Título: El
último tren a Estambul
Autora: Ayşe
Kulin
Traducción: Víctor Palomeque
Editorial: Newton
Compton Editores
Primera edición: 15 de mayo de 2023
Nº de páginas: 384
Género: Histórica,
narrativa
Autora
1984 publicó una colección de cuentos llamada Güneşe dön yûzünü. Posteriormente, en 1987, se lanzó la película Bir kirik bebek con su guion, que recibió un premio del Ministerio de Cultura de Turquía.
En 1989, recibió el premio a Mejor director artístico
de la Asociación de Escritores de Teatro y Televisión por Ayaşlı ile
Kiracıları.
Sinopsis
Selva es la hija del último pachá otomano de Turquía, defensor de la tradición
y la ortodoxia. Podría tener a cualquier hombre, pero ella solo tiene ojos para
Rafo, un joven judío, hijo del médico de la corte. A pesar de la oposición de
sus familias, que no aprueban la unión de dos mundos tan remotamente distintos,
la pareja decide casarse en secreto y huir a París para iniciar una nueva vida.
Sin embargo, cuando los nazis ocupan Francia, sus planes de futuro se ven
truncados. Mientras Turquía procura no verse arrastrada a la guerra, Selva y
Rafo luchan por mantenerse a salvo.
De Ankara a París, de El Cairo a Berlín, El último tren a Estambul narra una
emocionante historia de amor y aventura que recorre la Europa de la Segunda
Guerra Mundial.
Opinión
La novela que traigo hoy ha formado parte de una nueva
lectura conjunta y un sorteo organizado por Laky desde su blog Libros que hay
que leer. Esta editorial está sacando al mercado unos libros que, ya sé que lo
he dicho antes, son de gran calidad y buen precio.
Quizá la sinopsis nos pierda un poco y nos haga pensar
que es una novela romántica, pero no, hay mucho amor, aunque no es precisamente
una novela romántica.
Nos situamos temporalmente en la Segunda Guerra
Mundial, y nos vamos a Turquía, un país del que, personalmente, poco conocía en
relación con el conflicto.
En Ankara, en concreto tenemos al gobierno turco
haciendo malabares diplomáticos para no entrar en guerra y mantener su
neutralidad. Acaban de conseguir una república bastante adelantada para su
tiempo en la que la convivencia entre religiones es un hecho, hay profundos
aires de cambio, aunque aún existen recelos para que cristianos, musulmanes y
judíos se mezclen familiarmente.
El último pachá otomano Fazil ha hecho que sus hijas vivan con bastante libertad, yendo a
colegios cristianos y ellas han tenido una gran educación occidental, pero él tiene
unos principios muy estrictos y está anclado al pasado, así cuando su hija Selva se enamora de Rafo, un judío nieto de un reputado
médico de la corte, se opondrá rotundamente y comenzarán los problemas para las
dos familias, ninguna está dispuesta a ceder para que se casen. Pero la pareja
se casará a pesar de todo y Selva se verá repudiada por su padre, el hecho de
que todos murmuren a su alrededor no ayuda, así que la pareja decide marcharse
a París donde conseguirán una cierta normalidad. La pena que dejan atrás
también será importante, más aún cuando la ocupación alemana ponga en un severo
riesgo a Rafo debido a su origen judío.
Mientras tanto la otra hija, Sabiha ha sido una hija modélica, se casó por amor con Macit, un diplomático importante y ha
sido madre de una hija, pero no es feliz, echa de menos a su hermana y su
matrimonio se enfría al par que la guerra se calienta mientras su marido está
haciendo encaje de bolillos junto con el gobierno para que la cosa no vaya a más.
Cuando el peligro se hace más patente tras la invasión
de Alemania, el gobierno turco hará todo lo posible para fletar un tren hacia
Estambul, atravesando media Europa para salvar a sus ciudadanos residentes en
Francia, independientemente de su religión lo que se convertirá en una
pesadilla. La posesión de un pasaporte turco se convierte en lo más preciado,
aunque no implique la salvación y llegar al tren de la libertad.
Selva será, junto con Tarik, que llega a París como diplomático, la que intentará por
todos los medios salvar a la mayor cantidad de personas de subir a esos otros
trenes con un destino mucho más siniestro.
Me han llamado la atención las historias de las dos
hermanas, lo que sienten la una por la otra y lo que piensan, hay muchas más de
otros personajes secundarios que te mantienen en vilo, pero lo que más me ha
dado que pensar es el enorme trabajo que hay detrás de un cuerpo diplomático,
de cómo hay que tener cuidado hasta en el más mínimo detalle para no ofender a
unos u otros, el baile de correos, cartas y noticias entre los servicios de los
distintos gobiernos, y cómo en este caso el turco consigue mantenerse al margen
de la guerra, marcando unos principios de lealtad hacia su gente. Lo que hace
el cónsul en Marsella es para quitarse el sombrero.
Lo he pasado muy mal porque, aunque no se trata de una
novela cruda como muchas otras que he leído de la misma época, la sensación de
alerta y miedo no me ha abandonado en ningún momento. Cada minuto y cada
segundo pasados en ese tren me han resultado angustiosos. La autora ha sabido
imprimir la cadencia adecuada para que, sin ser de un ritmo vertiginoso, no
puedas parar de leer, además nos muestra la sociedad turca de un modo bastante
visual y reflexivo, que personalmente me ha gustado mucho.
El final me ha dejado con sabor a poco, me hubiese
gustado saber más acerca de todos aquellos que consiguieron llegar a su
destino, y me ha sacado más de una lágrima.
En definitiva, una novela distinta sobre la Segunda
Guerra Mundial que resulta muy interesante para conocer otra perspectiva de esa
guerra, de la impresionante labor diplomática que llevan a cabo los gobiernos,
con unos personajes que se crecen ante la adversidad, y en los que la familia
es un pilar. El amor, la amistad y el orgullo son otros de los grandes protagonistas
de esta novela que os recomiendo sin dudar.
“Me
pregunto si existirá un rincón en todo el ancho mundo donde la gente pueda
vivir sin atormentar a los demás.”
“Honorable
colega, hasta ahora han tratado ustedes de influenciarnos en tres ocasiones. De
haber actuado precipitadamente en cualquiera de ellas , ambos habríamos salido
perdiendo.”
“Nadie
sabía aún que los campos alemanes eran trampas mortales. El Mundo ignoraba que
las personas que eran enviadas a esos campos se convertían en jabón y en
pergaminos, o eran utilizados como conejillos de Indias.”
Saludos y nos vemos en los libros.