Título: Donde
enmudece el silencio.
Autora: Sara
Mañero Rodicio.
Editorial: Editorial
MaLuma.
Primera edición: 27 diciembre 2023
N.º de páginas: 185
Género: narrativa,
histórica.
Autora
Sara Mañero Rodicio, madrileña reside en Godella, Valencia, es Licenciada en Filología Inglesa y Doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Valencia. Su tesis doctoral, El Arciprestre de Talavera de Alfonso Martínez de Toledo, obtuvo el premio Fernández de Abril de la Real Academia Española y fue publicada por el Instituto
Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos en 1997. Es autora, igualmente de varios artículos sobre este autor publicados en revistas científicas.
En Mientras sorprendan los días, su primera novela publicada, explora la aventura de vivir un día a día a través de personajes cercanos, marcados por las vicisitudes de nuestro tiempo. Casi al mismo tiempo se publica la segunda, El sueño del árbol (Verbum, 2015). La tercera Atrapando la luz. En el campo de la ficción, su primera novela publicada es Mientras sorprendan los días (Hades, mayo 2015). El sueño del árbol es la segunda y la tercera Atrapando la luz, Todo a un tiempo (2020) han sido publicadas en Verbum. El rodar de un agua interminable (2022) es su obra más reciente.
Sinopsis
Donde enmudece el silencio
es una novela intimista, de lectura pausada. A través de las voces de tres
generaciones de mujeres de una misma familia se nos ofrece el relato de sus
vidas en un momento de especial significación para cada una de ellas. Tres
mujeres fuertes, capaces de sobrevivir y dar soporte a los suyos. Tres vidas
cotidianas y anónimas. Un camino que se presenta en un sentido, pero se recorre
en el inverso, pues solo desde la comprensión de sus historias, y de la
repercusión en sus vidas de nuestra Historia cercana, puede entenderse cada una
de estas personalidades individuales, que no dejan de ser, también, suma de sus
antecesoras, unidas por extraños laberintos de la memoria.
Opinión
Hoy traigo una novela que
he leído dos veces. Una, con la impaciencia de leer lo nuevo, una novela
intimista, de trasfondo histórico de una época relativamente reciente; la otra,
una lectura relajada, sosegada, con mucha atención, recreándome en las letras y
los personajes, saboreando. No sabría decir con cual de las dos he disfrutado
más.
Comenzamos una larga noche
de incertidumbre, miedo y a la vez certeza, en la que Matilde sufre porque se han llevado a Pedro, su compañero de vida, acabarán con él en dios sabe dónde,
una tapia o una cuneta, es su destino por pensar diferente, solo se ha dedicado
a dar clase con toda la paciencia y pasión que ha podido. Lo conoció cuando le
hizo la vida más amable a Paquita,
la hija de Matilde, una chiquilla callada, introvertida e inocente que sufre en
silencio el acoso de sus compañeros por ser la hija de una madre que hubiese
podido pasar por viuda si no hubiera sido por la larga lengua de un cura que no
sabe o no quiere saber lo que es el secreto de confesión. Esa noche Matilde
sufre por Pedro, pero también por su hija Paquita que se ha quedado huérfana
por segunda vez y por la pequeña Maruja.
Una Maruja que se volverá fuerte, luchadora y que se partirá el alma por su
hermana y su madre, mientras el vacío a los perdedores se cierne sobre ellas.
Matilde evocará cuándo
comenzó todo su penar, los momentos en los que siendo una chiquilla lloraba
amargamente porque tenía que ser fuerte cuando su padre la alejó de su madre
para enviarla a un internado. Su vuelta a casa, una casa hostil en la que se da
de bruces con la horrible realidad de saber cómo es su padre, Santiago, que cae de su pedestal y transformando
lo que debía ser cariño en odio.
Conoceremos a Fermina, otra mujer corajuda a la que también
hacen el vacío, pierde su trabajo y a duras penas, pero con tesón conseguirá
sacar adelante a su hijo Juan, una
buena persona con poca suerte en el reparto de números de la vida. Cuando se
crucen las vidas de Fermina y Matilde una nueva historia comenzará. Una
historia que ella siempre ha callado.
Maruja, esa nueva
generación de mujeres sufridoras conocerá a Antonio, un trabajador que lucha por sus derechos, y que por esa
lucha acaba en la cárcel ante la impotencia de su mujer. Otro hombre perdido, otra
mujer sola con su hija Soledad, que
aunque tenga ese nombre, estará arropada por su madre, su abuela y su tía. Otra
vez solas ante una realidad dura y escabrosa, aunque llena de música de coplas
con la que se espantan las penas.
El marco, la Segunda República,
la Guerra Civil y la posguerra. La vida de los que tienen poder y a los que
solo les importa el bolsillo y la reputación, la vida de los perdedores, el
vacío, el señalamiento, las dificultades para seguir adelante. El papel de unas
mujeres que cargan con el peso de la vida sobre sus hombros, que son
ninguneadas, repudiadas y que solo tienen el amor y la lucha por los suyos como
bandera. Mujeres valientes, mujeres que aman, y ese amor las destroza. Lágrimas
de amargura, resistencia y esperanza en que el mañana sea diferente. La fuerza
para seguir, para caer y levantarse y seguir viviendo por un futuro lleno de
libertad.
Mujeres anónimas que la
autora nos describe de forma precisa, minuciosa sin que sobre una palabra, con mimo,
con esmero, una escritura llena de delicadeza y sentimiento que nunca te deja
indiferente. Es complicado leer después otra cosa, el nivel lo deja muy alto.
En resumen, la historia de
tres generaciones de mujeres luchadoras, que se quedan sin sus hombres y tienen
que transitar por unos tiempos complicados, un siglo XX lleno de sufrimiento y
de cambios que sirve de marco temporal para mostrarnos cómo fueron las cosas y
lo mucho que ha cambiado la sociedad. Me ha gustado mucho, la he disfrutado
plenamente y la recomiendo sin ninguna duda.
“Nunca le explicó que la
tristeza y la desgracia llegan, aunque no se las busque, y si se las busca,
más.”
“No sé si me importa
saber las horas que aún te aguardan de espera, de tortura, porque desearlas
pocas es desear tu muerte, y desear las muchas es prolongar tu angustia.”
“Mientras no tenga su
cuerpo para poder darle un poquito de tierra que sea sólo suya coma no pienso
resignarme a que aquel sea su sitio.”
“La distancia todo lo
altera; trastoca los matices, las tonalidades de la mirada, y aunque queramos
creer que es la realidad la que ha cambiado, somos nosotros los que, al
alejarnos, vemos otras luces y otras sombras.”
Saludos y nos vemos en los
libros.