella, así que abre la mente y a disfrutar.
“Todo
el Mundo escribe o pinta, como si no tuvieran nada mejor que hacer; y luego, pues
claro, no hay dónde meter tanto trasto. ¿Saben cómo están los almacenes de los
museos? Atiborrados. Y ni le cuento ya las bibliotecas.”
“Basta
con ponerle precio a lo que sea para que enseguida haya alguien que esté dispuesto
a pagarlo. Llegará el día en el que cobraremos hasta por saludar.”
“
Las acometidas de agua, las tomas de luz y el alcantarillado, dieron por hecho
que eran detalles sin importancia que cada cual resolvería como Dios le diera a
entender.”
Saludos y nos vemos en los libros.