Título: Amor y otros
desastres
Autora:
Sophie Kinsella
Traductora:
Begoña Prat Rojo
Editorial: Newton
Compton
Primera
edición: 2 mayo 2024
N.º de páginas: 352
Género:
Chick-lit, humor.
Autora
Nació el 12 de diciembre de 1969 en Londres, estudió
educó en el Instituto Putney y se licenció en Filosofía y Ciencias Políticas y
Económicas en la Universidad de Oxford, ejerciendo como docente y periodista
financiera antes de dedicarse a la escritura y al piano. Se casó con el
director de colegio Henry Wickham, con quien tiene tres hijos.
Kinsella escribió
su primera novela, The Tennis
Party, con sólo 24 años, y desde entonces se ha convertido en un éxito
de ventas tanto con las novelas escritas bajo pseudónimo como las que publica
con su nombre real. Es una de las máximas exponentes del género conocido como
“chick-lit”
Sinopsis
¿El trabajo? Absorbente. ¿Los amigos? En segundo plano. ¿Vida sexual?
Inexistente.
Sasha ya no puede más. A sus treinta y tres años tiene un buen trabajo, pero la
está consumiendo. Tiene ataques de pánico, ha tocado fondo y está totalmente
agotada.
Animada por su madre, Sasha decide pasar unos días de vacaciones en el hotel
costero donde vivió algunos de los momentos más felices de su infancia. Sí,
unas agradables vacaciones en la playa es justo lo que necesita… Pero es
temporada baja, hace un frío que pela y el hotel ya no es lo que era.
Para colmo, Sasha tiene que compartir la playa con Finn, otro huésped, un tipo
insufrible y tan estresado como ella. Al principio mantienen las distancias,
hasta que aparecen unos misteriosos mensajes en la arena. ¿Y si tienen en común
más de lo que piensan?
Opinión
Hoy os traigo una novela que me saca de mi zona de confort y con la que me
estreno con una autora a la que conocía, pero que no había leído hasta ahora.
Gracias al sorteo que realizó Laky en
su blog Libros que hay que leer, y
que gané he podido leerla con otros compañeros blogueros y os aseguro que hemos
pasado muy buen rato.
Sasha
trabaja para una nueva empresa, Zoose una aplicación de viajes, que está
dirigida por dos hermanos muy diferentes. El trabajo es bastante agotador y
ella se ve sepultada cada día bajo un montón de correos electrónicos, no
consigue salir del bucle de rutina y agobio en el que está sumergida, y para
colmo tiene a Joanne, su superiora
directa, en lo alto que no para de recordarle que tiene que rellenar su panel
de aspiraciones personales, en el que no está eso de sobrevivir, pero sí la
felicidad. Y claro, cuando estás hasta la bola y para colmo te exigen que seas
feliz, pueden pasar varias cosas y a Sasha le da un pequeño cortocircuito
cuando se da cuenta de que en sus planes no está eso de la felicidad, ni
siquiera está el comer bien, las amigas y por supuesto el sexo, y eso es grave.
Necesita una salida y ella la coge literalmente, cuesta abajo sin frenos y…claro,
talegazo.
No puede seguir así, de modo que le dan la baja médica
y su madre le receta unas pequeñas vacaciones en Rilston Bay, un pueblecito al
que ellos iban de vacaciones cuando ella era pequeña. Su tía Pam, mujer obsesionada con la
menopausia donde las haya, la anima a ello también. Pero no se puede ir así
como así, tendrá que utilizar una lista y una app a las que su madre es adicta.
Veinte pasos para reencontrarse a sí misma. No será solo eso de lo que se ocupe
su madre, porque se va a autoproclamar su asistente personal y se encargará de
que todo vaya bien en el hotel. No os voy a contar cómo será su viaje en tren,
ya lo descubriréis, pero la recogerá Herbert,
el conserje más especial que mantiene el Rilston, el lugar que será su
alojamiento.
Tampoco os voy a contar demasiado sobre el hotel, sólo
que está algo cambiado, que su personal es un tanto particular, sobre todo Cassidy la recepcionista, y que todos
harán todo lo posible para que su estancia sea inolvidable, y lo conseguirán,
ya lo creo que lo conseguirán.
Un pequeño inconveniente, es temporada baja, hace
bastante fresquito y aunque ella creía que estaría sola, resulta que hay varios
huéspedes peculiares alojados, y uno de ellos, Finn, parece que ha tenido otro pequeño cortocircuito por el estrés
del trabajo y podría decir que lo ha resuelto de una forma un pelín agresiva
con sus compañeros.
Dos personas totalmente diferentes, quemadas a más no
poder y que tienen que compartir espacio… ¿Qué podría salir mal?
El mar, el surf y sobre todo los recuerdos de aquello
que fueron van a unirlos al final, sobre todo cuando vayan en busca de Terry, el profesor de surf que enseñó a
varias generaciones de niños a tomar las olas y olvidar los miedos. Lecciones
de vida que les harán volver a ver la vida de otra manera.
Con un tono muy divertido y desenfadado la autora pone
de relieve qué ocurre cuando el trabajo lo es todo y dejas atrás otras cosas que
consideras menos importantes, la alimentación, los amigos, la familia o el
amor. Se puede hacer, pero al final la mente estalla y la salud mental se
resiente. No todos reaccionan igual ante una situación de estrés y un ataque de
pánico, no hay un solo camino para salir del bache, no hay modelos ni se deben
seguir los que nos dan, no podemos acudir al pasado cuando éramos tan felices,
porque la felicidad ya es otra, porque nosotros ya no somos los mismos. Debemos
buscar nuestro camino y forjar nuevos cimientos, sabiendo que no estamos solos,
que los amigos y la familia están ahí, aunque no sea físicamente, y que hay
muchas cosas buenas que no somos capaces de apreciar.
Todo lo que rodea a Terry, el profesor de surf es de
esas cosas que calan hondo y que tengo que reconocer que me ha sacado bastantes
lágrimas.
Y risas, y alguna carcajada me han sacado la
protagonista y sobre todo el personal del hotel, no sé con cual de ellos me
quedaría porque son unos personajes secundarios muy bien trazados de los que
guardaré muy buenos recuerdos. Cassidy y la app del hotel han sido lo más.
Se ha tratado de una lectura que me ha llegado en el
momento justo para disfrutarla, podría decir que el destino ha jugado conmigo
para que la lea y sea capaz de relativizarlo todo, que sonría, me seque una lágrima
y de nuevo me ponga en pie.
En resumen, una lectura fresca, ágil y divertida con
momentos desternillantes en los que los enredos, los equívocos y las
apariencias serán el eje, proporcionando además unas reflexiones muy necesarias
para encauzar nuestros caminos. No sé si a estas alturas os habréis dado
cuenta, pero me lo he pasado genial, me ha gustado y por supuesto que os la
recomiendo. Ideal para el verano.
Cuidado dónde os ponéis a leerla que puede que os
tomen por locos si os ven riendo solos.
“No
tenía energía para estar presente y alegre tampoco quería deshacerme en
lágrimas. Supongo que es así como las personas se van convirtiendo en
ermitañas.”
“Se
supone que puedes atraer cosas a tu vida si las escribes. Y eso es lo que yo
quería atraer… Quiero sentirme viva.”
“Uno
no fracasa, uno aprende. Se trata de aprender a lidiar con el mar y con uno
mismo.”
“Me
doy cuenta de que quiero volver a disfrutar de la vida. Porque la vida es el
viaje y el viaje lo es todo.”
Saludos y nos vemos en los libros.