Cierro el año, y como todos, echo un vistazo atrás a ver qué
he dejado. Aparte de los agujeros del campo de minas, veo muchas cosas, y esas
cosas son muy agradables.
El año 2014, ha significado para mí un año de conocimiento,
de continuas aventuras, de placeres compartidos, y de sobre todo buenas
lecturas.
Este año, he tenido mucha suerte, tengo que reconocerlo, no
he tenido mal ojo para mis elecciones, he encontrado muchos libros buenos,
algunos, se han puesto en el primer lugar de los libros de mi vida. He leído
poca cosa mala...también porque esa cabezonería mía de terminar todos los
libros que empiezo, la he relegado un poco. Hay demasiado bueno que leer, para
perder el tiempo leyendo cosas mediocres.
He conocido a escritores fantásticos, que son fantásticas
personas. También he conocido a alguno que está en otra órbita y no admite una
crítica, y no merece ni la pena el perder unos segundos en recordarlos.
Me quedo con lo bueno, definitivamente, con esos que se han
hecho querer y que con sus obras me han removido las entrañas.
También he roto esquemas y estereotipos, he leído cosas que
antes no pensé que leería, y me han encantado. Pero sigo con mis principios
intactos. Si algo no me gusta, nunca digo lo contrario, no miento, soy
coherente. Y nada más que por eso debo sentirme orgullosa de mí misma.
He desvirtualizado a escritores, que me han hecho sentir
especial, y hombre, eso también viene bien, y sube la autoestima, que no
siempre está en su mejor momento.
He asistido a la puesta de largo en papel de otros libros, y
he sido fiel observadora de sus subidas y bajadas en las listas de ventas, me
he alegrado y sufrido por ellos y por sus autores, porque sobre todo, he sido
espectadora en primera línea de estos procesos.
Y he hecho algo que nunca imaginé, llegar a presentar un
libro, yo que soy la incontinencia verbal en persona, fui capaz de poner una
idea detrás de otra y ser coherente...y sobre todo, me divertí.
Vamos que en lo literario ha sido un año sobresaliente para
mí, y es con lo que me quedo.
Lecturas del año, es difícil dar un número o unos nombres,
pero no puedo dejar atrás algunos títulos, que me han calado hondo.
Una madre de Alejandro Palomas
Un millón de gotas de Víctor del Árbol
El caracol de Byron de Rafael R. Costa
La tristeza del samurái de Víctor del Árbol
La interpretadora de sueños de Rafael R. Costa
La caricia de Tanatos de María José Moreno
Maldita de Mercedes Pinto
Detrás del Cristal de Mayte Esteban
Una puerta al Sur de Mª Luisa Martín Horga.
Hojas de Otoño de Quirico Molina
Hijos de Atenea de Mercedes Pinto
El jardín de la memoria de Lea Vélez.
Por haber leído cualquiera de ellos, ha merecido la pena
este año.
Os animo a conocer cualquiera de ellos. Serán lecturas
inolvidables.
Y FELICES LECTURAS 2015.
Hay todo un mundo ahí fuera, lleno de libros por leer, de historias por vivir. A por ellos
Saludos y a leer.