Autora:
Carolina Molina
Nº de páginas: 512
Editorial: Edhasa
Primera edición: octubre
2019
ISBN: 9788435063333
Género:
Narrativa, histórica
Autora
Carolina Molina (Madrid, 1963).
Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, ha
colaborado en diversos medios, prensa escrita y digital. Fue codirectora de las
Jornadas de Novela Histórica de Granada y fue también directora de las Jornadas
Madrileñas de Novela Histórica que en 2018 se realizaron en colaboración con la
Biblioteca Regional de Madrid. Como autora se ha centrado especialmente en la
novela histórica con títulos como La luna sobre la Sabika (2003/2010), Sueños
del Albayzin (2006), Guardianes de la Alhambra (2010), Iliberi (2013), El
falsificador de la alcazaba (2014), Carolus (2017)
o El último romántico (2018) entre otras. Su novela más
reciente es Los ojos de Galdós (Edhasa, 2019).
Sinopsis
Pobre, enfermo y casi ciego. Así vivió sus últimos
años Benito Pérez Galdós, el genio que llenó de gloria la literatura de su tiempo.
Pese a todo, no le faltó el cariño de sus amigos, familia y ciudadanos. Y,
cuando sus ojos necesitaron ampararse en otros más jóvenes para continuar su
labor literaria y, así, subsistir, ella, Carmela Cid, estará a su lado. Ella
será sus ojos. Y también su voz. Junto a él recorrerá los escenarios de su
vida, desde que llegara a Madrid, como estudiante de Derecho, hasta convertirse
en un periodista de peso y un escritor consagrado. Y, a su vez, descubrirá el
carácter benevolente y seductor de un hombre a la par inteligente y humilde del
que se enamoraron muchas de las más ilustres mujeres de su tiempo, entre ellas,
por ejemplo, Emilia Pardo Bazán.
Pensada por y para Galdós, con un estilo delicado y
una prosa fluida, en la línea de sus novelas anteriores, Carolina Molina nos
ofrece un retrato entrañable y desconocido del escritor que mejor supo reflejar
la España del siglo XIX. Un relato, sin duda, inolvidable.
Puedes seguir la pista de los eventos con Carolina
Molina en nuestro apartado de noticias o en la ficha del libro.
Opinión
La historia que hoy traigo es una
continuación de El último romántico,
cuyo protagonista era Max Cid. En
esta nueva novela, la protagonista es su hija Carmela. Es una historia completamente independiente del libro
anterior, aunque hace referencia a algunos puntos que son muy importantes, y
que la autora nos comenta desde el principio para situarnos.
Tras la muerte de su padre, Max Cid, y
tras superar el periodo de duelo, tanto ella como su madrastra Delmira consideran
que el futuro de Carmela está un poco limitado en Granada sobre todo para sus
planes como escritora, así que deciden irse a vivir a Madrid a la casa que por
herencia le había tocado a su hermano Lolo que ahora vive en París, con la
excusa de cuidar de ella comenzará su estancia en la capital.
Allí se reencuentra con su querido Benito Pérez Galdós al que conoció
cuando le pidió que intercediera por su padre cuando fue acusado de haber
provocado un incendio en la Alhambra. Con la llegada del trío de mujeres solas,
Carmela, Delmira y su sirvienta y amiga Rosita, en pleno verano
madrileño, se encuentran que Galdós se va como todos los veranos al norte, a
pasar el verano a su finca de Santander, San Quintín, donde encuentra
frescor y es feliz con sus animales.
Para que ellas no se encuentren tan
desamparadas en la capital, con las nuevas costumbres, les dejará como ayuda
una sirvienta, Mari Pili que las va
a introducir en el mundo madrileño. Pronto se darán cuenta de que tienen que
ponerse las pilas y comenzar a hacer algo para ganar dinero.
Carmela de este modo volverá a ver a su
admirada Emilia Pardo Bazán, pero su
aspiración de ser periodista como ella quería será mucho más complicada. La
única forma de escribir para un periódico es hablar de las crónicas más banales
y superfluas, pololos y corsés como dice ella, y encima bajo un seudónimo de
forma que no se sepa que es una mujer quién escribe; sus principios se los
tendrá que guardar porque el dinero les hace falta.
