Título: Mühlberg
Autor: Víctor Fernández Correas
Editorial: Edhasa
Primera
edición: 25
de mayo de 2022
N.º de Páginas:
380
Género: Narrativa histórica
Autor
Nacido en Saint Denis, Francia, en 1974 es hijo de la emigración, pero extremeño de cuna y muy orgulloso de ello. Profesionalmente, se dedica al periodismo, a la consultoría de comunicación, a la gestión de redes sociales y tecnologías de la información.
La
Historia y la Literatura son sus grandes pasiones. Tras una breve incursión en el
género de los relatos, su primera novela fue La conspiración de Yuste (La
Esfera de los Libros, 2008), primera visita de Carlos I de España y V de
Alemania, cuya compañía frecuenta siempre que puede. Posteriormente, publicó La
tribu maldita (Temas de Hoy, 2012) y Se llamaba Manuel (Versátil
Ediciones, 2018). Ha participado en diversas antologías y sigue escribiendo
relatos y artículos variados además de colaborar con la revista literaria Pasar
Página.
Sinopsis
«Vine,
vi, y Dios venció», tales fueron las palabras de Carlos V tras la batalla de
Mülhberg. Porque Mülhberg fue algo más que una batalla: históricamente fue el
punto más álgido del imperio, y a la vez el comienzo de la decadencia del
emperador.
Comienza
esta historia en las riberas del río Elba. Una, ocupada por las tropas
imperiales españolas, lideradas por Fernando Álvarez de Toledo, duque de Alba;
la otra, por los luteranos, comandados por Juan Federico de Sajonia. Y pronto
la fuerte corriente del Elba, envuelta entre la niebla, se manchará de sangre…
Pero no es ésta sólo la novela de los hechos, crudos, latentes, vivos aún, si
no la de personajes inolvidables, más allá de los grandes nombres que han
pasado a la Historia: los soldados Cristóbal de Mondragón y su amigo Diego
Cubero, que se enfrenta a la muerte con la ayuda de la prostituta Dorothea;
Baltasar Carrillo, arcabucero gaditano sediento de matar luteranos, y su
compadre, más cabal, Íñigo Mendizábal; el espía Norbert Bachmann, inteligente
mercenario, o Barthel Strauchmann, habitante de Mülhberg a quien deberán los
imperiales la victoria… Ellos son unos pocos, pero hay muchos más. Y vale la
pena conocerlos.
Víctor
Fernández Correas se adentra en una época y unos personajes que conoce como si
hubiera estado allí y nos transporta al siglo XVI con una fuerza e ímpetu de
forma así inconcebible. Con prosa certera, diálogos ágiles y unos personajes
vivos como pocos, es Mühlberg una novela que va mucho más allá del género
histórico. Una Novela en mayúsculas y quizás la mejor novela sobre la batalla
de Mühlberg y sobre Carlos I escrita hasta la fecha.
Opinión
La
novela que traigo hoy y su reseña van a ser…raras; la novela no, yo y mi
opinión y es que es tremendamente complicado reseñar algo que me ha gustado
tanto sin parecer una fan loca y desquiciada, que también puede haber algo de eso
por ahí. Creo que voy a intentar explicarme antes de que salgáis corriendo, que
no es plan.
Víctor
escribe con unos estilos muy peculiares, yo lo sigo desde hace ya años, y ya reconozco
a ese Víctor dulce, romántico, triste, melancólico que de repente te pega un
revolcón y te deja con la boca abierta en sus relatos, ese es el que palpas y
disfrutas en su novela Se llamaba Manuel. Luego está el Víctor
ilustrativo que nos enseña historia desde su página de Facebook, donde toma
hechos históricos conocidos y otros que no lo son en tanto, los organiza, les
mete un buen puñado de personalidad, un poco de ironía, unas gotas de retranca
y ya está: Has aprendido historia de la forma más original y amena posible.
Creo que esta novela forma parte de los últimos. Es mi opinión, siempre mi
opinión. Así que como soy generosa y quiero que lo paséis tan bien como yo,
procedo a intentar convenceros para que leáis el libro sobre una gran batalla
de la forma más grata posible, ojito, que siempre será de forma muy rigurosa,
no por ser amena le quita ni un ápice de veracidad a lo que allí ocurrió en lo
que a personajes históricos se refiere.
Entramos
en Mühlberg, y por tanto nos vamos a la localidad alemana que lleva ese nombre,
viajamos en el pasado hasta la víspera de san Juan, estamos en las orillas del
río Elba, dos ejércitos enfrentados, uno a cada orilla, imaginando lo que
planea el otro, pero sin poder verse, una espesa niebla que emerge de la humedad
del río separa las tropas imperiales de Carlos I de España y V de Alemania
que está un poco hasta las narices de los príncipes alemanes que han abrazado
el luteranismo, el odio hacia esos herejes crece en las entrañas del emperador,
desea con todas sus fuerza acabar con el tipo que tiene enfrente, el príncipe
elector Juan Federico de Sajonia, un prepotente de mucho cuidado que se ve con
la sartén por el mango, un elemento que sin hacer caso de aquellos que le
aconsejan alejarse del río, está convencido de que no lo van a atacar ya que el
río es ancho y caudaloso, no hay más puentes ni vados conocidos, algo que le da
ventaja, y sus hombres necesitan descansar, haciendo oídos sordos allí se
quedará al menos un día más.
