Título: La abuela que encontró una pistola y disparó
Título
original: Mamie Luger
Autor: Benoît
Philippon
Traductora:
Núria Viver
Editorial:
Ediciones Duomo
Colección:
Duomo Nefelibata
N.º
Páginas: 366
Primera
edición: 16 septiembre 2024
Género:
Novela negra, suspense
Autor
El éxito de La abuela que encontró una pistola y disparó lo ha convertido en uno de los autores más celebrados de la novela negra francesa actual.
Sinopsis
Un pequeño pueblo francés. Al amanecer, se oyen unos
disparos. Una señora mayor empuña un arma y la toma con su vecino, también con
los policías que han llegado. Así es como el inspector André Ventura conoce a
Berthe Gavignol, de ciento dos años, cinco veces viuda, todavía bastante vivaz
y con buena puntería. En el interrogatorio que sigue, el más sorprendente de su
carrera, el inspector Ventura descubre a una anciana de lengua afilada y
gatillo fácil, que empieza a repasar los principales episodios de su larga vida
y de su carrera criminal. Berthe ha decidido hablar, después de todo, tiene la
edad adecuada para limpiar su conciencia y poner su casa en orden ante los
rumores que siempre la han perseguido. ¿Quién es realmente esta venerable
anciana? Ventura no sabe a qué juega, pero está seguro de que, para saber la
verdad, tendrá que cavar muy hondo.
Opinión
La novela que traigo hoy ha llegado a mis manos
gracias al destino (es un cachondo) y a la iniciativa de Masa Crítica de
Babelio. Probablemente no lo hubiera leído en condiciones normales, y gracias a
esas escaramuzas del azar, me he dado de bruces con uno de los que serán mis
libros del año. El libro justo en el momento justo. Me ha encantado.
El título original es mucho más divertido y críptico,
aunque en este caso han conseguido que ya consigas fijarte en él.
Una encantadora anciana francesa de 102 años saluda a la
policía haciéndose la tonta, tras haberle arreado un par de disparos en el culo
a De Gore, “porque no ve bien”, mientras
consigue ganar tiempo con sus actos para que una parejita de fugitivos Roy y Guillemette huyan con el Audi de su vecino, en lugar de huir con su
4L con el que no hubieran llegado muy lejos.
André
Ventura, el inspector de policía que la va a detener no tiene
ni idea de lo que se le viene encima, y de que lo comenzará con esos disparos
acabará con una larga confesión de la tierna abuelita que tiene unos cuantos
cadáveres en el sótano. Lo de cómo han acabado allí será interesante, pero aún
lo será más la cantidad.
Berthe Gavignol tiene todo el tiempo del mundo…o no, así que con paciencia y curiosidad comenzaremos a conocer su historia, desde su nacimiento, con una madre ausente, una abuela, Nana, que será quien la cuidará y educará a su manera, en medio de unas guerras horribles de esas a las que tan aficionado es el ser humano, echando mano de picaresca y del dinero que saca al destilar su propio aguardiente en el sótano en un alambique al que llama La Gran Frida. Berthe se convertirá en una joven de cabello rizado e imponentes formas y sexualidad a flor de piel, que crecerá fuera de convencionalismos, con unos principios sólidos enfrentándose a los problemas de cara y sin dudar.
Su coraje vencerá al miedo cuando en la Segunda Guerra
Mundial salga corriendo para salvar a una chiquilla a punto de morir de un
disparo de un nazi con gatillo fácil. Las consecuencias de ese acto nos harán
conocer cómo alguna gente puede ser tan deleznable como para no agradecer un
acto por venir de una persona que no es “normal”, y también averiguaremos cómo
ella se hizo con la Luger. Primer cadáver, primer inquilino del barro del
sótano, un joven nazi que quería tomar por la fuerza algo que ella no estaba dispuesta
a darle.
El hambre y la búsqueda de seguridad le llevarán a buscar un
primer matrimonio en el que no es el amor su primera razón, cambiará de
apellido para darse cuenta de que hace falta algo más para que un matrimonio
funcione, y probará hasta en cinco ocasiones eso del matrimonio, quedándose viuda "accidentalmente",
y siendo llamada por todos la Viuda negra.
El interrogatorio es mordaz, descarado y descarnado, hay
puntos de humor negro, utilizando una batalla dialéctica en la que Berthe es
una maestra, y Ventura un digno rival. Ella saltará desde un punto a otro de su
personalidad, a veces mostrándose como la anciana frágil que es, en otras la
fuerte mujer que ha sido y que ha tomado duras decisiones. Horas de incesante
charla en la que el autor nos muestra de una forma irónica a la par que cruda
los tremendos problemas que hay en nuestra sociedad, celos, malos tratos,
violaciones, hipocresía, abuso de menores, xenofobia, alternando el tono más
irónico con otro mucho más duro, siempre perlado con unas gotas de compasión y
ternura. Llegando al final con un nudo en el estómago.
Es una continua lucha entre la dicotomía ley y
justicia, Berthe actuaba con justicia, buscaba la justicia y el reconocimiento
de lo que está mal, enfrente tiene a ley, que no es justa, y mucho menos lo son
quienes la aplican. Ventura, representante de la ley se ve en la obligación de
defender su papel, a pesar de saber que las cosas no están bien. Es el pivote
sobre lo que gira el razonamiento de la protagonista, y la búsqueda de una
justicia que se le niega por ser mujer y también por intentar ser libre.
He echado de menos a alguien con quien compartir esta
lectura, hay tantas cosas subrayadas, situaciones en la que necesitas comentar
lo que está pasando, porque hay cosas duras, hay salidas de tono que te sacan
una sonrisa y cuando por fin he terminado, he necesitado recomendarlo, hablar
de él porque ha dejado huella en mí.
El autor ha hecho un gran trabajo consiguiendo que el
interés no decaiga en ningún momento, dando un respiro y una pausa con algo más
ligero tras las escenas más duras, también quiero resaltar el trabajo de la traductora,
debe ser complicado llevar con acierto al español los dobles sentidos, la retranca
de la protagonista sin que se pierda por el camino su esencia.
En definitiva, una novela divertida, fresca, original,
cruda y realista a pesar de todo, que con la forma de una anciana y su pistola
nos pone enfrente de una sociedad que tiene demasiados elementos podridos. Lo
he pasado genial con ella y os recomiendo su lectura. Fascinante
“Yo no me emborracho, me embriago para liberar la mente de los problemas de los mortales y buscar la inspiración en la evanescencia.”
“El placer de la
información continua, difundida con urgencia y sin verificación de los hechos.”
“Si hubiera más
gente como yo, habría menos gilipollas a nuestro alrededor.”
“Mierda, no
siento nada. Ningún remordimiento. ¿Esto me convierte en un monstruo?”
Saludos y nos vemos en los libros.