La llegada de Carmela le da a don Benito
una idea y es que sus ojos ya no son lo que eran, cada vez tiene peor la vista
y le va a hacer una proposición que ella no podrá rechazar, y es quiere
escribir sus memorias; como se está quedando ciego, necesita que alguien
ponga por escrito todo lo que ha vivido. No será una historia dictada sino más
bien conversaciones que tienen a solas, en las cuales él le va desgranando sus
aventuras, sus viajes, sus primeros pasos en la capital, etc. Entre eso y cosas
de las que Carmela va picoteando aquí y allá investigando por su cuenta, y lo
que vive con él en primera persona, se enterará de los problemas económicos que
tiene Galdós, que le llevan a escribir y escribir sin parar para poder comer y
hacer frente a las numerosas facturas. También conocerá todas o casi todas sus
aventuras amorosas, ya que el caballero tiene mucho éxito entre las mujeres. El
problema es que cuando corta las relaciones, y de natural generoso va haciéndose cargo de las mujeres que ya no
están en su vida. Y eso es una pesada losa económica.
Carmela conseguirá ingresos regulares
gracias a su pequeña columna, eso y su amistad con Galdós le abrirá la
posibilidad de conocer a los grandes escritores de la época, convirtiéndose en
protagonistas de la novela, entre ellas la periodista Carmen de Burgos, y la
propia Emilia Pardo Bazán.
El azar y la circunstancias harán que no
solo siga con esta columna sino que poco a poco se introduzca en los actos
principales que van a llevarse a cabo en el Madrid de aquellos años.
Asistiremos a atentados, inauguraciones, elecciones y otros eventos de aquellos
de los que parece mentira, pero no somos capaces de aprender: Hitos memorables
como el estreno de la primera obra de teatro de Galdós, Electra, que hará que
se produzcan enfrentamientos por las calles de Madrid por la carga crítica que
lleva, y que cada uno lleva a su terreno.
Habrá un momento en el que Madrid se les
haga demasiado grande e intenten volver a Granada pero la ciudad a pesar de su
belleza y de qué es su tierra se convierte en una pequeña cárcel por los
chismorreos y las buenas intenciones de sus familiares que lo único que quieren
es ver la casada, porque ese es el papel de la mujer, algo que Carmela no
piensa hacer, al menos por el momento.
Su actitud ante las pretensiones de las
mujeres que luchan por tener un papel importante en la vida por ellas mismas se
irá transformando con el tiempo y crecerá como persona e irá evolucionando,
sentirá en sus carnes lo que es la independencia y la libertad.
No es el primer libro que leo de Carolina
y en sus líneas se percibe esa ironía y esa crítica social velada o no tan
velada a las clases políticas, a los advenedizos y a muchas de las reglas por
las que se regía la sociedad. También es reconocible en sus letras esa retranca
granaína que reconozco en sus expresiones y en sus palabras tan particulares.
La ambientación histórica es realmente
fantástica y es un lujo pasear por las calles de Granada, La Alhambra y subir
por la acera del Darro en aquellos días, también será un buen paseo para los
madrileños que verán cómo se transformó su ciudad a comienzos del siglo XX.
La imagen de Galdós está descrita de una
forma que nunca había imaginado, un hombre sencillo, humilde y apasionado que
tuvo una vida muy prolífica en cuanto a escritura y que murió de una forma que
no merecía. Ya en aquellos tiempos el mucho publicar no garantizaba una buena
vida.
Ha sido una novela que he disfrutado un
montón, por su fondo y por su forma, por los personajes, bien cuidados y
tratados con mimo, y sobre todo por lo mucho que he aprendido sobre Galdós y la
España de comienzo de siglo, que no es tan diferente de la de nuestros días,
porque seguimos con la misma idiosincrasia, la misma cerrazón y la misma
división.
No os la perdáis os gustará.
“No
hay peor mezquindad que la de la envidia”
Saludos y nos vamos leyendo.