Carlos
V, por su parte, está dispuesto a todo, sabe que sus hombres están también
cansados, pero nunca hubiera imaginado que los españoles fueran tan fieros y
duros, unos soldados increíbles. A su lado está Fernando Álvarez de Toledo,
el tercer duque de Alba, un hombre brillante e inteligente muy difícil de
domar, tiene a sus órdenes unos soldados peculiares dispuestos a hacer todo lo
que ordene, también está el otro príncipe alemán, Mauricio de Sajonia,
primo del que anda enfrente, y del que no terminaremos de fiarnos, al fin y al
cabo, es alemán y encima protestante.
Son
conscientes de lo difícil que va a resultar la batalla, su gente está agotada y
todo será por sorpresa; quién va a pensar que al amanecer del día siguiente van
a estar tan locos como para cruzar un río tan caudaloso con una niebla que se
puede cortar y esa va a ser su mejor baza.
La
descripción del emperador en su soledad, echando de menos a su amigo Garcilaso,
a su mujer, sus diálogos, su amor, su rabia, su ambición es algo que es digno
de leer. Lo mismo ocurre con el carácter astuto del duque de Alba que va
desplegando en su cabeza todas las posibles opciones para ganar.
Hay
muchos personajes más que intentando descansar no son capaces de dejar de
pensar, como un Baltasar Carrillo, un arcabucero gaditano que por sus cohone
que se va a hinchar de matar luteranos y que no deja dormir a sus compañeros
con su labia y su inquietud, su amigo Íñigo que lo soporta a duras penas
e intenta meter en su mollera algo de temple. Diego Cubero, aprendiz de
literato ansioso por entrar en batalla, no lo ha conseguido hasta ahora por una
cosa o por otra, y Dorothea, una joven prostituta que, con sus visiones
y enamorada, o al menos eso cree ella, porque nunca antes había sentido algo
así, intentará por todos los medios que la batalla ni la huela, con la
connivencia de Cristobal de Mondragón, un hombre de honor.
También
nos sacará una sonrisa el cómo una pelea matrimonial de lo más absurda puede
que sea la clave de la batalla. También tendremos un espía mercenario, Norbert
Bachmann que no sabremos de qué parte está, y al que hay vigilar con siete
ojos Y Ortuño, un pobre cojo que va de aquí para allá ejerciendo de
intérprete para unos y otros.
Personajes
todos ellos llenos de fuerza y personalidad, que van a tener su propia historia
al margen de la batalla, dándonos una novela coral en la que todos y cada uno
de ellos van a charlar, pelear y ayudar con el mismo ardor, unos por honor,
otros por dinero o por la tranquilidad ansiada. Otros nos mostrarán la vileza,
la maldad y el egoísmo.
Y
ahora la ambientación: os puedo asegurar que he estado allí, he sentido la
humedad de la niebla que me traspasaba, la frialdad del agua cada vez que me
metía en ella para intentar cruzar, los ojos me han llorado de tanta pólvora,
he olido la sangre y la muerte y no me ha sobrado ni una línea, cómo se puede
conseguir con unas pinceladas tan precisas un ambiente tan logrado.
Ahora
llega lo que más me ha gustado y que ha sido el estilo de Víctor, esa forma de
narrar, es forma de contar, con esa fina ironía, con esas pullitas, con esa
retranca que me ha sacado más de una carcajada y más de dos, lo escuchaba a él,
lo sentía, lo reconocía, lo que ha hecho que el libro vuele en mis manos…hasta
que me di cuenta de que…si leía rápido se acabaría antes, dejaría de gozar, así
que mano al freno y a recrearme.
Si
no os he convencido para que la leáis me comeré el sombrero y me retiro como
bloguera, porque creo que os he dado suficientes razones para leer una gran
novela histórica que se merece estar en lo más alto, os la recomiendo
totalmente y seguro que no os vais a arrepentir. Una gozada.
“No hay peor
cosa que tener miedo. ¿Y sabéis cuando dejáis de tenerlo? Cuando os habéis
enfrentado tantas veces a él que conocéis su cara.”
“Diego, no lo
intentéis, no seáis como yo. No hagáis de la muerte vuestra única compañera ni
remordimientos eternos de la mirada de vuestros enemigos.”
“La venganza tiene
muchas caras. Infinitas.
Seduce y te atrapa.
Para él, es algo que va mucho más allá de una simple reacción. Sana el alma, la
calma y cauteriza las heridas. Es un sentimiento que no se atiene a reglas
temporales, sino que hunde sus raíces en el subconsciente, donde permanece
adormilado, esperando el momento.”
Saludos
y leed, no paséis demasiado calor.