EL TEOREMA KATHERINE de John Green

Título: El teorema Katherine

Autor: John Green

Editorial: Nube de tinta

Primera edición: Julio de 2014

Edición: Tapa dura con sobrecubierta octubre de 2015

Páginas: 314

ISBN: 9788415594666

Autor

John Michael Green nació en Indianapolis en 1977. Se graduó en Lengua y Literatura Inglesa y en Estudios Religiosos en El Kenyon College.

Tras empezar carrera en el mundo editorial como crítico y editor, publicó su primera novela Looking  for Alaska en 2005, que le valió una medalla Printz y lo situó en el top diez de mejores novelas juveniles. 

Sus siguientes trabajos, An abundance of Katherines (2006) y Paper towns (2008), le han convertido en uno de los autores más reconocidos del género novela juvenil y crossover. Ha sido galardonado con el premio de honor Printz, el Premio Edgar, y dos veces finalista del Premio Libro del LA Times.

Varias de sus novelas han sido llevadas al cine con gran éxito, como por ejemplo Bajo la misma estrella y Ciudades de papel.

Sinopsis

Según Colin Singleton existen dos tipos de personas: las que dejan y las que son dejados. Él, sin duda, pertenece al segundo. Su última ex, Katherine XIX, no es una reina, sino la Katherine número diecinueve, que le ha roto el corazón.

Para escapar de su mal de amores, y con el propósito de hallar un teorema que explique su maldición de las Katherines, Colin emprende junto a su amigo Hassan una aventura que le llevará a Gutshot, un pueblecito de Tennessee, y a la sospecha de que en la vida la inteligencia no siempre es la mejor compañera de viaje.

Opinión

Colin Singleton es un joven de diecisiete años que vive en Chicago. Es un chico de altas capacidades, al que sus padres han intentado ayudar a seguir desarrollándolo. Memoriza rápidamente todo aquello que lee, habla varios idiomas y le encantan los anagramas, tiene una escasa vida social y una alta predisposición para enamorarse de chicas de nombre Katherine, hasta el punto que tiene que numerarlas. Ahora se encuentra totalmente abatido tras ser dejado por Katherine XIX.

Su mejor amigo, Hassan que está tratando infructuosamente de sacarlo de su depresión, como último recurso le propone pasar las vacaciones en la carretera, viajando y trabajando para cubrir sus gastos.

En una de las primeras etapas del viaje acaban en un pueblo, Gutshot en Tennessee, para visitar la tumba del archiduque Francisco Fernando. Allí conocerán a la guía, Lindsey Lee Wells y a su madre Hollis, dueña de la fábrica que da de comer al pueblo y que los contrata por ser elementos ajenos, para entrevistar a sus habitantes, y con esos datos dejar un legado oral para las generaciones futuras.

Colin tiene una única meta, ya no es un niño prodigio, ha crecido y no cree que vaya a ser un genio, lo que más desea en el mundo es importar y tener un momento Eureka, y por si acaso no lo tiene, va a intentar pasar a la posteridad  plasmando en una ecuación matemática las singulares relaciones que ha tenido con todas sus novias. Trabajará en reflejar la relación entre los dos tipos en los que divide al mundo, los dejadores y los dejados.

El libro, con una carga importante de ironía va a llevarnos por los pensamientos de Colin y cada una de sus relaciones amorosas, las cuales me han parecido desternillantes, y un poco patéticas, la verdad sea dicha, y mientras trabaja escuchando abuelos, mantendrá la mente activa intentando hacer encajar en la función todas las posibles variables, y asistiremos a sus recuerdos sobre sus noviazgos que nos contará con planteamiento, nudo y desenlace.

Hasta conseguir desarrollar su teorema pasará por unas vivencias bastante peculiares que me han parecido muy simpáticas, porque me he visto reflejada en alguna de ellas. Esos momentos de gafe absoluto me ha hecho sonreír.

De los personajes, me quedo con Hassan, amante de la comida basura, musulmán suní no terrorista, que se quiere mantener puro para la que sea su mujer, vago, desordenado y muy divertido, que soporta a un Colin pulcro, ordenado y disciplinado al que aguanta en cada uno de sus fracasos amorosos.

Como novela juvenil me ha parecido muy correcta, a mí me ha dejado un poso agradable, aunque reconozco que había momentos en que Colin y sus pensamientos egocéntricos me sacaban de mis casillas.

El final, un poco predecible, pero con unas buenas enseñanzas: La vida tiene demasiadas incógnitas y variables como para poder ser predecible por una ecuación.

Lo mejor, las notas de pie de página que dan un punto de frescura y diversión.

Se lee muy rápido por el tipo de  historia, por la forma de los capítulos y porque tiene un lenguaje ágil con numerosos diálogos.

La verdad es que me ha sorprendido, porque yo leí Bajo la misma estrella del mismo autor y son dos libros diametralmente opuestos

.

Puede ser recomendable para iniciar a los jóvenes de la casa a la lectura, siempre y cuando no se asusten de las matemáticas, que son perfectamente prescindibles, como el propio autor indica.

Muchas gracias por la lectura conjunta y a la editorial por el ejemplar.

Saludos y a leer.