miércoles, 5 de junio de 2019

EL ESPÍRITU DE LA MARIPOSA de María Luisa Martín Horga




Título: El espíritu de la mariposa

Autora: María Luisa Martín Horga

Editorial: Círculo Rojo

Colección: Novela

Nº de páginas: 146

ISBN: 978-84-1317-471-6

Género: Narrativa, novela.




Autora

María Luisa Martín Horga (Santander, 1964) es doctora por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, licenciada en Derecho por la Universidad de Cantabria y titulada en Ballet por la Escuela Superior de Arte Dramático y Danza de Málaga. Maestra de ballet y coreógrafa, ha colaborado con diferentes revistas culturales y escribe críticas de danza en El Diario Montañés.
Una puerta al sur (2013) y Asesinando a Henry, civilizadamente (2017) le otorgan el favor de los lectores por su estilo ágil y ameno, pero a la vez profundo y reivindicativo.
En El espíritu de la mariposa plantea una emotiva reflexión sobre la fragilidad y la fuerza de la vida, su recaudación se destinará a financiar proyectos de investigación del IDIVAL
Vive en Santander, donde escribe y dirige Danzasantander, su propia Escuela de Danza.

Sinopsis

La madre de Susana se ha convertido en un ángel.
María lleva años soñando con un regalo que ha de caer del cielo.
Ambas saben que solo cerrando los ojos se puede ver más allá.
De la autora de Una puerta al sur y Asesinando a Henry, civilizadamente, llega esta conmovedora historia de amor infinito, capaz de superar la distancia que impone la muerte.
El espíritu de la mariposa es una auténtica caricia para el corazón del lector.
Porque la imaginación y la literatura, con su magia, pueden salvarnos de la vida.


Opinión

Creo que el libro que traigo hoy es de los que más me va a costar reseñar, porque su lectura ha coincidido en el tiempo con un suceso que ha caído como una bomba en nuestra vida de la misma forma en el que ocurre en la vida de la protagonista.

No creo que destripe nada si digo la primera frase de la novela, esa que ves con solo hojear y que desde que la lees un puñal se te clava en el estómago. “Hola, creo que acabo de morir”. Es una putada, la protagonista se nos muere en la primera página o al menos es lo que ella cree, estaba esperando el ascensor y adiós, nadie ha podido hacer nada por ella, aún impactada ve lo que están haciendo con su cuerpo y le pasan por su cabeza las cuestiones de logística más urgentes que se le van a quedar sin hacer. Se ha ido. Aquí se quedan su familia, sus hijos y su marido rotos por ese dolor que no tiene consuelo, porque cuando una muerte es inesperada cuesta más hacerse a ella, y si encima es de una persona joven y con hijos pequeños, aún duele más.

Cómo se les dice a unos padres que han perdido a su hija antes de tiempo; cómo le dices a unos hijos que de repente se han quedado solos, en un instante. Cada uno de ellos lo va a gestionar de una manera, unos lo harán con rabia, con desesperación, otros buscarán consuelo y la más pequeña de la casa será la que lo conseguirá más fácilmente, a su modo, porque en su inocencia e imaginación se dará cuenta de que su madre ya no está físicamente, pero siempre estará a su lado, besando su pelo, acariciándola con la brisa. No es algo fácil de asumir.

Pero nuestra protagonista y su familia son generosos y en medio de ese dolor son capaces de reaccionar y donar sus órganos. Un paso tan delicado que a la vez es tan grande, porque es el único que da sentido a la muerte de ese ser querido, pensar que hay partes de ella vivirán en otras personas que prácticamente están desahuciadas, es existir más allá de su desaparición. Lo que es muerte para unos es una puerta abierta para otros, una nueva oportunidad.

La esperanza que se insufla en cada aleteo de esa mariposa que se ha ido es la nueva existencia de otras personas, un folio en blanco por escribir.

La vida sigue para todos los que la querían, con mucho dolor, con negación, con aceptación, e incluso con hipocresía, y nosotros los acompañaremos en cada uno de los pasos de su nuevo camino, en los pequeños y los grandes triunfos, en cada uno de esos momentos en los que ella debería haber estado presente. No se está físicamente, pero sí con su alma y con su fuerza de ánimo, achuchando, empujando para que todos puedan seguir adelante.

La autora ha querido hacer un canto a la esperanza, a la fuerza de espíritu a eso que a pesar de toda la pena, te hace levantarte y seguir viviendo.

No hay ni una palabra de más, tampoco de menos, es un libro sencillo y animoso, crítico con la hipocresía y el morbo, pero sobre todo esperanzador, en el que nos enseña que la generosidad en la muerte da vida y esa vida es nueva y limpia para aquellos afortunados que pueden seguir adelante gracias a las donaciones.

“La muerte se presenta sin ser invitada y es tan soberbia que exige ser recibida por quien no la espera”

“Apenas había llorado su pérdida. Y el llanto no vertido, ahoga.”


In memoriam

Como comentaba al principio ha sido muy duro de leer, y aún más de contar, porque justo cuando lo estaba terminando se nos fue una gran amiga, madre y esposa, de repente, sin avisar. Para eso no está preparado nadie y las muchas similitudes con el libro me dejaron bastante en shock. Si lo leéis podréis comprobarlo.

Se fue nuestra Susana Palacios Vinagre de repente, una amiga maravillosa, que siempre estaba ahí con su sonrisa, con sus ganas de vivir y de seguir bailando. Una mujer que tenía un gran corazón, un coraje que la hacía levantarse una y otra vez por los suyos, y que ha dejado una familia rota, unos amigos desolados. Hemos sido muchos los que estamos tratando de asumir su pérdida, los que estamos aún perdidos entre sus recuerdos.
Ella seguirá ahí a nuestro lado con su suave aleteo ayudando a su hija y a su marido a seguir adelante, aunque cueste, aunque duela, porque hay que mirar al frente, secarse las lágrimas y hacerlo por ella, porque es lo que ella hubiera querido.



Desde aquí mi humilde homenaje al que tanto me ha costado poner palabras.

Susana, te querremos siempre princesa.